Donde conviven hipsters, cinéfilos, gafapastas y jubilados

Vic + Flo (2013)

¿Por qué Barcelona necesita un festival de cine como el D’A si das una patada y te salen varias decenas de festivales temáticos, de todo tipo y condición? Parece ser que en las grandes ciudades cuesta que el público se identifique con un festival, los espectadores se reparten y, al final, todo se diluye.

Está claro que certámenes consolidados como In-Edit o DocsBarcelona tienen sus fieles seguidores, pero también se ha demostrado que propuestas más nuevas como Atlántida Film Fest (que podríamos considerar un pariente online del D’A) o Americana Film Fest han sido bien recibidas. La realidad es que el público barcelonés más variopinto acoge el D’A con los brazos abiertos. Un año más, y ya van cuatro. Cine “rarito” y ¡cómo nos gusta! ¿Lo importante no es si una peli te dice algo, independientemente de quién sea el director o de quién salga?

El Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona, que surgió de las cenizas del BAFF, apuesta por un cine que acostumbra a pasar desapercibido en la cartelera, films prácticamente invisibles que nuestras salas marginan sistemáticamente y que de otro modo serían casi imposibles de ver. En esta edición serán más de sesenta títulos, que pueden disfrutarse del 25 de abril al 4 de mayo, en los cines Aribau Club, el teatro del CCCB, la Filmoteca de Catalunya y la sede de la SGAE en Catalunya.

El D’A confirma que montarse un festival con un presupuesto modesto donde se proyecten tanto películas premiadas internacionalmente como novedades de jovencísimos talentos es cuestión de actitud. Y nadie mejor para hablarnos de su filosofía que su director, Carlos R. Ríos.

Quien no tenga demasiada confianza en que el cine de autor puede llenar las salas, que se dé una vuelta estos días por las colas del D’A.

VICE: Hola Carlos. Para situarnos acláranos, por favor, la diferencia entre cine de autor y cine independiente.

Carlos R. Ríos: Para mí, cine de autor es todo aquel cine alejado del cine más industrial, puramente comercial y que muchas veces parece fotocopiado.  El cine independiente es principalmente una denominación que se utiliza para el cine que se produce en Estados Unidos fuera de los grandes estudios de Hollywood y es algo que tenemos muy asumido, pero en el resto del mundo no podemos denominar cine independiente a todo aquel cine que no se estrena en nuestra cartelera cinematográfica. Así que todo ese cine que se produce en Europa, Sudamérica, Asia, etc. con una firma autoral reconocible y con un mayor control de la obra por parte de los directores y directoras al margen de los imperativos de los productores, encaja perfectamente en la definición de cine de autor. Si nombramos a Claire Denis, Hong Sang-soo, Lisandro Alonso, Albert Serra, por ejemplo, lo entendemos perfectamente.

Barcelona está plagada de festivales de cine temáticos (documental, judío, gay lésbico…) pero falta EL festival. Un lugar que podría ocupar perfectamente el D’A. ¿Qué aporta un festival así a la ciudad?

El D’A es un festival de ciudad con un solo objetivo: ofrecer un panorama del mejor cine contemporáneo, principalmente largometrajes, sin estar suscrito a temáticas, geografías, o géneros. En una ciudad con inquietudes culturales y cinematográficas como Barcelona tienen que convivir los festivales temáticos con un festival global, al igual que ocurre en otras ciudades. Y es la ciudad, la prensa y el público quién pondrá el D’A en el lugar que tenga que estar. Por ahora vamos creciendo y afianzando el proyecto edición tras edición, y durante el año con otros proyectos alrededor del festival.

“Festival de cine de autor” a mucha gente le suena a gafapasta. ¿Cómo definirías el perfil del espectador del D’A?

Amplio, muy amplio y así tiene que ser. Aunque se utilice la palabra “autor” es un festival de ciudad y en él conviven los hipsters, los cinéfilos, los gafapastas, los jubilados con tiempo e intereses culturales y esperamos que, cada vez más, los jóvenes espectadores que quieran descubrir lo que se hace justo ahora pero en un sala de cine. Personalmente soy muy positivo con la vuelta a la salas.

¿Tomáis como referencia algún festival internacional?  

Festivales de ciudades como Rotterdam, Toronto, Locarno o, en España, el festival de Gijón etapa Cienfuegos. Nuestra dimensión es mucho menor a la de estos festivales, por razones obvias de presupuesto.

¿Qué película estás más orgulloso de poder incluir en la programación del D’A en esta edición?

Orgulloso de todas, y especialmente del ciclo Un Impulso Colectivo, con las películas más destacadas del nuevo cine español. Sin olvidarme de White Shadow y Metalhead, dos magníficas y sorprendentes películas que además vamos a distribuir, ya que formarán parte del Catálogo de cine de Autor- CCD’A, un proyecto nuevo del festival que iniciamos en la edición del 2013.

Háblanos sobre el proceso de selección de las películas. Cuándo empieza, quién las ve, cuántas puede llegar a ver y cuáles son los criterios que se siguen.

Se empieza justo cuando acabamos el D’A, tras una semana ya estamos viendo películas en el festival de Cannes y ya empezamos a apuntar en nuestra lista. El pequeño equipo de programación ve más de 600 películas entre festivales, screeners, films inscritos y plataformas de visionado profesionales.  El criterio es seleccionar lo que nos parece interesante, de calidad, que nos sorprende, y luego hay una razón qua ayuda a programar, que es que siga inédito en nuestra ciudad y que no tenga distribución. La principal función de un festival es ofrecer ese cine que no nos llega a las carteleras.

¿Os habéis autocensurado alguna vez por algún motivo? ¿Algún título especialmente transgresor?

Nunca, ni por razones políticas, ni temáticas, ni sexuales, etc.  Siempre hay algunos títulos que sorprenden o son más transgresores, como en esta edición Uranes o Puppylove.

¿Hay esperanza para el cine de autor en taquillas más allá de los festivales?

Vemos mucho cine, en casa, en el ordenador, en la tablet, pero es difícil igualar la experiencia de ver una película en una sala. Además, ya nos estamos cansando de estar tanto en casa. Si ajustamos y cuadramos precios, oferta e intereses del público, se puede conseguir que el cine de autor siga teniendo vida en las taquillas. Sobran salas con las mismas pelis comerciales y faltan salas de cine, cómodas, con buenas pantallas con cine en versión original y de autor venga de donde venga. Hay una tendencia de recuperación de público en salas como el Verdi, Renoir, la nueva sala Zumzeig, el recuperado Boliche o el flamante cine Balmes, un cine del Grup Balañá dedicado a la versión original, eso sí que es un cambio en su política cinematográfica

Todo el mundo habla de la crisis del cine, pero el D’A no hace más que crecer. ¿El secreto del éxito?

El haber empezado justo con la crisis, nacer en ese punto y evolucionar y crecer con la crisis, que aún está ahí fastidiándolo todo, pero esperamos que se vaya diluyendo. Y parte del éxito del festival es la amplitud de miras del D’A y la programación cuidada que siempre tiene, pieza clave del festival.

La plaga clausuró el D’A el año pasado y luego ha triunfado en premios y festivales. Este año, con 10.000 km también pinta que acertaréis. ¿El talento local tiene algo que envidiar al de fuera?

El talento local no tiene nada que envidiar, hay gente muy potente. Si hay algo que envidiar, mencionaría los recursos, ayudas y presupuestos de algunos países para apoyar y promocionar a sus cineastas. Sin olvidar que la presencia de películas españolas en un festival como la Berlinale es muy baja comparada a otros países, sólo dos en el 2014, y esa escasa presencia nacional es casi endémica en algunos de los festivales de clase A.

Albert Serra firma el spot del D’A 2014. ¿Genio incomprendido?

Autor, genio y figura. Incomprendido no, puede que ignorado por algunos, pero casi todo el mundo lo conoce a él y a su obra, y eso no lo consiguen todos los directores y directoras.

¿Podéis avanzarnos el nombre de algún invitado de honor de este año y recordar alguna visita especial en la historia del festival?

Este año estamos muy contentos de contar con la presencia de Denis Côté y de todos los directores del ciclo Un Impulso Colectivo.  Por tema de presupuesto, el festival tiene pocos invitados internacionales, pero la presencia de un ganador de la Palma de Oro como Cristian Mungiu el año pasado fue genial.

Entre nosotros, ¿cómo son las noches del D’A? ¿Os quedan energías para la fiesta? 

Quedan energías, aunque uno tiene que dosificar. Pero siempre queda espacio para compartir mesa, comidas, vino y algún que otro G&T.