Global Trend Report '08 - Viena

Aunque parezca mentira, la juventud austríaca finalmente se ha decidido a subirse al tren de los tejanos ceñidos. Mejor tarde que nunca… suponemos. Las camisas, con botones en el cuello, y las camisetas, de cuello de pico. Los chicos, básicamente, quieren dar la impresión de haber estado hurgando en los armarios de sus hermanas pequeñas. Todavía están colgados de esos sombreros que antes sólo llevaban los viejos con un tornillo de menos; esta es una tendencia que se resiste a morir, y mira que hemos intentado acabar con ella… Ah, y las bufandas. ¿Hay algún país que se resista a ellas?

La mayor parte de los varones vieneses, pese a todo, no se comen mucho el coco con lo que sacan de sus guardarropas. Pillan prendas básicas, clásicos de ayer, de hoy y de siempre como “una camisa” y “un pantalón”, y a otra cosa. A nosotros ya nos parece bien.

Las chicas tampoco se andan con muchas ceremonias, dedicando casi todas sus energías a combinar colores de forma interesante. Observad lo bien que casan un par de tonos de púrpura y rojo. Las uñas rojas, el lapiz de labios y los pendientes son como pequeños signos de exclamación al final de una frase. Los tejanos, ceñidos, se ven muy a menudo en color gris tirando a desvaído. Las bolsas se escogen dependiendo de la ocasión: favoritas durante el día son esas cosas de asas largas fabricadas con algo que parecen unos pantalones de chándal, mientras que las tardes y noches reclaman bolsos de mano que hagan juego con los tacones, especialmente en colores metálicos y brillantes.

Incluso cuando salen de noche, las chicas se toman las cosas del vestir con calma y se decantan por los tejidos cómodos y suaves, como el de esa vieja camiseta con delfines, tan querida, que compró estando de vacaciones con la familia, y el de esa lustrosa chaqueta de sport recortada para mostrar algo de culo. Colores neutrales de nuevo, con excepción de unas pocas mini-explosiones cromáticas aquí y allá. El vivo retrato de la contención vienesa.

Si tu deseo es parecer algo aniñada, nada te impide vestir una de esas prendas semejantes a túnicas que no se sabe muy bien si son camisas largas o vestidos cortos, en combinación, cómo no, de los siempre fiables tejanos negros ceñidos. Entre 2007 y 2008, el estilo apenas ha evolucionado un poco. Las mallas se han sustituido por auténticos pantalones, y los cárdigans de punto son ahora ligeramente más cortos. El pelo liso, con mechones; el pelo rizado, algo alborotado, y aquí paz y después gloria.

Puestos a pensarlo, es sorprendente que no haya más féminas vistiendo medias, ya que en Austria está la sede de Wolford, firma campeona en esta modalidad de prenda. Si eres una chica, o un varón entusiasta de las medias (por fetichismo, por ocultar tus rasgos durante un atraco, etc.), por tu propia conveniencia esperamos que ya sepas de las Matte Opaque 80, de Wolford, ya que son las medias más cálidas, más negras y más difíciles de romper que se hayan fabricado. Son caras, pero podemos decirte que tenemos dos pares que compramos hace un año y están como nuevas tras haber sobrevivido a múltiples pasos por la lavadora. En serio. Esa es la información más valiosa que sobre prendas vayáis a encontrar en toooooodo este número.

Fotos: Kurt Prinz; texto: Iris Kern y David Bogner; modelos: Wolf, Robert, Maxi, Anja, Schirin, y Lisa

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