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Hablamos con Larry Flynt sobre la ejecución del hombre que le disparó

Larry Flynt, creador de la revista porno Hustler, está tan en contra de la pena de muerte que hasta hizo campaña para detener la ejecución del hombre que le disparó en 1978.

Larry Flynt (foto vía)

Últimamente Larry Flynt ha estado apareciendo en la prensa debido a un tema mucho más macabro que la libertad de expresión o la pornografía. El magnate de 71 años ha estado hablando sobre la pena de muerte que existe en América y cómo se opone a ella. Flynt ha empezado a hablar de ello con motivo de la ejecución de Joseph Paul Franklin, el hombre que le disparó en 1978, dejándole paralizado de cintura para abajo. Ese día, Joseph tenía la intención de matar a Flynt, pero éste sobrevivió —a pesar de que ya ha pasado más tiempo en silla de ruedas que a pie. El dolor de las heridas que sufrió era constante y lo llevó a engancharse a los analgésicos, cosa que le provocó una sobredosis y un ataque que afectó a su forma de hablar. Pero podríamos decir que ha tenido suerte, ya que todas las otras víctimas de Franklin murieron.

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Ahora Franklin también está muerto. El estado de Misuri lo ejecutó el 20 de noviembre —después de pasar 15 años en el corredor de la muerte— por medio de una inyección letal con una polémica droga llamada pentobarbital, una droga que anteriormente se utilizaba para aplicar la eutanasia a los animales. Con Franklin fue la primera vez que Misuri utilizaba esta droga, desde que el año anterior se cambiase la tradicional ejecución que implicaba tres drogas distintas mezcladas en un mismo cocktail a la ejecución de una única inyección de profopol (la misma droga que mató a Michael Jackson). Cuando los suministros de propofol disminuyeron, el estado decidió utilizar pentobarbital, y su conejillo de indias resultó ser Franklin, quien todo indica que sufrió al serle administrada la droga. Aunque había confesados crímenes atroces—incluyendo el asesinato de dos adolescentes y por lo menos seis personasmás—un psiquiatra de renombre lo diagnosticó con esquizofrenia paranoide, y por lo tanto, no debería haber sido apto para ser juzgado.

Flynt hizo campaña para detener la ejecución, demandando al estado y pidiendo que desclasificaran documentos que revelarían este proceso de ejecución secreto. No tuvo éxito en salvar la vida de Franklin; así como Franklin, irónicamente, no consiguió terminar con la de Flynt.

Pienso en lo que habría sido para él esa tarde de hace 35 años, sintiendo como dos balas atravesaban su abdomen. Cazado, como una presa, por un francotirador oculto a plena luz del día; cómo eso pudo afectar a su percepción del mundo y de su entorno. Aún así, Flynt me dice que nunca ha sentido rabia por su agresor, ningún tipo de rabia. “Soy un optimista,” dice. Y también es optimista en que algún día la práctica de castigar un asesinato con otro asesinato quedará obsoleta.

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Joseph Paul Franklin

VICE: ¿Cómo te sentiste cuando escuchaste que Joseph Paul Franklin había sido ejecutado?

Larry Flynt: No tuve ningún tipo de sentimiento. He estado toda la vida en contra de la pena de muerte, pero no tiene nada que ver con él. No creo que el gobierno deba estar metido en el negocio de matar a personas.

¿Por qué no habías hablado antes sobre la pena de muerte?

Es una opinión que siempre había tenido, pero nunca he hablado demasiado sobre el tema porque me parece muy difícil cambiar esta política. Cuando escribí esa columna para el Hollywood Reporter, no sabía que iba a ser viral. Y de repente, todo el mundo quería hablar conmigo sobre la pena de muerte.

¿Crees que vas a seguir hablando abiertamente sobre este tema?

No estoy haciendo una cruzada, pero siempre daré mi opinión cuando me pregunten al respecto. Tengo opiniones sobre muchas cosas.

¿Qué crees que es lo que hace que EE.UU seamos una de las pocas naciones del mundo que aún practica activamente la pena capital?

Esto es lo que me molesta. Los más grandes defensores del mundo de la pena de muerte son Irán, China y los Estados Unidos. No creo que debamos estar en la misma categoría que esos bárbaros. Podría apoyar la pena de muerte si fuera una fuerza disuasoria, pero no lo es y no hay una evidencia científica o histórica que indique que lo sea. No puede verse como un castigo hacia el crimen, porque si tu matas a alguien en cuestión de segundos con una inyección letal, el castigo ya ha terminado, pero si pones a alguien en una celda de 4x6 durante el resto de su vida, sí que vas a conseguir que sea un castigo. Así que si quieres hacer que alguien sufra, tendrás que hacer otra cosa que no sea ejecutarlo.

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¿Por qué alguna gente apoya la pena de muerte pese al alto margen de error, los terribles métodos de ejecución y todos los gastos que conlleva?

No son prácticos. Son demasiado emocionales, solamente quieren a esa persona ejecutada. No tiene ningún tipo de sentido. Si alguien ha sido la víctima de un crimen terrible, solamente quiere ver a esa persona muerta, no quieren que se den cuenta de que han actuado mal. Por un tiempo puede que quieras este tipo de venganza, pero esta no es al clase de justicia que va mejor para un país. Nuestro sistema no puede sobrevivir con una justicia que actúa como si fuera un vigilante al margen de la ley.

Una reciente encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte es actualmente el más bajo de los últimos 40 años. ¿Por qué crees que los americanos se lo están pensando dos veces a la hora de opinar sobre la pena de muerte?

No lo sé, pero es esperanzador que sea así. Me alegro de que las encuestas sean mejores. Hace 20 años, un 80% apoyaba la pena de muerte y ahora es sólo un 50%. Ya sabes, mira como ha evolucionado el matrimonio homosexual. Hace diez años nadie habría pensado que evolucionaría de la forma que lo ha hecho. Las posturas cambian. Y una vez que la gente se toma un poco de tiempo para analizar el tema, normalmente se les ocurren muchas respuestas.

Franklin no te habría disparado si no hubiera tenido acceso a una pistola. ¿Qué opinas del control de armas en EE.UU?

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La gente podría tener pistolas por motivos deportivos, pero la cantidad de armas que tenemos ahora está por encima de los 300 millones. No necesitamos tal cantidad de armas de fuego.

¿Crees que si no fuera por la cantidad de armas que hay en este país tendríamos muchos menos crímenes?

La mayor parte de la tasa de criminalidad es por culpa de la pobreza, el desempleo y de la falta de educación. Si a la gente se la educase bien, cometería menos crímenes. Esto es un problema fundamental. Mientras estemos dejando que nuestras escuelas no tengan suficiente financiación, no lograremos una mejor educación para que los niños puedan ver que pueden conseguir trabajo, ganar dinero y no depender del crimen. No es que este país se haya vuelto loco de repente, que nos hayamos convertido en una sociedad propensa a la violencia sin ninguna razón, hay una razón, y esta razón es el centro de que no estemos funcionando como sociedad.

¿Por qué está fallando nuestro sistema educativo?

A los políticos les resulta más fácil hacer recortes en este sector. Los niños no se quejan; no son lo suficientemente viejos para quejarse. Toda la culpa es de los políticos. No les preocupa la educación de nuestra juventud.

Hablando de políticos, ¿qué le dirías a Rick Perry, quien parece no tener compasión a la hora de tratarse de ejecuciones?

Es un político con una mentalidad particular. La pena de muerte no le importa nada. Si cree que le puede ayudar a nivel político, pues la apoyará.

¿Incluso si esto supone utilizar drogas no probadas que puedan causar dolor y sufrimiento, como el pentobarbital que se usó para ejecutar a Joseph Franklin, lo cual viola la Octava Enmienda?

Muchas compañías farmacéuticas han mostrado su oposición a que sus drogas sean utilizadas para quitarle la vida a alguien. Los anestesiólogos hacen un juramento para no perjudicar a sus pacientes. No deberían estar matando a gente. Hay mucha hipocresía en todo esto. Pero ya encontrarán otra forma de matar hasta que se cambie la ley.