Kots kaal pato, un ritual de sangre y muerte en Yucatán

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Kots kaal pato, un ritual de sangre y muerte en Yucatán

En el poblado de Citilcum, en el estado mexicano de Yucatán, nadie sabe con exactitud cuál es el origen de la tradición local llamada Kots Kaal Pato, un ritual de sangre y muerte difícil de entender en estos tiempos.

En el poblado de Citilcum en el estado mexicano de Yucatán, nadie sabe con exactitud cuál es el origen de la tradición local llamada Kots Kaal Pato, un ritual de sangre y muerte difícil de entender en estos tiempos.

El día de este festejo, las familias de Citilcum (pronunciado Kitilcum en idioma maya) se reúnen en el centro del poblado, en donde unos días antes se instala una especie de patíbulo.

Una vez reunidos en el lugar, un grupo de adultos cuelgan piñatas que en lugar de tener fruta o dulces —como normalmente se acostumbra—,tienen dentro animales vivos que ellos llaman alimañas y que son capturados una noche antes por los niños de la localidad.

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La mayoría de los animales atrapados son iguanas de distintos tipos y tamaños, pero la alimaña más preciada son las zarigüeyas, conocidas en otras partes de México como tlacuaches; un marsupial amenazado y que incluso está protegido en otros países del entorno.

Como cualquier piñata, éstas son golpeadas pero con los animales dentro. No hay forma de evitar la muerte, ya que el animal que logre escapar de los palazos, no dura mucho tiempo sin ser lanzado de un lado a otro de la multitud hasta que queda inerte en el suelo o es aplastado a pisotones.

Cuando termina el festejo de las piñatas y las zarigüeyas han muerto, hacen su aparición los patos, animal que da origen al nombre de esta celebración.

El ave es atada por las patas a una estructura hecha de madera y los "concursantes", tienen saltar para agarrar al pato por la cabeza.

Una vez que logran pillarle la cabeza, el "afortunado" debe de arrancarla con sus propias manos, ya que quien lo logre se llevará el cuerpo del pato a su casa.

El pato muere en el momento en que se le rompe el pescuezo, pero pueden pasar más de tres minutos antes de que la cabeza del pato se desprenda del cuerpo. Durante ese lapso de tiempo cae una auténtica lluvia de sangre que baña tanto al que coge de la cabeza, como a los que observan el sacrificio.

La gente reunida observa. Familias enteras aplauden y ríen. Es un momento que les da una identidad comunitaria, pero nadie, absolutamente nadie sabe explicar el por qué de la celebración y ni siquiera los más ancianos conocen sus orígenes y razones.

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"No sabemos el origen de la tradición. Yo lo aprendí de mis padres y mis padres de sus padres. Antes se hacía en un gran árbol de ceibo que estaba aquí cerca, pero en el año 2002, cuando el huracán Isidoro pegó a Yucatán, el árbol se cayó", narra don Idelfonso Tec, un anciano que nació y creció en Citilcum.

Desde entonces el festejo se realiza en un parque contiguo a la zona del comisariado municipal.

Freddy Poot Sosa, reconocido investigador de la cultura maya, que ha realizado varios documentales de la vida y cultura de las comunidades indígenas de la región peninsular, se muestra igual de extrañado. "No sabía que existía un festejo de ese tipo, supongo que es un festejo muy local y exclusivo de Citilcum", comentó.

Aunque nadie sabe el origen del festejo, el por qué de los sacrificios animales o la finalidad de esta celebración, lo que es seguro es que, por ahora, el Kots Kaal Pato se seguirá celebrando en Citilcum cada año.

"Al ver estas imágenes hemos quedado consternados. Pareciera que la crueldad humana no tiene límites. La tradición no puede justificar el maltrato animal. Es muy revelador que incluso los participantes de esta brutalidad no recuerden cómo dio comienzo esta tradición, mostrando la inercia y el sin sentido en estos tiempos de este tipo de prácticas que tienen que pasar a formar parte del pasado", nos dijo Javier Moreno, fundador de Igualdad Animal.