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Hay películas raras que sin embargo le gustarían hasta a nuestras madres.No hay que infravalorar a un espectador porque sea mujer y tenga hijos, cuidado ahí, solo hay que hacer tal cosa cuando es un cuñado. Una madre se vería el vídeo de la boda de su hija las veces que hicieran falta, por lo que a cinéfaga en potencia nadie la gana. Ahora bien, si se ve Kyanq (Artavazd Pelechian, 1993) que además son siete minutos de nada y está en YouTube, seguro que aplaude.Y vosotros que sabéis tanto de cine y os explicáis tan bien, ¿qué habéis aprendido haciendo el libro?Nosotros, los autores, a usar el Word, nada más. Quizá el subtexto de esto sea que el cine no tiene por qué ser algo divulgativo o de lo que saquemos epifanías. También que escribir sobre una película es la mejor forma de escribir sobre cualquier otra cosa. En el libro hemos conseguido colar nuestra opinión sobre la estupidez, el nepotismo, el amor, la televisión o la droga.También habrá pelis que recomiendan todos los libros de este tipo y para vosotros no valen nada.Los 400 golpes, Easy Rider, todo Lars von Trier, todo Danny Boyle…