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Cultură

Las 10 zorras más vengativas del cine

La asesina de Tú eres el siguiente tiene muchas amiguitas y... ¡OJO SPOILERS!

Con el estreno reciente de Tú eres el siguiente (macabro survival en el que un personaje femenino se revela como una asesina despiadada), rescatamos la lista de las diez venganzas más pasadas de vueltas protagonizadas por féminas peligrosas.

1. Jennifer en I SPIT ON YOUR GRAVE – Steven R. Monroe (2010)

En los setenta estuvo de moda el subgénero explotation de rape and revenge: donde una chica/s es violada para después vengarse brutalmente. La obra más representativa fue el debut de Wes Craven, La última casa a la izquierda. De los numerosos títulos producidos desde entonces, nos quedamos con el remake de La violencia del sexo, I spit on your grave, en la que la tierna Jennifer tortura sin piedad a cinco rednecks que la violaron en su cabaña. Una venganza extremadamente violenta, en la que no faltan cepos, tijeras de podar y una secuencia memorable en la que alguno termina por tragarse -iteralmente- sus partes nobles.

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2. Hailey en HARD CANDY – David Slade ( 2005)

Esta versión moderna de Caperucita Roja ha sido uno de los thrillers psicológicos más incómodos de los últimos años. Antes de que Ellen Page diera vida a la verborreica Juno, encarnó a Hailey, una chica de catorce años que seduce a Jeff, un fotógrafo mucho mayor que ella y responsable de la muerte de su mejor amiga.  La escalada de tortura y extorsión mental emprendida por Hailey es tal que él termina por suicidarse. Nos quedamos con la tensísima secuencia en la que Hailey prepara a Jeff para la castración.

3. Mary en AMERICAN MARY – Jen Soska y Sylvia Soska (2012)

Si a la unión de terror y cirugía le sumamos la modificación corporal, el horror está garantizado. Las gemelas Soska, más conocidas como Twisted Twins, conocían perfectamente esta fórmula cuando plantearon su segundo largo: Mary es una aspirante a cirujana que decide ganar algo de dinero extra practicando intervenciones ilegales. La película, además de imágenes que redefinen lo desagradable, presenta un terrible giro final -no apto para estómagos sensibles- en el que descubrimos cómo Mary ha hecho sus propias ‘prácticas’ para vengarse de un antiguo agresor.

4. La mujer de THE WOMAN – Lucky McKee (2011)

Esta divertida película ofrece canibalismo, incesto, psycokillers, crítica social y orgía de sangre final. Una familia de clase media americana secuestra a una mujer salvaje, sometiéndola a vejaciones en el establo de su jardín. Posiblemente, lo mejor de The Woman sea ver cómo discurre en paralelo esa atmósfera hiperrealista, empalagosa, propia del american way of life de clase media, con la bestial venganza final librada por ‘la mujer’, en la que no duda en comerse el corazón de su víctima con sus propias manos.

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5. Bok-nam en BEDEVILLED – Jang Cheol-soo (2010) 

La surcoreana Bedevilled podría ser el reverso tenebroso de Dogville. Desde niña, Bok-nam ha soportado las vejaciones de todos los habitantes de la isla en la que vive. Tras la muerte de su hija, hoz en mano, inicia una venganza masiva contra todos aquellos que abusaron de ella. esta masacre es un título imprescindible del gore reciente (estilizado), que no repara en litros de sangre, pero también es una mordaz reflexión sobre la insolidaridad de la vida moderna. Bok-nam mata a su marido ahogándole en pasta de habas: “prueba tu propia medicina”.

6. Yuko en CONFESSIONS – Tetsuya Nakashima (2010) 

No es habitual ver a un profesor vengándose sin piedad de un alumno. La película japonesa más taquillera de 2010 resulta bastante irregular, sepultada por canciones de The XX y Radiohead, excesivos recursos pop y golpes de efecto. Pero si algo tiene de bueno Confessions es la presentación de su trama, un larguísimo monólogo en el que Yuko, profesora de primaria, confiesa a sus alumnos que su hija de ocho años no murió accidentalmente, sino asesinada en la escuela. El monólogo concluye con que la venganza contra los asesinos, dos niños de la clase, ya se ha puesto en marcha.

7. La novia en KILL BILL 1 y 2 – Quentin Tarantino (2003-2004)

Tarantino se ha especializado en la venganza, pero donde se empleó a fondo fue en las dos entregas de Kill Bill. Nos quedamos con la pelea con Elle Driver en la que Uma le acaba sacando -y aplastando- su único ojo a Daryl Hannah. (Aunque Tarantino nunca haya ocultado sus influencias, nunca está de más recuperar en esta lista La novia vestía de negro de Truffaut, en la que una viuda, lista en mano, se venga de los cinco asesinos que mataron a su esposo el día de su boda. ¿Os suena?)

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8. Thana en ÁNGEL DE VENGANZA - Abel Ferrara (1981)

Este caso de rape and revenge es especial no sólo por la particularidad de su trama (una chica muda es violada dos veces en un mismo día y decide vengarse), sino porque la cosa va mucho más allá y la protagonista decide, además de acabar con sus agresores, limpiar las calles de violadores, proxenetas, chulos y traficantes. Ojo a la escabechina final en la que Thana, una hermosísima Zoë Lund, vestida de monja (muchos reconocerán aquí a la Lindsay Lohan de Machete) se lía a tiros en una fiesta de disfraces.

9. Geum en SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE – Park Chan-wook (2005)

Otro de los directores con fijación por la venganza es el director de Stoker, Park Chan-wook. Con Sympathy for Lady Vengeance, el coreano cierra su trilogía sobre el tema y brinda el mismo esquema que en las anteriores Oldboy y Sympathy for Mr. Vengeance: una bella muchacha es encarcelada trece años acusada injustamente de haber secuestrado a un niño. Durante su condena en prisión, Lee Geum Ja tendrá tiempo de sobra para tejer su plan de venganza. Especialmente imborrables las violaciones carcelarias, en especial aquella en la que Lee es forzada al sexo oral con otra mujer.

10. Peyton en LA MANO QUE MECE LA CUNA – Curtis Hanson (1992)

No podíamos despedirnos sin este clásico de los noventa. El papel de Peyton, interpretado por Rebeca De Mornay, estaría en cualquier lista de locas extremadamente peligrosas. Peyton disfrazada de niñera se cuela en la casa, las vidas y las camas de la familia Bartel, a quienes acusa de la muerte de su marido. Todo una lección de home invasion noventera en la que la Mornay no dudaba en matar a todo aquel que se le pusiera por delante.