POR ANDY CAPPER Y KEV CHARAS
FOTOS DE ALEX STURROCK Este agosto, mientras el Reino Unido rugía en una espiral de locura criminal, VICE envió a las calles a varios corresponsales para realizar un seguimiento minuto a minuto de la tragedia nacional. Ahí van unos cuantos momentos estrella de nuestra cronología del caos.
LUNES, 2:49 AM: WOOD GREEN
Una pandilla de jóvenes locales baja la calle hacia una Body Shop. El enloquecido grupo se encamina con decisión a la zona de cremas hidratantes. Se produce una carnicería. El aceite de coco vuela por todas partes. Una chica de unos 15 años resbala y de una voltereta cae sobre una pila de pastillas de jabón con forma de dinosaurio y colores azul y naranja. Más tarde se oyó decir a un agente de policía, “Fue como una explosión en una fábrica de aceite de coco con un sutil dejo a mango”. LUNES, 10:50 PM: ENFIELD
Un hombre está sentado con aire abatido cerca de una oficina de correos que está siendo saqueada. “He de volver el martes para recoger mi subsidio de desempleo”, lloriquea él mientras 200 juerguistas bailan dentro entre confeti y cigarrillos robados. MARTES, 1:05 AM MANCHESTER
Hace quince años, todos estos jóvenes revolucionarios cabreados habrían estado en un estadio viendo a Oasis. Ahora deben pagarle a algún billonario enloquecido su salario de tres semanas para ver a Beyoncé y Jay-Z luciendo sus relojes de 15 millones de dólares en ese pozo de pestilente basura llamado Glastonbury. Una ironía que no ha pasado desapercibida en Manchester, donde jovenzuelos con caras llenas de granos roban saxofones en Dawson’s Music Shop para… ¿expresar su desencanto a través del jazz? MIÉRCOLES, 2:13 AM: DALSTON
Durante tres días, la comunidad turca del East London ha montado guardia en sus paradas de taxi y sus restaurantes de kebab, fumando furiosamente e ignorando a sus mujeres. Finalmente, armados con tacos de billar rotos, han tenido la oportunidad de perseguir a 50 saqueadores de la zona, siendo aclamados por los medios locales como héroes vigilantes. JUEVES, 8:27 PM: WESTMINSTER
La nación suspira con alivio cuando David Cameron, que tuvo que acortar sus vacaciones en la Toscana para volver a casa y salvar a todo el mundo, anuncia un plan consistente en inundar las calles con 16.000 polis más y dice que él personalmente expulsará de sus pisos de protección oficial a los saqueadores y enviará a todos sus hijos al talego.
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POR JULIEN MOREL
FOTO DE MACIEK POZOGA Si te crees cualquier cosa que lees, el monte Bugarach en Francia es el único lugar en el mundo que sobrevivirá al Apocalipsis; María Magdalena y Jesucristo tuvieron allí su nidito de amor; y por si esto fuera poco, es un punto de aterrizaje de ovnis. Preocupa el hecho de que más de diez mil buenos creyentes acudan allí a buscar refugio ante el inminente Fin del Mundo. Autoproclamados gurús de todo pelaje han brotado en el triángulo que forman las poblaciones de Bugarach, Rennes-les-Bain y Rennes-les-Château, ofreciendo productos como cremas hidratantes supuestamente hechas con el ADN de María Magdalena (precio: 150 euros) y “cursos de preparación” para la llegada del cataclismo (de 500 a 2.000 euros). El boom turístico ha alterado la economía del pueblo. En los últimos cinco años se ha triplicado el precio del suelo, los restaurantes son ahora más caros que los de París y cooperativas orgánicas venden galletas con sabor a lavanda por 4 pavos. Esta inflación ha cabreado mucho a la gente del lugar, como a los niños locales, que califican a los turistas hippies de “hatajo de gilipollas” y alertan de que el alcalde de Bugarach “habla con los periodistas esperando que los precios de las casas se disparen”. Hasta los New Agers más viejos están hasta la polla. Uraine, un hippie que vive allí desde la década de los 70, dice llevar quince años luchando contra el desalojo: “¡Querían demoler mi casa para construir un complejo de apartamentos para escandinavos y americanos ricos!“. Pero los hay que no se quejan. El propietario de un hotel en Rennes-les-Bains dice de su nueva clientela: “No son mala gente. Vienen para bañarse en el spa y hacer cosas raras con piedras. Deciden qué comer oscilando un péndulo encima del menú”. El último día dimos un paseo por el bosque y encontramos a un grupo de alemanes, suizos y austríacos que habían plantado una tienda de campaña en un claro cercano. Cuando les preguntamos cuánto se habían gastado en el viaje, dijeron, “No mucho. Poco más de diez mil euros”.
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POR HANS WETZELS
FOTO DE HENRY LANGSTON En las dunas cubiertas de zarzas de Calais, Francia, refugiados de países como Irán, Afganistán y Somalia se apiñan en chabolas de madera y plástico a la espera de una oportunidad de subirse a un ferry y entrar ilegalmente en Inglaterra. Hablamos con un superviviente sobre su peligroso viaje desde Irán hasta Gran Bretaña. VICE: ¿Por qué huiste de Irán?
Reza: Soy de Tabriz, un área con una gran minoría azerbaiyana. El gobierno nos discrimina. Como activista, escribí artículos críticos al respecto. Cuando los servicios secretos amenazaron con matar a mi familia, decidí irme lejos. ¿Dónde fuiste?
Primero fui de Teherán a Turquía. Después viajé a pie a través de las montañas del Kurdistán, durmiendo en refugios rocosos y escondiéndome en cuevas cuando los kurdos me disparaban. Quieren que les pagues cuando pasas por su región. Turquía es un auténtico infierno para los refugiados iraníes, pero por su geografía no hay más remedio que atravesarla. El primer ministro turco es amigo de Ahmadineyad, y el servicio secreto iraní está por todas partes. ¿Cómo lograste llegar a Europa?
Una noche robé un gastado bote de remos en la costa turca. Mirando atrás, me pregunto en qué demonios estaría pensando. ¡Cruzar solo el Mediterráneo! Hubo momentos en que creí que estaba perdido y nunca encontraría tierra. Fue peligroso, pero a veces hay que asumir riesgos. Y tú asumiste unos cuantos.
Sí, como cuando tuve que engañar a los agentes de fronteras griegos tras el viaje en el bote. Los griegos no aprecian la diferencia entre un turco y un iraní, así que entré con un grupo de turcos que estaban de vacaciones o algo así. Me colé y entonces me subí en un camión para dormir un poco. ¿Cómo se duerme en un camión?
En algunos camiones hay una parte plana encima de la cabina sobre la que te puedes tumbar. Estuve allí unas 16 horas. Tenía la sensación de que iba a morir congelado, pero resistí. Crucé Italia hasta alcanzar la frontera francesa. Pude haber caído entre las ruedas, es algo que pasa a menudo. Cuando me quise apear aporreé el techo de la cabina, pero estaba tan tieso de aguantar el frío allí tumbado que me caí del camión y me rompí un tobillo. Bueno, has conseguido llegar a Inglaterra. ¿Ahora qué?
Intento aprender inglés. Es la única manera de llegar a algo. Voy a la biblioteca cada día para usar internet gratis y por la noche veo tanta televisión inglesa como puedo.
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POR WILBERT L. COOPER
ILUSTRACIÓN DE JOHNNY RYAN En Zimbabue aparecen informes sobre brutales violaciones casi cada semana, pero esta vez no son las tropas del presidente Robert Mugabe, ni siquiera hombres, los culpables de obligar a la fornicación. La policía anda buscando a un grupo de mujeres que captura a sus víctimas, hombres, ofreciéndose a llevarlos en sus bonitos coches. A continuación los drogan y violan a punta de pistola, en ocasiones durante días enteros. Estas mujeres acostumbran a conservar el esperma como souvenir, lo cual hace pensar a las autoridades que esta ola de violaciones es parte de algún tipo de ritual. A comienzos de año, un joven de 24 años informó de que había sido violado “a punta de serpiente” en el asiento trasero de un Honda blanco conducido por una mujer tatuada acompañada de un descomunal reptil. Todas las víctimas han preferido mantener el anonimato, aunque una de ellas, según ha trascendido, es agente de policía. Por el momento no se han producido arrestos, pero aunque atraparan a alguna sospechosa es probable que se fuera de rositas: en Zimbabue, la ley no considera delito que una mujer viole a un hombre.
POR WILBERT L. COOPER “Nigger” fue un topónimo ampliamente aceptado por los primeros colonos de América del Norte, quienes lo usaron para bautizar desde una montaña en la Columbia Británica (Niggertoe Mountain) a un arroyo en Texas (Dead Nigger Creek) o, hasta no hace mucho tiempo, un lago, una carretera o un río al norte del estado de Nueva York. A instancias de organizaciones como NAACP y de gente blanca a la que incomoda el término, gobiernos locales y agencias federales han procedido a purgar o moderar tan crudos nombres. De forma harto ingeniosa, Texas ha cambiado Dead Nigger Creek por Dead Negro Draw; la United States Board of Geographic Names ha cambiado las cerca de 200 entradas “nigger” en su archivo por “negro”, y el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York ha ido a saco eliminando por completo toda mención del término “nigger” de sus documentos oficiales.
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POR EL EQUIPO DE VICE
FOTO CORTESÍA DE GEHEIMAGENTUR Geheimagentur es un grupo de teatro alemán que, junto a Fundus Theater, tuvo una idea cojonuda: que un grupo de niños a quienes les encantan los piratas pensaran preguntas que luego responderían auténticos piratas somalíes. El diálogo resultante se convirtió en una performance multimedia que se mostrará el año que viene en el Festival de Viena. Aquí tenéis un adelanto. Chaval: Me gusta jugar a los piratas y luchar y matar. ¿Es divertido ser pirata de verdad?
Pirata: Es una vida dura. Por un lado tienes dinero, pero apenas puedes comer algo en todo el día porque siempre tienes miedo. ¿Qué usáis para luchar?
Ametralladoras antiaéreas. ¿Juegan también tus hijos a ser piratas?
Algunos de los piratas, cuando vuelven a su aldea con el botín, conducen grandes y lujosos coches, exhiben sus armas y van por ahí como si fueran el jefe de todo el mundo. Los niños construyen coches de juguete e intentan caminar como los piratas. ¿Cómo te hiciste pirata?
Mi tío tenía un barco. Era pescador. Un día su barco sufrió una avería y su red fue destruida por barcos más grandes. Cuando los barcos de las grandes compañías pesqueras se topaban con los pequeños barcos de Somalia, nos disparaban con sus cañones de agua a presión. Después de que esto se repitiera un par de veces, los pescadores decidieron que teníamos que contraatacar. Teníamos que defendernos de esa gente que destrozaba nuestras redes. Por otra parte, algunos piratas ven los barcos de las compañías pesqueras como enemigos porque arrojan productos químicos venenosos al mar. ¿Cuántos barcos has atacado y cuánto dinero has sacado?
Cuando era pirata capturé un barco. Era el más joven y no sabía mucho de piratería, así que dije que me llevaría lo que me quisieran dar. Sacamos 15.000 dólares. Entonces decidí dejarlo. De regreso a casa fui asaltado por piratas de tierra. Se llevaron todo el dinero. ¿Te sientes mal por capturar esos barcos?
Cada persona es diferente. A algunos sólo les importa el dinero. Otros son más humanos, tienen en cuenta que sus rehenes tienen sentimientos y los tratan como humanos. Y luego está la milicia central somalí. No les importa si hieren a alguien. Son usados por sus clanes y los señores de la guerra para matar. Llegan a un punto en que ya no pueden dar marcha atrás.
POR BLAGOVEST BLAGOEV
FOTO DE JASMIN STEIGLER Ruen, el único club oficial de lucha de grasa en Bulgaria, ejemplifica todo lo glorioso de los hombres casi desnudos cubiertos de aceite, las llaves inmovilizantes y los pulgares en el culo. Intrigados, fuimos a una feria en una aldea llamada Vaklinovo para ver a esos brutos en acción. Miles de personas se reúnen para ver a atletas aficionados de todo el país y de todas las edades competir en un ring improvisado con unas cuerdas. Pero el plato fuerte son los baspehlivans (“verdaderos luchadores”) del final. Los baspehlivans preparan sus combates colocándose sus kispets, unos ásperos pantalones de piel de búfalo de agua. Los luchadores se frotan la entrepierna con aceite de oliva y se ayudan entre ellos a atarse los kispets. Unos kispets ajustados son cruciales para evitar que el rival tenga acceso a tus partes pudendas, y también es lo que evita que la lucha de grasa sea un deporte “gay”. Si lo fuera, nadie se protegería tan a conciencia el ojete. El combate da comienzo con una danza ritual llamada pesraf, consistente en pavonearse por el ring moviendo los brazos como un pájaro y dándose palmadas en los kispets. Después, los luchadores se ponen cara a cara en el centro del terreno y las cosas se ponen serias. Los luchadores se entrelazan en la posición de perrito, el atleta que está encima busca una oportunidad de ponerse a espaldas de su contrincante. Escurre el brazo hasta el codo dentro de los kispets del otro y, con un tirón repentino, lo iza por los aires y lo deja caer sobre el suelo. El público aclama el momento en que el ganador arranca los kispets del perdedor. El combate termina con el saludo tradicional en este tipo de lucha, chocando las frentes, y después cada uno se va a limpiarse la grasa de encima.