Los 10 casos de violencia más guay

No empecéis con que en esta lista faltan la niña pesada de los Tiny Toons, pulgoso, el correcaminos o las viñetas de Joan Cornellá. Faltan millones porque son millones los dibujos que desprenden violencia guay. Lo que aquí te mostramos son 10 autores y personajes elegidos por Berto Fojo y Manuel Donada. Son ellos dos quienes han creado las obras de la exposición Violencia Guay, comisariada por Watdafac y presente el próximo 10 de octubre en el espacio Espíritu 23 dentro de las actividades del festival VillaManuela. Estamos muy en contra de la violencia, sólo nos gusta en los dibujos (y en Jackass).

VIOLENCIA GUAY SEGÚN MANUEL DONADA

1. Matt Groening con Rasca y Pica

Yo creo que Matt (o de quien haya sido la idea) dio con la violencia más entrañable de la televisión en mucho tiempo. Nadie como estos dos animalejos para echarte unas risas mientras uno descuartiza al otro. Sólo hay que ver como Bart y Lisa se parten de risa con cada episodio. Para que los que digan que una sierra mecánica o un machete de 30 metros no son capaces de arrancarte una sonrisa. ¡Bravo!

2. Tex Avery con Screwball Squirrel

Tex Avery es el maestro del dibujo animado clásico y para mí uno de los grandes genios. Tiene un millar de personajes, cartoons, cortos y demás, pero quizá esta ardilla cansina sea la que más tilín me hace. Si tuviera una mascota me gustaría que fuera como ella porque mi vida estaría llena de buen rollo sin parar y si alguien me molesta ella sabría qué hacer. Es una maravilla ver como la violencia era tan guay y tan bien entendida entonces. Humor surrealista con un par de hostias por allí y golpes absurdos por allá. Genial.

3. John Kricfalusi con Ren & Stimpy

En R&S no hay mamporros, sangre ni bofetones en demasía, pero tiene una gran dosis de violencia que te deja agustito. En cada capítulo estoy en estado de alerta, como si fuera a venir alguien por detrás a darme un manotazo con la mano abierta. Y esos nervios son los que me gustan. Me muerdo hasta los cordones de las zapatillas y sonrío como un idiota. Esa tensión se libera cuando se reparten un par de galletas. Es vida.

4. Richard Williams con Roger Rabbit

Muy pocos como Richard Williams han hecho que un personaje sea tan moldeable como lo que hizo con Roger Rabbit. No es que me molara mucho ese conejo pesado (siempre fui más fan de las comadrejas) pero he de reconocer que se las hicieron pasar canutas. Quizá Baby Herman con su puro me causa más "violencia guay" visual que los 300 cuchillos volando hacia Roger Rabbit. Y no quiero hablar de Jessica Rabbit (esa es otra historia que involucra mis cinco dedos).

5. Chuck Jones con Tom y Jerry

Cuando Chuck se adueñó de T&J todo cambió. Solo existen para mí un ratón y un gato en constante conflicto y esos son lo de Chuck Jones. Rasca y Pica son unos amateurs al lado de estos dos. Porque lo digo yo y punto. Sé que duele que te arranquen la piel a tiras pero más duele perseguir un ratón durante décadas y que encima te vacile. Esto he de decir que no es guay. Es una jodienda.

VIOLENCIA GUAY SEGÚN BERTO FOJO

1. Jay Ward y Alex Anderson con Rocky & Bullwinkle (todos sus dibujos, en realidad).

No siendo dibujos especialmente violentos, su manufactura revela una actitud bastante destroy. No hay más que echar un vistazo a la manera de resolver los fondos, los locos saltos de frame, las texturas de lápiz y cartón (en los primeros años, sobre todo), el modo de representar los golpes (sustituyendo el golpe mismo por explosiones de estrellas)… Pero lo que más me fascina es la sencilla brusquedad de los rasgos de todos sus personajes, especialmente los secundarios y los malos. Da la sensación de que merecen estar dibujados así.

2. Gottfredson con Mickey Mouse.

Mickey Mouse es un idiota y un blandengue. Por eso, cuando descubrí su vida más allá de los dibujos y de determinados dibujantes y me encontré con los comics de Gottfredson, mi cabeza estalló. ¿Mickey Mouse amenazando con cuchillos, huyendo de la ley y pegando puñetazos? Al leerlos, da la sensación de que Gottfredson comprendió profundamente a Mickey y le dejó ser quien en realidad quería ser.

3. Fujimoto Hiroshi y Motoo Abiko con Doraemon.

Detrás de la calma aparente de cada capítulo (con un esquema repetido hasta la saciedad), hay un niño que las está pasando realmente putas: sus compañeros del cole le hacen la vida imposible, su amor platónico lo utiliza a su antojo, es la víctima de la frustración de sus padres (alcohólico él, histérica ella) y sólo encuentra refugio en un gato cósmico azul que da cancha a todas sus fantasías.

4. Morris con Lucky Luke.

El responsable de que, de pequeño, fuera a la playa con sombrero vaquero, cinturón-cartuchera y pistolas. Era el mejor disparando y nunca tuvo que cargarse a nadie para demostrarlo. Elegancia, tranquilidad y diálogo en un mundo de locos. En contra de la opinión habitual, para mí ganó muchos puntos cuando cambió el cigarro por la pajita. Siempre que había un festivo, la TVG (la tele gallega) se marcaba una peli de Lucky Luke y otra de Astérix y Obélix, otros que merecen un sitio en esta lista.

5. Elzie Crisler Segar con Popeye.

Habiendo sido dibujado su brazo, todo el esfuerzo del culturista es en vano.

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