Rueda una peli en Etiopía y casi le cosen a balazos

Miguel Llansó es un director de cine que no está muerto de pura carambola. Lleva seis años rodando en Etiopía documentales de corredores y cortos de negros enanos hitlerianos. El rodaje de Crumbs, su nueva peli post-apocalíptica de ciencia-ficción, no tiene nada que envidiar al de Fitzcarraldo o cualquier otra locura pergeñada por Herzog. Por suerte, todo el equipo de Lanzadera Filmsha sobrevivido para contárnoslo.

VICE: ¿Qué se os ha perdido en Etiopía?

Miguel Llansó: Fui por primera vez en 2008. Conseguí un curro en la Embajada de España que me permitía tiempo para hacer mis pelis allí. Me gusta la idea de hacer películas que se convierten en aventuras vitales.

Werner Herzog.

Sí, claro, de hecho él estuvo en Sudán con 18 años. Se dio unas vueltas por allí.

¿Qué aventuras vitales rodaste?

Pues por ejemplo una peli sobre corredores etíopes. Nos la llevamos para editar a Bélgica y nos la robaron en el tren. Un año de curro que se jodió. Y mucha ilusión a la mierda. Pusimos una recompensa de miles de euros, pero ni con esas. Un bajón. No dormí en tres días de la angustia.

¿Era un docu?

Sí, un docu sobre niñas que se entrenan en Bekoji, un pueblo que ha producido varias medallas de oro olímpicas. Los chavales empiezan allí y después les contratan en clubes de Addis Abeba y dan el salto internacional. Es un pueblo muy sorprendente, el que tiene más medallas por habitante del mundo. Dicen que por la comida y la altitud, que producen titanes. Después hice un mini-docu sobre Wami Biratu, un atleta de 98 años que aún corre.

¿Por dónde prosiguió tu aventura etíope?

Empecé a hacer cortos, como Where is My dog? o Chigger Ale, sobre un Hitler que llega a una taberna en Addis Abeba. El que hace de Hitler es nuestro actor fetiche Daniel Tadesse, de sobrenombre Gagano. Es un actor enano etíope. Para mi el mejor actor de Etiopía. Es el protagonista de Crumbs.

¿Es como tu Klaus Kinski?

Es una mezcla de Kinsky y Bruno S., el protagonista de El Enigma de Kaspar Hauser y Strozek. Es más majo que Kinsky y antes que Crumbs ya ha hecho diecisiete películas más, todas etíopes. Casi se nos muere en el valle de Wenchi, tras ingerir licor local la noche anterior.

Cuéntame esa historia por favor.

Nos fuimos a rodar al cráter de un volcán que tiene un bosque dentro y un lago y tienes que caminar varios kilómetros para llegar hasta un valle que parece del pleistoceno. Uno de los lugares más alucinantes que he visto nunca. A los miembros del equipo no se les ocurrió otra cosa que ponerse toda la noche a beber licor local con los guías. Al día siguiente había que subir 10 kilómetros hasta la cima y Daniel Gagano se quedó medio muerto a lomos de un caballo. El dire de foto Israel Seoane se cayó en unas arenas movedizas.

¿Arenas Movedizas?

Sí, el precioso valle que parecía verde y lleno de césped resultó ser una trampa mortal. El césped se hundía. Israel metió la pata, en el sentido más literal. Si llega a ir solo se queda allí hecho esqueleto. Por suerte le pudimos sacar entre varios, con la ayuda de unos palos, haciendo una cadena humana. Hay que desconfiar de los paraísos. Siempre.

Menuda locura de rodaje.

La verdad es que sí. Otro día encontramos por casualidad un lodge abandonado en medio de Awash, una zona de sabana. A un árabe se le había ocurrido la brillante idea de construir una especie de parque temático en medio de la nada, pero la palmó y su hermano heredó el proyecto y por lo visto sólo va a Etiopía de vez en cuando para salir de juerga, así que en teoría el parque está abandonado. Fuimos y hablamos con los guardeses, acordamos un precio para rodar y lo cerramos con el manager.

Y al final todo se torció, no de me digas más.

Exacto. Cuando llegamos vieron que éramos extranjeros y el manager se volvió loco. Sin mediar palabra le pegó un palo en el tobillo a Yohannes Feleke, nuestro jefe de producción y vinieron unos ayudantes suyos armados con kalashnikovs. Querían más pasta. Los guardeses, que también tenían rifles de asalto, comenzaron a discutir con el puto manager porque estaban de nuestro lado. Uno de nuestros actores era un guerrillero de 75 años que había luchado quince años en la sierra con Meles Zenawi, el futuro presidente de Etiopía, en 1992. El hombre no estaba para tonterías.

¿Cómo os librasteis de que os cosieran a balazos?

Yohannes me dijo que aceptaban nuestra oferta, pero era mentira. Lo dijo para que no nos pegaran un tiro. Rodamos contentos porque habían aceptado la oferta después me enteré de que Meseret, la productora etíope, les había enviado dinero a esos forajidos desde Addis Abeba. No la culpo por ello, lo hizo por nuestro bien.

Es parecido al modelo español de producción.

La producción en Etiopía es muy guerrillera. Furgoneta para el equipo de rodaje y tira millas. Nollywood style. Pelis de 20.000 euros, tres semanas de rodaje y después envías a un tipo con tu DVD a las cines para que la ponga. Y te aseguras de que ese tipo regrese con el DVD sin que nadie se lo haya copiado. Si pones la peli en varios cines envías a varios tipos con tus DVD, uno a cada cine.

¿Llegan pelis de Hollywood allí?

Hay un cine donde ponen toda la morralla de Hollywood. El resto de los cines son para pelis etíopes. La industria local gana por goleada. La gente no entiende ni papa de las pelis en inglés y el precio de los cines es tan barato que a Hollywood no le debe interesar mucho poner sus pelis allí. Hollywood se ha vuelto muy pijo. Necesitan una sala THX y cosas así.

¿Cómo son los cines?

Muchos son cines antiguos de los años 50 y 60, cuando el esplendor de la distribución cinematográfica. Algunos tienen proyectores de 35 mm pero no los usan. El DVD y el proyector digital casero han sustituido al viejo y esplendoroso cine, así que tienes salas preciosas, con la tecnología más barata que te puedas imaginar. En un momento pensé en montar un cine.

¿Y qué pasó?

Que me costaba mucho más pagar el alquiler del local que lo que sacaría con el cine lleno hasta reventar. Las putas Naciones Unidas y la cooperación pagan unos sueldos de infarto a la gente, que a su vez alquila casas para vivir, lo que infla los precios de la vivienda de modo desorbitado. Tienes a unos cuantos ricos pagando precios millonarios (pagados por Naciones Unidas y la cooperación) y mucha gente pobre que no puede ni alquilar una casa, ni abrir un negocio. Por eso es imposible poner un cine.

Entonces, ¿por qué te gusta tanto ese país?

Porque las cosas que pasan en Etiopía son mágicas. La vida allí es sorprendente. Un día estábamos rodando en una estación de tren abandonada entre locomotoras de los años 60 y creímos ver una visión, una fata morgana (para seguir con el rollo de Herzog). Se estaba moviendo por los raíles, hecha mierda. No iba a ningún sitio, pero la movían de un lugar para otro para mantenerla en forma, así que pagamos 30 euros y estuvimos una tarde montando y rodando en la locomotora.

¿Hubo más fenómenos paranormales?

También rodamos en una bolera de Addis Abeba que está abandonada. Estaba apunto de caerse encima nuestro pero no se cayó, por suerte. En septiembre la van a demoler y es de los años 50. Si la quieres ver tienes que ver la peli. Así es la vida. Si te quedas una noche por ahí solo en los montes de Wenchio vas a saber lo que es el miedo.

¿Cuándo veremos la peli?

Espero que a principios de 2015. Queremos estar en Locarno y Rotterdam como hicimos con los cortos. Ya estamos aquí dándole al montaje y unos efectos especiales de naves espaciales. Es una peli post-apocalíptica de ciencia ficción surrealista. Una historia de amor, Papá Noel, Michael Jordan, un enano en busca de su propio destino, volcanes y el lugar más caluroso del planeta Tierra. Una nave espacial y una chica muy talentosa. Luego todos estos elementos se ordenan.