Becca McDonough es la mujer que pilota el Toro Loco, uno de los coches asesinos de la Monster Jam, una manada de trucks de cuatro metros de alto y cinco toneladas de peso que el fin de semana saltaron y esmagaron coches sin titubeos en el barro del Vicente Calderón. No es la única chica manejando bestias motorizadas en este pressing catch sobre ruedas. Nicole Johnson, que se autodefine como "mujer, esposa y dueña de una tienda de armas", es la encargada de abollar la carrocería dentada de Scooby Doo junto a Bailey Shea, conocida en Madrid como "Ylenia".
Publicidad
Grave Digger (al volante Colton Eichelberger), Max-D (derrapado por Morgan Kane), Blue Thunder (el carro de Dalton Millican), Monster Mutt Rottweiler (Daron Basl representando), NEA (propiedad de Aaron Basl), Monster Energy (Coty Saucier, patrocinado por la bebida energética), El Diablo (JP Ruggiero y sus cuernos) y la cresta de George Balhan en el Mohawk Warrior, completaron un parque móvil intrépido que hacía temer que en cualquier momento alguien del público acabase como la mujer de Flanders, que en paz descanse. Por suerte los impactos no llegaron a la grada.El circo de la Monster Jam, pirotecnia y musicón incluidos, convirtió el estadio madrileño en una orgía redneck de familias y espíritu americano de camisa de cuadros y gorra de camionero, ese que no vota a Obama en las elecciones. Trompos, caballitos, carreras de velocidad y exhibiciones freestyle como en un polígono del extrarradio pero sin alcohol y con grúas que se llevan los coches tuneados cuando los vuelcan o dejan como un acordeón. Un poco triste que se haya acabado el espectáculo, si no fuera porque el 10 de julio podremos volver a gritar como tarugos de Alabama con las motos de la Red Bull X-Fighters en Las Ventas.
