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Fotos

Moteras en Marruecos

Hablamos con Hassan Hajjaj sobre la cultura motera en Marruecos.

Todo el mundo habla de Copenhague o Ámsterdam como ciudades moteras, pero ¿qué hay de Marrakech?

El artista marroquí afincado en Londres Hassan Hajjaj explora la cultura motera de Marrakesh en su última serie de fotografías, Kesh Angels, que puede verse en la Taymour Grahne Gallery de Nueva York hasta el 8 de marzo. Su particular versión de los Ángeles del Infierno está inspirada en una historia personal: en los 90, trabajó en una sesión fotográfica en Marrakesh. Todo en aquella sesión le era de fuera: los fotógrafos, la ropa, los modelos. No había nada que fuera realmente marroquí. Su última obra puede interpretarse como lo que aquella sesión de los 90 debió haber sido: una colección de fotos muy pop en el norte de África en la que se plasma la tradición local con un giro a base de abayas de lunares y chilabas de camuflaje. Las siguientes fotos muestran a bandas de moteras marroquíes con looks chulescos y miradas intimidantes. Solo les falta tener un vídeo de rock. Naturalmente, no se trata de verdaderas bandas de moteras. Estas chicas son amigas de Hajjaj, a las que se puede encontrar pintando tatuajes de henna a los turistas en la plaza principal. Aun así, no querrías encontrártelas en un callejón oscuro. Estas tías son duras, hablan hasta cinco idiomas, son madres y además trabajan diez horas al día. Hablé con Hassan sobre la cultura motera en Marruecos.

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VICE: ¿Cómo se te ocurrió la idea de fotografiar así a tus amigas?

Hassan Hajjaj: Ya llevo varios años trabajando de este modo. Quiero mostrar algo propio de Marrakech y que, a pesar de ser de culturas y religiones diferentes, tenemos muchas cosas en común como personas. Hay un grupo de mujeres que trabaja en la plaza principal de Marrakech tatuando henna a los turistas. Una de ellas, Karima, fue mi inspiración para esta serie. Lleva velo, suele ir vestida con abayas y chilabas de tejidos increíbles y va a trabajar y vuelve en moto. Es una mujer normal que trabaja ocho o diez horas al día. Habla como cuatro o cinco idiomas, es ama de casa, tiene dos hijos y se ha construido su propia casa.

Parece una sesión de fotos de moda en el norte de África. ¿Querías honrar a tus raíces con estilo?

En los 90 estaba trabajando en una sesión fotográfica en Marrakech para una revista de moda, cuando me di cuenta de que todo en la sesión (modelos, el fotógrafo, la ropa) era de fuera. Marruecos solo era el escenario. A partir de ahí, pensé que sería genial poder mostrar a mi gente en su entorno, con su forma de vestir, y relacionarlo con la moda.

¿Cómo es la cultura motera en Marrakech? En general, ¿hay alguna banda motera? ¿Son grandes las motos?

La verdad es que Marrakech sí que es una ciudad de motos, todo el mundo las usa. Mujeres, niños, hombres mayores, familias, todos. Es un medio de transporte y la gente lo usa para ir a trabajar. Algunas de las motos de las fotografías eran prestadas, pero la mayoría son suyas. Realmente no hay bandas de moteros.

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¿Suelen vestir tus amigas así? ¿Es fácil encontrar esa ropa tan chula y con tantos colores?

Los marroquíes tienen un sentido de la tradición muy arraigado y también somos un país con muchos colores. La ropa la diseñé yo: las abayas, las chilabas y las babuchas con estampados tradicionales y telas de imitación de grandes marcas de mercados de Londres y Marrakech. Los marcos de las fotos también los hice yo con objetos que encontraba en los mercados: latas de Fanta, cajas de caldo de pollo, conservas, etc. Esto es porque cuando vivía en Marruecos, muchas cosas se reciclaban para volver a usarlas y esto ha acabado reflejándose en mi trabajo. Quería utilizar la repetición de etiquetas en un contexto algo humorístico y relacionarlo de forma directa con lo que sucede en la fotografía. Por otro lado, en los marcos también quería crear un patrón que se repitiera, para evocar los mosaicos marroquíes en un contexto moderno.

¿Qué pretendías con esta sesión y cuál fue el mejor momento?

Estoy impresionado con la fuerza que transmiten y mi objetivo era mostrar su independencia de forma natural. Supongo que si hubiera hecho estas fotos en París o Roma, nadie me preguntaría qué resulta tan original sobre la cultura de las moteras.

Si tuvieras una banda motera, ¿quién pertenecería a ella?

En mi banda habría mujeres como las que ves en esta serie, mujeres con fuerza, orgullo y libertad naturales.

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