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Comida

No hay nada pretencioso en ser vegano

Vivimos en un mundo en el que los alimentos que están más ricos están hechos de muerte y sufrimiento.

Hace un par de días, recibí un correo de un tío muy cabreado en referencia a un artículo que escribí sobre un restaurante de Los Ángeles. En aquel artículo yo decía que no me gustaba mucho comer en restaurantes pretenciosos. También mencionaba que yo era vegano. Esto último no le sentó nada bien al chico que me escribió. "¿Cómo puedes reírte de la gente pretenciosa si tú eres un puto vegano?", me decía. "Qué te den".

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Cuando miré los comentarios que la gente había hecho en el artículo me di cuenta de que no era el único que decía lo mismo.

Otra persona que comentaba el artículo, un tío llamado Dante Thompson, me llamaba "imbécil" por seguir una dieta vegana. También decía que era un "puto hipster".

Un tal Riley Ulrich escribió, "Eres un mierda y deberían despedirte. Todo el mundo te odia".

Me extrañó mucho esa idea de que mi forma de comer fuera calificada como pretenciosa. Arriba hay una imagen de lo que he comido hoy. Un bocata de albóndigas de carne vegetal con muy mala pinta. Para desayunar hoy he comido Doritos. Para cenar es posible que vaya a Taco Bell. Aparte de que no como productos de origen animal, mi dieta es como la de un niño malcriado (o, como mucho, la de un skater adulto).

Cuando cumplí veinte años, decidí comer una ensalada o algún tipo de plato sano al menos en una de mis comidas diarias, porque eso parece que es lo que una persona adulta tiene que hacer. Pero en el fondo de mi corazón sabía que eso no iba conmigo. En un mundo ideal, yo comería solamente carne y queso servidos en algún tipo de pan, bollo o producto hecho con harina.

Pero no vivimos en un mundo ideal. Vivimos en un mundo en el que los alimentos que están más ricos están hechos de muerte y sufrimiento.

Es por esto por lo que no como carne ni productos de origen animal. Porque la carne y esos productos son una puta mierda. No hace falta que te diga de dónde viene la carne y la leche porque ya lo has visto en un montón de sitios y sabes que se trata de una especie de pesadilla llena de picos serrados, cuchilladas en el cuello y cuerpos en descomposición en suelos llenos de suciedad.

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Y entiendo que todos estamos de acuerdo en que eso es terrible, ¿no? Independientemente de que consumas o no los productos provenientes de las industrias de la carne y de los lácteos, seguro que puedes admitir que la matanza masiva e industrializada de animales no es algo demasiado agradable, ¿verdad? Podría hablar de muchas más cosas como las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria ganadera, la contaminación del agua o que comer carne aumenta las posibilidades de sufrir cáncer. Pero eso no sería del todo honesto ya que yo nunca pensé en ninguna de estas cosas cuando tomé la decisión de hacerme vegano.

No estoy diciendo que porque intento no hacer daño a los animales sea una persona más ética que tú. Nadie es completamente ético. Los humanos somos un cáncer para este planeta. Todo sería mucho mejor si estuviéramos todos muertos. Estoy escribiendo esto en un portátil que funciona con energía producida a partir de fuentes no renovables, que contiene minerales que provocan conflictos en el mundo y que fue fabricado, supongo, en condiciones bastante diferentes a las que yo trabajo.

Además llevo una camiseta que me costó 5 euros. No estoy totalmente seguro de cómo se fabricó, se envió a Estados Unidos y se me vendió a mí, pero puedo imaginarme que alguien lo está pasando bastante mal en todo este asunto si solo cuesta 5 euros. ¿No te parece? Llevo una camiseta que probablemente hizo pasarlo muy mal a varios seres humanos en su proceso de fabricación y cuya fabricación contribuyó casi seguro a joder el planeta y ni siquiera sé dónde se fabricó ni cómo. No hay forma de vivir en el mundo actual sin cometer diariamente actos moralmente dudosos.

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Lo que intento decir es que soy un cabrón. Y tú también lo eres. Y me da igual lo que comas. Puedes comer lo que quieras, cuando quieras y cómo quieras. Como ya he dicho antes, más allá del tema de matar animales, no me preocupo en absoluto de lo que como. Y desde luego no tengo tiempo de preocuparme de lo que tú comes.

Me parece que a muy pocas personas les da absolutamente igual el hecho de que un animal haya muerto para que ellos puedan comer. No me puedo creer que muchas de las personas que están leyendo esto fueran capaces de comerse un McRib si tuvieran que realizar todo el proceso de criar a la vaca, matarla, destriparla, limpiar sus restos con una manguera a presión, coger todos esos restos y hacer un trozo de carne con forma de costilla. Seguramente algunos de vosotros podríais, estoy seguro. Y me parece bien.

Cuando la gente se sitúa moralmente por encima de algo sobre lo que nosotros no nos sentimos demasiado orgullosos, solemos sentir que nos están juzgando. Es por esto que odiamos a los hippies, a la gente que conduce coches eléctricos o a Gwyneth Paltrow. Porque esta gente nos hace sentir juzgados. Y cuando nos sentimos juzgados solemos actuar como unos gilipollas.

También está el estereotipo del vegano proselitista, que se supone que intenta convencer a todo el mundo de que deje de comer carne y productos animales. No sé si es por mi manía de no quedar con idiotas, pero nunca me he encontrado con un vegano proselitista. Lo que sí que me he encontrado han sido muchos comedores de carne muy pesados.

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Estas personas me hacen siempre muchas preguntas sobre mi dieta, especialmente sobre las proteínas. Miles y miles de preguntas sobre las proteínas. No sé porqué mi dieta les preocupa tanto a estas personas que habitualmente ni siquiera conozco. Con excepción de los veganos o esas personas que comen gomaespuma en el programa Mi extraña adicción, no recuerdo que nadie prestara nunca tanta atención a cómo come otra persona.

Hay muchas, muchas cosas que hago que son malas para mi salud, pero a nadie le importan una mierda. Vivo a un kilómetro de una autopista, bebo cerveza al menos una vez a la semana y siempre estoy bebiendo refrescos light. Pero de repente cada puta persona con la que me encuentro es un experto en nutrición y quiere saber si tomo proteínas suficientes o de dónde saco la vitamina D y el hierro que mi cuerpo necesita. Estoy seguro de que él no tiene ni idea de dónde saca esas cosas. El hecho de que te comas una hamburguesa de pollo en Burger King de vez en cuando no implica que tu cuerpo esté en una perfecta harmonía nutricionalmente hablando.

La parte más extraña del odio hacia los veganos es el placer que siente la gente cuando ve que la cagamos. En el artículo que mencioné antes, puse una foto de un plato que había comido. Aunque no me di cuenta en ese momento, aquello llevaba huevo. Comer productos animales accidentalmente es algo que nos suele pasar a los veganos de vez en cuando. De cualquier manera, a muchas personas les encantó decirme que la había cagado comiendo huevos.

Si veo a alguien que intenta hacer algo bueno por un animal y luego no le sale bien, no creo que mi reacción inmediata fuera reírme de esa persona. ¿Os imagináis reírse de alguien que hubiera llevado a su perro al veterinario para curarle un tumor sin conseguirlo? "Jajajaja. Qué pringado, joder. Se le ha muerto el perro". Quizá alguien hace esas cosas, la verdad, no lo sé.

Ahora, si me disculpáis, me voy a cenar a Taco Bell. Que me pongan judías en lugar de carne y, por favor, nada de queso.