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Cultură

Parece que deberíamos dejar de llevar pantalones ajustados

Una mujer australiana casi pierde las piernas y ahora los vaqueros ajustados son cosa del diablo.

Este tío básicamente tiene ganas de morir (Fotografía cortesía de jiulliano)

Vaya, ahora parece que no deberíamos ponernos pantalones ajustados nunca más, según dice aquí, porque un estudio de la Revista de Neurología, Neurocirugía, y Psiquiatría —posiblemente mi revista favorita sobre Neurología, Neurocirugía, y Psiquiatría—, aunque la Practical Neurology también tiene sus momentos, dice que ahora los pantalones ajustados son un riesgo para la salud. Así que quitaos los pantalones inmediatamente. Quitáoslos ya.

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Muy bien, ahora que ya estamos todos desnudos de cintura para abajo, podemos hablar de por qué los pantalones ajustados son un riesgo para la salud. Los pantalones ajustados son un riesgo para la salud porque: una mujer australiana se agachó demasiadas veces con unos puestos, se le hincharon las pantorrillas como dos globos de sangre y tuvieron que cortar para quitárselos. Estaba ayudando a alguien a mudarse. Se agachó en cuclillas una y otra vez para coger cajas. Se cayó. No podía levantarse. Tijeras especiales para sacarla de sus pantalones. Pesadilla.

Vale, ya sé que esto es un tabú. Sé que hablar así sobre el accidente de otra persona es tabú. Pero es que me hace mucha gracia. Cierra los ojos y visualiza: una mujer con pantalones ajustados, con las pantorrillas claramente hinchadas en plan Popeye, forcejeando mientras un grupo de bomberos acerca a sus pantalones una garra hidráulica. Es gracioso, ¿no? Si eso pasara en la serie Broad City, sería una consecuencia graciosísima de que uno de los personajes se pusiera unos pantalones demasiado ajustados. A ver, esta chica tuvo que pasar cuatro días en el hospital, así que no es gracioso. Pero si no hubiera pasado de verdad y no nos hiciera a todos pensar en nuestras madres, hermanas, tías, novias, esposas y especialmente en las caderas de nuestras abuelitas pasando por una agonía similar, sería gracioso.

Debido a este incidente aislado de "síndrome compartimental" —daños en los nervios y músculos de las pantorrillas provocados por la falta de movilidad que conlleva el uso de pantalones excesivamente ajustados—, los médicos están advirtiendo a la gente sobre los pantalones ajustados, por si volviera a pasar algo parecido.

Según el informe del Hospital Royal Adelaide, "el presente caso representa una nueva complicación neurológica producida por llevar pantalones ajustados". Esto —sumado al estudio de 2008 que reflejaba el caso de varios pacientes que habían presentado dolores y hormigueos en los muslos tras ponerse unos pantalones ajustados parecidos— significa que los humanos básicamente hemos desarrollado una forma de autolesión con nuestra propia invención: los pantalones. Quiero decir, joder, humanidad, estamos condenados, ¿verdad? No podemos ni ponernos pantalones sin poner en riesgo nuestra vida.

Creo que si le pusiéramos una advertencia de seguridad a cada prenda con la que alguien se ha hecho daño, seríamos una raza humana condenada y desnuda. Ejemplo: Yo me he golpeado la cara al ponerme a toda prisa una camiseta. Una vez, se me enganchó una camiseta al metérmela por la cabeza y me caí al bajar un pequeño escalón. Suelo llevar camisetas muy a menudo y soy patoso. Una vez, me puse una camiseta y me las apañé para conseguir darme con la mano en un techo bajo y me hice realmente mucho daño. Una vez, se me enredaron los cordones de los zapatos en el pedal de la bici y casi se me lleva por delante una camioneta. Llevar ropa es peligroso, tío. ¿Quién puede decir con la mano en el corazón que no se le han bajado alguna vez los pantalones porque se le olvidó ponerse el cinturón y casi se rompe los dientes al caerse? Nadie. Y ni siquiera he mencionado la ropa específica de chica, como los sujetadores con aros o los tacones. En conclusión: Ir de otra forma que no sea desnudo es una empresa dolorosa y peligrosa.

¿Cuál es el resultado final de esta fatwa sobre los pantalones ajustados? La conclusión es que los pantalones de campana — pantalones de campana con receta, prescritos por médicos— vuelven con fuerza. Eso estaría bien, ¿a que sí? Un poco de movimiento alrededor de los tobillos. Un poco de funk para animar nuestros días. Muchos menos contornos de pollas y pelotas marcados en las entrepiernas de cada uno de los desconocidos que pasean por el centro de las ciudades. Los hospitales y servicios médicos repartiendo túnicas y sharis. "Cuide su seguridad", aconsejan los profesionales de la medicina. "Que corra el aire". O supongo —y esto es solo una opinión, creedme que no soy médico ni nada— que quizá, si no te puedes agachar cómodamente y coger una caja con tus pantalones ajustados, quizá podrías ponerte una talla más. Simplemente, ponte unos pantalones un poco menos ajustados, para que no tengan que ponerte suero en un hospital para ayudarte a recuperar las piernas.