En 1998, la revista The Face (DEP) encargó al fotógrafo y realizador Pierre Winther un proyecto para una portada. La idea era sencilla: ir a Sevilla y hacer una sesión de fotos de moda durante las procesiones de Semana Santa, cuando las calles están atestadas de hombres portando los clásicos capirotes, que para los americanos guardan enormes similitudes con los gorros que usan los miembros del Ku Klux Klan.
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Winther quiso jugar con esa confluencia fortuita de símbolos. Con ayuda de su estilista Greg Fay, mandó fabricarse unos capirotes en Londres y los combinó con prendas de Prada, Gucci y Valentino. La idea era "mezclar un editorial de moda típico con contenido didáctico que no solo provocara al observador, sino que agitara nuestras convicciones y nuestros prejuicios".Pese a que a los editores de The Face les encantaron las fotos y al parecer incluso las tienen colgadas en sus despachos, consideraron que quizá eran demasiado provocativas para su publicación. "Las fotos tocaban un tema que no sabían muy bien cómo manejar", explicó Pierre. "Temían que se malinterpretara en los EUA". Esa es la razón por la que las fotos no habían salido a la luz hasta ahora.-Grey Hutton
