De toda la vida, las atracciones veraniegas de Viveiro (Lugo) eran la romería del Bó Xantar, una muestra folclórica y orquestas varias. La juerga parecía insuperable hasta que unos chavales de dieciocho años llevaron a Sick Of It All a las fiestas del pueblo.Lo que empezó como una chifladura fugaz se convirtió con el tiempo en la cita anual del Resurrection Fest, una piscina de pelotas hardcore y metal que ya prepara su séptima edición y que ha llevado a la costa lucense grupos como Cro-Mags, Snuff, Down, Converge, Kylessa, Misfits, Agnostic Front, Voodoo Glow Skulls o Napalm Death.
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Cuentan que allí en el norte tipejos del calado de Jimmy Bower se ponen ciegos de marisco, congelan sus pezones en la playa y hacen turismo rural. En el documental Viveiro Hardcore, cinta de culto no estrenada aún, el guitarrista de Eyehategod confiesa (muy serio) su admiración por los eucaliptos del souto da Retorta.La cinta, rodada en 2010 y en paradero desconocido, es una inmersión sin bombona en las arenas movedizas del festival, siguiendo la estela de producciones como Anvil, Open Your Mouth and Say… Mr. Chi Pig o The Carter. Un mosh pit audiovisual protagonizado por esta tranquila localidad pesquera que durante cuatro días duplica su población y se empacha de gorras de Suicidal Tendencies.Mientras salivamos a la espera de que salga por fin a la luz, los gnomos de VICE nos desplazamos en verano a Galicia para vibrar con Gorilla Biscuits y sacar unas instantáneas bucólicas. Este recital del averno aporta un millón y medio de euros a la economía local, lo que hace que los abuelos del lugar se abracen a cualquier barbudo tatuado como si fuera el nuevo Mesías.
