Probamos un antídoto para no dar positivo de alcoholemia

Mucha gente bebe para ponerse pedo, que todo parezca más divertido, olvidar penas, bailar mejor y -a veces- no dormir solo. "Si ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo", decía un ilustre borracho de apellido Bukowski. Lo cierto es que el alcohol desinhibe y, compartida, la cogorza sana y hermana. Por eso, cuando Juanjo de la Iglesia se enfadó en Facebook por un producto que asegura reducir los efectos del alcohol, nos picó la curiosidad. Se refería a un producto, DuoProtector, que solo lleva dos meses en el mercado y supuestamente permite soplar limpio en los controles de alcoholemia después de haber bebido de más. Un sustitutivo de los clásicos chupar-grano-de-café, mascar-césped o lamer-litio.

El blog que citaba el el ex-CQC acusaba a los creadores de esta botellita de cardo mariano, levulosa, taurina, Vitamina B7, vitamina B12 y vitamina C, de animar a la gente a beberse hasta el agua de los floreros y después ponerse al volante sin remordimientos. "Nada puede reducir el nivel de alcohol en sangre", insisten quienes entienden las etiquetas de los envases. Como Álex, amigo, bioquímico y residente en Lyon: "Este producto tiene azúcares, aminoácidos y vitaminas. Con las vitaminas B (B7 y B12) se busca metabolizar carbohidratos y grasas para formar energía. La B12 es la que usan los médicos ante comas etílicos, porque ayuda a la absorción del alcohol, pero no lo elimina. No tiene nada nocivo, es básicamente un protector de hígado. Pero bueno, por cinco eurillos el frasco, igual vale la pena probarlo".

Vídeo de 'Alkolator', otro producto para beber sin complicaciones, en el que unos señores se pimplan y soplan en el alcoholímetro.

Dicho y hecho. Ángel Pérez de Ayala, responsable de Laboratorios Arbor, fabricante de DuoProtector, nos envió un pack de seis botellitas de 60 mililitros cada una, no sin antes recordarnos que solo reduce los efectos del alcohol sobre los sentidos "con un consumo moderado". Está molesto por las críticas no fundadas. "Los componentes aceleran la absorción del alcohol, pero por supuesto no reducen el nivel al soplar. Está pensado para cenas de empresa y mantener los reflejos a raya después de beber una cantidad prudente de alcohol, no más de cuatro copas pequeñas de vino". Pero nuestro experimento ya está en marcha y las botellas con pinta de actimel repartidas entre mis amigos de taberna. El envase recomienda consumir quince minutos antes de empezar a beber y mejor frío. "Sabe a poloflash de lima limón".

Después de las primeras tres rondas parece evidente que el piripismo andaba adormilado y las cañas tardaban más de la cuenta en imponerse sobre nuestro organismo. El suplemento nutricional cumple su función de ralentizar o paliar el efecto del alcohol en la primera etapa. A partir de ahí, cada uno es libre de retirarse a tiempo o entregarse a la noche y al alcohol duro, viaje que ninguna vitamina puede dulcificar. Si bebes mucho, no hay remedio, la cabeza estará tonta, los ojos a medio gas, y la llave de casa tardará en entrar en la cerradura. DuoProtector solo sirve para comidas o cenas de trabajo nivel cumpleaños de abuela. Absténganse empresas en las que el jefe hace calvos mientras chupa el dedito y el becario reparte pastillas de colores.

La última duda que teníamos era si el brebaje ayudaría a soportar mejor la resaca. No lo hace, la pesadilla es la misma, pero hay que decir que cumple lo que prometen y -pese a que en su web se vengan arriba con lo de "eliminar de manera total lo efectos del alcohol"- especifica que se refieren a un consumo moderado y no dicen nada de alcoholímetros o conducción. "Si se coge el coche, como muchos hacen aunque no deban, se conducirá mejor con DuoProtector que sin él", admite Ángel.

Pero los de Arbor no son los únicos que intentan encontrar la pócima mágica contra los impactos etílicos y otros se preocupan mucho menos que ellos por los tecnicismos. Es el caso de Outox, bebida francesa a cuatro euros la lata que se aleja de la estética farmacéutica e intenta venderse como la versión sin cafeína ni taurina de Red Bull. La autodenominada "safety drink" con "buena fructosa", se define como "gaseosa, ligeramente azucarada y con un agradable sabor tutti frutti". Y afirman sin despeinarse que "tomado después del alcohol, acelera la disminución natural de la tasa de alcoholemia, con un efecto máximo al cabo de 45 minutos a una hora". Aunque en su web incluyen un montón de supuestos estudios científicos que lo avalan, desde su nacimiento en 2010, en Francia no cesan las críticas e incluso la Agencia Nacional gala para la Seguridad Sanitaria de los Alimentos les acusó de publicidad engañosa porque es imposible que su amiga fructosa consiga el prometido milagro.

En España, un producto antimelopea destaca sobre el resto: Alkolator (así, con k intercalada). El nombre conquista, pero su web enamora. Incluye un vídeo ANTE NOTARIO en el que unos señores se pimplan unos vinos y un copazo de whisky, soplan en el alcoholímetro y todos se ponen contentos porque les dice que son aptos para conducir. Alkolator contiene guaraná y ginseng, vitaminas C, B1 y B6, además de otros "compuestos conocidos por cualquier profesional o gente de a pie". La página incluye una calculadora de tasa de alcohol para los despistados, pero ni siquiera eso convence a la OCU, que lo califica de "peligroso e irresponsable".

Así las cosas, después de probar uno de estos productos milagro y analizar otros tantos es evidente que no hay nada que hacer. Si no quieres morir de resaca, no bebas mucho. Si bebes de más, no conduzcas, y si aún así conduces, serás bastante memo y encima soplarás copas con aroma a poloflash. Por si no te ha quedado claro: si bebes no conduzcas.