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Cultură

Las amígdalas tienen la culpa del puñetazo de Justin Bieber

Hablamos con un psicólogo para dilucidar los problemas de control de la ira que puede que tenga el cantante canadiense.

Seguro que alguna vez has tenido ganas de pulverizar a alguien, de aplastarle como a una hormiga o de arrancarle la cabeza para jugar a las canicas con ella. Cabe la posibilidad de que en algún momento de calentura máxima hayas enviado a la mierda a alguien que no pintaba nada en el asunto o incluso hayas llegado a los puños. Pues bien, eso es lo que le pasó este martes por la noche a Justin Bieber. En el momento que aquel fan violó su zona de confort se le cruzaron los cables y reaccionó de forma impulsiva regalándole una cara nueva. Por si aún no lo has visto (cosa que dudo) aquí lo tienes:

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Todos hemos pasado por un momento así, por eso le hemos preguntado a un psicólogo qué hay que hacer para aprender a gestionar este impulso y no acabar por hacer como el cantante canadiense.

"Cuando se te escapa la ira en forma de agresión, ya sea física o verbal, en el fondo hay un secuestro amigdalar", explica el psicólogo Andreu Gatuellas, . Como eso de secuestro amigdalar me suena a operación de anginas busco un poco en Google a ver a qué se refiere.

Resulta que la amígdala es uno de los centros emocionales de nuestro cerebro, es el radar que detecta los peligros y el punto desencadenante de emociones como la angustia, la ira, el miedo o el impulso. En cuestión de décimas de segundo es capaz de tomar el mando del resto de cerebro. De ahí que cuando estamos en pleno secuestro amigdalar dejemos de pensar con claridad.

"Todo el mundo tiene momentos en los que hace algo de lo que después se arrepiente. Es en aquel instante, cuando se te va la cabeza, que se produce este secuestro. No todo el mundo al que se le va tiene un problema psicológico de fondo", explica Andreu. En este caso no cree que Justin Bieber sufra ninguna patología por el simple hecho de haber pegado a un fan. Podemos estar tranquilos.


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Este pico de ira, estrés, miedo y odio que sintió el cantante cuando el fan cruzó la ventanilla le desencadenó un comportamiento violento y agresivo. En este sentido, Gatuellas asegura que el primer paso de la inteligencia emocional es precisamente dar un paso atrás y darte cuenta de la situación. Contar hasta diez es totalmente imprescindible aunque suene a tópico. "Si un secuestro amigdalar tarda siete segundos y tu cuentas hasta diez, tienes tres segundos más para poder reaccionar", afirma.

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Educar tu conciencia emocional y aprender a controlarte antes de llegar al secuestro amigdalar es la clave para superar las situaciones tensas. "De hecho, las circunstancias que pueden llevar a alguien a tener un secuestro amigdalar son múltiples y muy variadas. No a todo el mundo le afecta una misma situación de la misma manera", dice Andreu Gatuellas.

No, estas no son las culpables. Imagen vía Wikimedia Commons

Es por eso que las reacciones ante un mismo hecho requieren terapias especializadas e individualizadas. Aún así, es importante no estar estresado ni padecer ansiedad para no acabar pegando un grito a alguien que realmente no tiene la culpa de nada.

Conocer qué situaciones y qué emociones son las que nos alteran y aprender a coger las riendas de tu vida es fundamental. Según el experto, lo primero que hay que hacer es entrenar tu inteligencia emocional y trabajar la consciencia, saber cuál es tu reacción en cada momento. Una vez hecha la evaluación hay que aprender a diferenciar las emociones y trabajar sobre los patrones emocionales para saber lo que te está pasando.

No hay pastillas mágicas que curen la ira, pero sí existen ejercicios prácticos para entrenar la inteligencia emocional que requieren disciplina. Explicar tus problemas a alguien, por ejemplo, es muy útil para tomar las riendas de tu vida.

Otra de las fórmulas sería la de utilizar modelos: en una situación determinada preguntarte cómo crees que se desenvolvería alguien que para ti es un referente. Es decir, Justin Bieber se imaginaría a Justin Bieber sintiéndose violado por un fan y se preguntaría cuál sería la reacción de Justin Bieber. Quizás así se daría cuenta de que pegar no sería la solución.

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"A cada uno le funciona una técnica distinta. Hay un primer ejercicio básico en todas ellas que es aprender a inspirar y a no dejar que un hecho te trastoque", explica el psicólogo.

Dicen que la música es una gran herramienta de regulación emocional para muchas personas, al igual que para otros es dibujar o hacer deporte. Incluso hay expertos que recomiendan colorear mandalas para sentirte bien contigo mismo.

El mindfulness es otra de las técnicas que nos recomienda Andreu Gatuellas para conseguir calmar y trabajar tus emociones en plena consciencia. "Es un entreno que requiere instructor, práctica y continuidad. Uno de los principales beneficios del mindfulness es que tu cerebro se vuelve a reconectar de otra manera". En este sentido podría ser otra técnica beneficiosa.

Para quienes el mindfulness les suene a chino (como a mí antes de redactar el artículo) es importante saber que es una práctica asociada al budismo que te permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo. Refinar y profundizar esta capacidad te permite reducir el estrés y aumentar la autoconciencia.

Otra de las hipótesis consideradas en referencia a Justin Bieber es que es un adolescente, por lo que sus emociones son mucho más fuertes y las reacciones más inestables. Sin embargo Justin Bieber tiene actualmente 22 años (hasta los 20 años la ciencia aún te considera adolescente). En esta etapa de tu vida la parte del cerebro que regula las emociones (el prefrontal izquierdo y la corteza cingulada anterior) aún no se han acabado de formar, cosa que provoca un menor control del impulso.

"Que Justin Bieber haya agredido a un seguidor suyo no implica que tenga ninguna patología. Si esto pasa una vez a nivel psicológico no quiere decir nada", asegura Gatuellas. De hecho los futbolistas y muchos famosos también están en riesgo a nivel emocional, por lo que muchas veces precisan de un psicólogo. Y es que la fama afecta a nuestras emociones: "el mismo Julio César necesitaba a alguien que le recordase constantemente que no era Dios para no perder el norte".

Así pues, según Andreu Gatuellas, el principal problema que tendría Justin Bieber sería haber crecido en un entorno nada fácil que ha condicionado sus valores. El hecho de haberse convertido en famoso durante su adolescencia le ha afectado en su vida. " No es que tenga ningún problema mental, simplemente que ha estado muy mimado por la fama y por el dinero y su entorno no le ha facilitado tener un mayor control del impulso. Esto trastoca a cualquiera".

"Yo, sin duda, le recomendaría a alguien que tiene problemas con la ira de forma recurrente (no solo a Justin Bieber) que fuera al psicólogo, porque es muy sano y saludable para vivir mejor", concluye Gatuellas.