FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Vegans from hell

Japanther en Madrid y Barcelona. Probablemente aprovechen para robar algún teléfono.

Matt Reilly y Ian Vanek nacieron para pasárselo bien haciendo el garrulo, acumular una increíble producción cuya urgencia e inmediatez rivaliza con la de cualquier genio punk hasta las trancas de speed y robar auriculares telefónicos por medio mundo. Y puede que Japanther nunca hayan recibido tanta atención por parte de la prensa trendy como sí lo han hecho otros la mitad de consistentes (Harlem, ¿por ejemplo?), pero se podrán ir a la tumba pudiendo grabar en su lápida que un día cantaron con Penny Rimbaud de Crass. Salidos del bastante pijo Pratt Institute de Nueva York, estos dos ex estudiantes de arte visitan Barcelona (Sidecar, 6 de julio) y Madrid (Nasti, 7 de julio) para presentar su último disco, Beets, limes and rice (Seayou Record, 2011).

VICE: Vuestro último disco se titula Beets, limes and rice… ¿Es vuestra dieta cuando estáis de gira?
Japanther: Psshhhh, en realidad comemos sólo cosas sanas de gira. Y no escuchamos demasiado a Fugazi en la furgo (ndr- juego de palabras con mi pregunta sobre su “Steady Diet”). El título es un tributo a A Trible Called Quest y a MAD Magazine, básicamente. ¿Cómo concebís un nuevo disco? ¿Partís de alguna idea específica o simplemente os dedicáis a coleccionar canciones y grabarlas?
Miramos hacía el futuro constantemente. Cazando buenas melodías, pertrechando ritmos de batería y garabateando letras de canciones. Nunca nos imaginamos que grabaríamos un disco, mucho menos varios, así que seguimos aprendiendo de qué va esto sobre la marcha. Bueno, con este ya lleváis siete largos, además de splits, singles, EPs, DVDs… ¿Tiene algún significado especial este en vuestra carrera?
En realidad lo de las carreras no nos va demasiado. Lo nuestro es más un paseíto calle abajo con algunos compañeros increíbles, buena comida y fiestas bailongas a nuestro paso. ¿Cómo definiríais la forma en que abordáis vuestra propia música?
Despreocupada y caricaturesca. Incluso hay algo de vodevil. Ya, bueno, el caso es que vuestra música siempre ha ido de la mano del mundo del arte y vosotros mismos sois artistas gráficos. ¿Cómo se relacionan en vuestro caso rock y arte?
Nuestras vidas son la fuente de inspiración para nuestra creatividad, ya sea hacer una pintada con nuestros colegas o trabajar en L.A. con nuestro productor. No es nada serio, en cualquier caso. Sólo relax y pasar un buen rato. Pero habéis tenido la oportunidad de colaborar con muchos artistas. ¿Alguno que os haya inspirado de verdad?
Todos nuestros amigos nos inspiran. Cada día es diferente. Un día estás por ahí con un viejo creador para comer, tomando notas sobre qué libros leer a continuación. Luego cenas con tu novia y hablas de los proyectos en que está trabajando. Por la noche vas a un concierto y hablas con músicos y bailas. Cada minuto y cada hora son inspiradoras. El caso es que siempre le he tenido cierta tirria al término ‘art punk’, que al final se usa para referirse a todo tipo de bandas, pero sobre todo a las pretenciosas y, a veces, nada punk. Pero en este caso no me parece tan gratuito. ¿Cómo os sentís con la etiqueta?
Las etiquetas son para vosotros los periodistas. Nosotros nos sentimos cómodos con lo que hacemos, así que no me importa demasiado como lo llames, aunque preferimos ‘cartoon mega dose dance squish’ que ‘art punk’. Etiquetas como punk pueden confundir a cierto público y preferimos evitarlo aunque sólo sea por eso. Vuestros conciertos tienen fama de demenciales… ¿Què tomáis antes de subiros al escenario?
Nos tomamos un buen zumo de fruta recién exprimido y algo de comida vegana. Quizás unos tacos de pescado. Nos gusta probar la comida regional también. Allá donde fueres… Ya para terminar, sólo una pregunta más. ¿Dónde y cómo robáis los teléfonos con los que cantáis? Porque supongo que se estropearán y habrá que irlos renovando.
Sí, estamos constantemente robando teléfonos. Viajamos siempre con tijeras.