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Vice Blog

SITGES '09 - Episodio 2

Este pasado fin de semana en Sitges parecía que el verano no había acabado, sol, playa, caipirinhas y yo encerrado todo el día en una sala sin luz y viendo proyecciones sin parar. Sobredosis de cine por la vena.

Este pasado fin de semana en Sitges parecía que el verano no había acabado, sol, playa, caipirinhas y yo encerrado todo el día en una sala sin luz y viendo proyecciones sin parar. Sobredosis de cine por la vena.

Empezamos con The Countess, una película basada en la vida de Erzebet Bathory; sí, la célebre condesa que se bañaba en sangre de vírgenes, pero contada desde el punto de vista de su amante, retratando así el mito como una historia costumbrista y nada terrorífica que al final acaba siendo algo cansina. Eso sí, el mito originó grandes bandas y canciones:

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Crows 2 fue la otra locura que presentó Takashi Miike, recordando básicamente a Crows Zero, estrenada el año pasado en este mismo festival. Los mismos personajes, la misma historia del enfrentamiento entre institutos por parte de bandas rivales, algo así como The Warriors a la japonesa, pero con las mejores escenas y sonidos de peleas. Dos horas de diversión sin pausa.

 Esta chica es un volcán, tanto vaya de castaña con melena como con el pelo corto y rubia. Ella es la protagonista de Hierro, un thriller algo tópico (“va una madre de viaje, pierde a hijo y se vuelve tarumba cuando lo busca”, aunque en la resolución tenga cosas diferentes y Elena realice un espectacular papel. Eso sí, no se a qué viene ciertas imágenes en plan Lynch y esa imagen final en el agua, totalmente de relleno y para sacar lagrimita estúpida. A veces creo que algunos directores tratan al público como si fuera tonto y megasensible, cuando sin esos efectos baratos se puede conseguir el mismo efecto dramático. Eso sí, ver a Elena Anaya sin ropita no tiene precio. Bueno, la del ticket de la película.

 Thirst es la nueva película del venerado Park Chan-Wook. Esta vez se decanta por un género muy en boga por mucho que el mismo director dijese que: “para nada había escogido esa temática por esa razón, que lo mismo le dirían si fuese de amor, ya que películas románticas hay muchas”. Pero que escogiese Martin, de George Romero, como su mayor referente como película vampírica es todo un detalle, aunque su film siga una estela totalmente diferente. En Thirst veremos cómo un sacerdote convertido en vampiro por voluntad de Dios se corrompe totalmente por culpa de una mujer casada. Escenas eróticas brindan todo el film, rodadas elegante e impetuosamente. Una película larga que seguramente no gustará a los fans de Park Chan-Wook por los comentarios oídos durante el festival, pero que a mi parecer, y a pesar de sobrar algo de minutaje, está entre las mejores de estos primeros días del festival de Sitges.

Mañana, el resumen de lo que dio de sí el primer fin de semana.