testimonios de mujeres zetas

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  • Testimonios de mujeres Zetas: Sandra

    Sandra en ocasiones piensa que está muerta y otras que está en el limbo. Inició en las filas del narcotráfico por dinero, no para hacerse rica —de antemano sabía que eso no ocurriría— sino para mantener a su hijo y comprarse comida y sobrevivir.

  • Testimonios de mujeres zetas: Alma

    "En las nalgas tengo un chingo de cicatrices. Son como boquitas que mandan besitos. Las marcas me las hicieron a tablazos durante los dos años que trabajé con los Zetas. Ese es el castigo favorito dentro de la organización: la tableada".

  • Testimonios de mujeres zetas: María

    "Pedía que se acabara todo, ya no podía más, estaban lastimándome mucho, no por los golpes sino porque no sé cuántos marinos me violaron".

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