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Entonces Lucas me pasó algunas sesiones de temas que él había grabado: sesiones monstruosas de champeta, bullerengue, son palenquero y otros ritmos afrocolombianos.
Al principio, la cantidad de instrumentos y elementos en una sola sesión de champeta (hasta catorce líneas de guitarras diferentes, por ejemplo) fue abrumadora, pero poco a poco empecé a trabajar y salió el EP, a modo de colaboración.
Este lanzamiento marca una nueva etapa en mi evolución musical, porque ya dibujo con mano firme las primeras líneas de un sonido más sólido.
Siempre me ha interesado explorar la música folclórica de diferentes lugares a través de un lenguaje universal.Bleepolar vs El Faraón Bantú es el primer capítulo de mis nuevas aventuras musicales. Un viaje sónico entre una selva digital repleta de animales salvajes, reptiles venenosos y sorpresas peligrosas a la vuelta de cada árbol.
Es una unión entre el sonido místico y más refinado de la champeta que raya con la psicodelia y los trances de los chamanes africanos, que con sus animaciones y coros invitan al despeluque y a otros placeres más terráneos.
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