Un feminicidio como el de Yuliana Samboní es uno de esos crímenes de género que logran estremecer a un país. Y la pregunta que le sigue a la indignación y la rabia es ¿qué hacer? ¿qué puede hacer cada uno de nosotros para que todas las niñas que viven lo mismo que Yuliana, a diario en Colombia tengan una vida mejor? Y más allá de la discusión sobre si lo mejor es el endurecimiento de penas (no lo es) o un cambio estructural en la cultura que logre desnaturalizar esa violencia (esta es la mejor vía, el problema es que nadie sabe exactamente cómo hacerlo). Pero, ¿y si pudiéramos hacer algo? Tal vez unos cuantos cambios en nuestra vida cotidiana no va a saldar la brecha de clases o la inequidad de género, pero quizás si hay pequeñas acciones que podemos hacer para desmontar nuestra cultura machista y crear alrededor nuestro espacios seguros para las mujeres y las niñas.
Ahora, las feministas llevamos años haciendo estos cambios. No en vano, lo personal es político, y por eso ser feminista tiene que ver con quién lava los platos y hasta con cómo cogemos. También, durante años, todas las campañas de prevención y concientización de la violencia de género han estado dirigidas hacia las mujeres, así que incluso las que no se declaran feministas tienen una somera idea, reforzada por su experiencia, de por dónde va la cosa. Mejor dicho, todas sabemos que ser mujer está de la verga: en mayor o menor medida, a todas nos violentan, nos violan, nos acosan, nos morbosean, nos insultan, nos explotan y nos pagan menos. Pero lo que casi nunca nos dicen las campañas es qué pueden hacer los hombres para cambiar el machismo. Esto es gravísimo, porque resulta que los hombres son los que más ejercen y disfrutan, pasiva o activamente, de una cultura machista. Y este mundo depredador en donde los hombres creen que pueden disponer de los cuerpos de las mujeres y las niñas es precisamente la masculinidad tóxica que crea las condiciones para crímenes como los de Yuliana. ¿Qué pueden hacer los hombres, hoy, todos los días, para ser aliados del feminismo, para ayudarnos a las mujeres y las niñas a que nuestras vidas sean más seguras, más dignas, y sobre todo, más justas?
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La primera respuesta es que yo no se los puedo enseñar, ni estoy obligada a darles una clase de feminismo ni puedo decirles cómo vivir sus vidas como hombres. No me corresponde. Sin embargo sí puedo hablar de cosas concretas que, como mujer y como feminista, sé que pueden ayudarnos a que nuestras vidas sean más fáciles. Simplemente son ejemplos puntuales y prácticos basados en mis interacciones con el paradigmático "hombre cisgénero heterosexual blanco o mestizo de clase media o alta y educado", que para efectos de brevedad en este texto llamaremos "Man". Con M mayúscula porque es un modelo arquetípico. Quizás no todas estas categorías les aplican, pero sí son las características que determinan a la masculinidad paradigmática y el privilegio en nuestra sociedad.Así que a continuación les presento trece cosas que pueden hacer por la igualdad de género. No son las únicas, son apenas las que a mí me parecen importantes para comenzar. Algunas no les van a gustar porque pueden sentirse incómodos, eso está bien. El feminismo es incómodo, si le van a entrar, acostúmbrese. No están obligados a hacerlas, no son mandamientos. Ni trucos para levantar. Tampoco van a recibir una estrellita. Pues no son pedidos caprichosos sino gestos puntuales de cómo usar sus privilegios para hacer más fácil y justa la vida de las niñas y mujeres de Colombia.No, que nos dejen entrar gratis al bar no es un privilegio. Ustedes lo saben, nos van a dar trago gratis para emborracharnos y que seamos "presa fácil" de algún muchacho que quiere sexo sin esforzarse. No existe tal cosa como el privilegio de ser mujer, ser mujer es nacer con muchas desventajas que quizás los Manes no pueden entender porque para sus vidas privilegiadas son inimaginables. Los Manes no tienen que pensar en qué ponerse antes de salir de la casa para estar seguros, seguramente van a ganar más por hacer el mismo trabajo que una mujer y toda la vida la sociedad lleva aplaudiéndoles que sean líderes y escuchan sus ideas. Por eso hay un mug feminista que dice "Quisiera tener la seguridad de un hombre blanco mediocre". A diferencia de las personas trans, nadie les pregunta a los Manes si ese es su verdadero nombre o si su género es el correcto. Tampoco hay leyes que les prohiban una intervención médica que pueda ser necesaria para salvar sus vidas, como la interrupción del embarazo.Manes: el mundo es suyo, las calles, los horarios laborales, la política, todo está hecho para sus cuerpos y muchos de estos privilegios son irrenunciables. Lo mínimo que pueden hacer es reconocerlo. Porque reconociendo su privilegio pueden usarlo para abrirle espacios a otras personas que no lo tienen.
1.Reconocer su privilegio
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2. Abstenerse de manxplicar
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3. Callarse y escuchar
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4. Consumir información sobre feminismo o productos culturales y académicos hechos por mujeres
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5. Habitar de una manera diferente el espacio público
6. Nunca, nunca decir "no todos los hombres"
7. Cuestionar públicamente el machismo de otros hombres
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8. Usar un lenguaje incluyente y dejar de asociar lo femenino con lo indeseable
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Cuidar el lenguaje también quiere decir dejar de emplear términos como "feminazi", primero porque es una brutalidad, y segundo porque estigmatiza a las feministas. También es importantísimo respetar los pronombres y las identidades de la gente: si una persona les dice que es mujer, entonces es mujer. No hay necesidad de pedirle que se levante la falda.Otra cosa que no les han enseñado a los hombres es a pedir consentimiento. A los hombres les suelen vender la idea (y esto se encuentra en casi todas las historias de amor y hasta en videojuegos) de que tienen que insistir e insistir y si son buenos su premio será que una mujer les diga que sí. Pero así no funciona. Las mujeres no somos trofeos, somos personas y tenemos derecho a elegir con quién queremos estar. No somos tontas, y ustedes no saben qué es lo mejor para nosotros. Si decimos que no queremos, o nos echamos hacia atrás, o los dejamos en visto, o no contestamos a su llamada, esos mensajes deben ser interpretados como un no.A las mujeres, especialmente a las heterosexuales nos han enseñado a ser extremadamente complacientes y a veces aceptamos muchas cosas que no nos gustan en realidad o que no queremos hacer para evitarnos el problema de decir que no. Recuerden que cuando las mujeres nos negamos a algo nos castiga la sociedad. Así que no es una cosa de flojera, es que nos han enseñado a sonreír y aceptar todas nuestras vidas. Ustedes como hombres, como tienen más poder, tienen la responsabilidad de checar que nosotros estamos aceptando y estamos cómodas con todo lo que estamos haciendo. Y el consentimiento hay que irlo pidiendo paso a paso. Aceptar un beso no es aceptar un polvo. En cualquier momento alguien puede decir no y esto hay que respetarlo, porque si no se respeta estamos frente a una violación. Para que haya consentimiento también es importante la honestidad: si ustedes le ocultan a una mujer con la que van a coger que están en una relación de pareja, no le están dando la información suficiente para que ella pueda elegir libremente si se los coge o no. Ahora ustedes me dirán que el sexo no es un contrato y que no pueden ir preguntando a cada rato a la chica si sí quiere. Pero resulta que sí se puede y que hay muchas maneras de preguntar y decir que sí. Si la chica los besa de vuelta, por ejemplo, eso es un sí. Si una mujer les manda una foto de ella desnuda y no los autoriza para publicarla en Internet no lo hagan. Fin. Si un "malvado hacker" publicó fotos de Jennifer Lawrence sin su consentimiento no las vean "por error". No se trata de palabras, sino de poner el consentimiento de la otra persona primero. ¿Y si piensan que soy un bobo por preguntarle si le puedo dar un beso? Mejor que piensen que eres un bobo a un potencial violador. Si una mujer quiere darte un beso no va a dejar de hacerlo porque le preguntaste. Y sobre todo, en temas de consentimiento, ante la duda, pregunten, si la respuesta les parece confusa, asúmanla como un no.
9. Pedir consentimiento y respetar la autonomía de los cuerpos de las mujeres
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Esto aplica a respetar la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos. Nosotras nos podemos vestir como nos dé la gana, no nos estamos haciendo para ustedes, no nos interesa su opinión al respecto de nuestra ropa. Y sobre todo no nos interesa su opinión sobre nuestra vida reproductiva, somos nosotras las que debemos poder decidir si dejamos que un embrión en nuestro útero se convierta en feto y si queremos ser mamás. Son demasiados hombres los que están en contra del aborto porque es una forma de controlar nuestra vida reproductiva. No sean esos hombres. Respeten.Y recuerden amigos que ustedes también se benefician de los abortos por los que la sociedad juzga a las mujeres. Apoyar este derecho es apenas coherencia ética.Ser buen polvo no es hacer maromas copiadas del porno y contar orgasmos y tiempo para competir con sus amigos. La clave de ser buen polvo está en el consentimiento. Uno puede tener un buen polvo hasta sin venirse, pues el buen sexo es el que, de la manera que sea y con consentimiento, te produce placer y te hace sentir bien. Para que eso suceda uno tiene que estar atento a lo que quiere o le gusta a la otra persona o personas, y ser claro con lo que uno quiere y con lo que le gusta. A los hombres les enseñan que el sexo es "macho-orgasmo-centríco" y es que comienza y termina con la penetración y por eso se echan a dormir una vez se vienen. No. Eso es hasta grosero, las personas no son masturbadores, son personas. Y también hay muchas formas de tener sexo que no incluyen la penetración. Es más, el pene no es la única zona erógena. Ustedes también pueden explorar sus cuerpos.Ser buenos polvos también es tomar responsabilidad de sus vidas reproductivas. Carguen un maldito condón. No digan "ella se embarazó" porque nadie es la Virgen María y las mujeres no nos embarazamos solas. Si no querían estar enfrentados a un aborto indeseado sobre el cual ustedes no pueden decidir, hubieran usado condón en primer lugar. Su vida y salud reproductiva es su responsabilidad, eso incluye hacerse anualmente exámenes de enfermedades venéreas (si tienen papilomas, para ustedes puede ser inofensivo pero a nosotras nos da cáncer de útero) usar condón y discutir sobre métodos anticonceptivos con su pareja.
10. Ser buenos polvos
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