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El mundo sigue transformándose en un gran basurero

Estamos en medio de una nueva fase en el tiempo geológico marcada por las cicatrices imborrables de la acción humana. Cuando tallamos, excavamos o taladramos un túnel en la corteza de la Tierra estamos creando nada más que un espacio muerto.

Avión Snoopy. Imagen Google Maps.

Tenemos una extraña y triste manera de olvidar las cosas. No las cosas regulares como las agendas de las que llenamos hasta la última página o los aparatos electrónicos que se volvieron obsoletos o cualquier otra cosa, pero sí ciertos objetos a los que les hemos dado el tag de antiguo.

Los aviones dados de baja, la infraestructura olvidada, los centros de inteligencia de la NSA (National Security Agency) que ya no se utilizan. Son todos marcas de la recolección de recursos y de la acumulación de herramientas utilizadas durante tiempos de guerra. Todo eso es basura hoy, y nunca antes había sido tan fácil verla.

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Estas grandes estructuras abandonadas son difíciles de pasar por alto. Están esparcidas en todo lugar, en varios estados de abandono y desuso; hay muchas hoy en día, y cada vez más desechos son arrojados allí para crear un gran montón.

Sin importar que estemos viviendo un momento histórico de una cierta "fiebre del archivar cosas", estas reliquias y sobras son recuerdos físicos de que somos y siempre hemos sido una cultura del abandono. Y si hay algo que cambió fundamentalmente la forma en que vemos estas grandes estructuras abandonadas es la web.

Desde cementerios de aviones en el desierto de Mojave, hasta abortos de autopista en la jungla brasileña o las minas a tajo abierto de los tiempos de la Guerra Fría y de la actual Rusia. Son los restos de la industria, de los conflictos armados y toda esta infraestructura está ahí para que cualquiera con una conexión a internet pueda verlos (y no olvidemos que la mitad del mundo aún no puede conectarse).

Existe un cierto placer en el hecho de mirar la Tierra desde el cielo, seguro, pero si miras y ves estructuras laboriosamente ordenadas para transformarse en basura ¿De qué placer estamos hablando?

Imagen: Google Maps.

Bienvenidos al nuevo-pero-viejo medio donde los fantasmas acechan hasta el último centímetro de tu experiencia digital. Como escribe el historiador y folclorista Owen Davies en 'The Haunted': "El ciberespacio se ha transformado en parte de la geografía de caza".

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Los cementerios de aviones son las más idealizadas de estas grandes estructuras abandonadas. Son un referente del espíritu americano moderno, con el Snoopy, un tipo de avión que fue la variante del bombardero experimental que está al comienzo de este post. Una especie de avión ícono a la hora de ser destruido lento pero seguramente por el látigo del clima desértico. Eso o ser desmantelados por los recolectores ambulantes de chatarra. Ahí están los Snoopy, al sur de la base aérea Edwards, maltratados. Transformándose en basura.

Hay muchos cementerios de aviones como el de Tucson, Arizona y que se ve abajo (la foto muestra solo una parte). Al final del camino está el aeropuerto Pinal, otro lugar de descanso de variados aviones en retiro, incluido el cementerio de los aviones secretos de la CIA:

Imagen: Google Maps.

Hablando de cosas abandonadas por el Gobierno de Estados Unidos, al otro lado del mundo están los esqueletos de un grupo de domos. Algunas vez fueron usados para interceptar señales radiales, ahora son basura sobre el antiguo puesto de espionaje de la NSA en Teufelsberg, Berlin.

No es necesario que te pares en la punta de un cerro para ver el deterioro. Puedes estar a miles de kilómetros de distancia pero gracias a las imágenes satelitales y Google Maps estas ahí, a los pies de este monumento con forma de domo, y juras que puedes escuchar el eco de alguna antigua discusión secreta sobre estrategias nucleares.

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Imagen: Google Maps.Un fantasma. Eso es lo que estamos enfrentando aquí ¿No? Fantasmas en la máquina del antropoceno, la época geológica que empieza cuando los hombres comenzaron a hacer importantes y hasta irreversibles efectos en el ecosistema de nuestro planeta.

"Internet tiene una multitud de fantasmas" escribió Philip Ball en un ensayo reciente publicado en Nautilus. "Aquí también hay trazos simulados de muertos que persisten indefinidamente. Aquí también las identidades forjadas con seudónimos van a hablar desde el más allá. Más que la televisión o el teléfono, Internet es un balbuceo invisible de voces que parece diseñado para albergar espíritus igual de etéreos que nuestro ciberespacio".

Así que crecimos, y abandonamos estructuras como este puente fantasma. Estas viendo el Viaducto Petrobras un tramo de 300 metros de una autopista abandonada en la jungla brasileña.

Imagen: Google Maps.

O esta pista de aterrizaje que corta un campo olvidado por la mano de Dios:

Imagen: Google Maps.

O los remanentes de la mina Mir, en Rusia. Esto dejará una marca en el Tierra por un largo periodo de tiempo o, probablemente, para siempre.

Imagen: Wikimedia.

Igual que lo hará está mina, ubicada también en Rusia, la cual está activa aún ho

Imagen: NASA.

Lo que nos trae de vuelta al antropoceno, esta nueva fase en el tiempo geológico marcada por las cicatrices imborrables de la acción humana. Cuando tallamos, excavamos o taladramos un túnel en la corteza de la Tierra estamos creando nada más que un espacio muerto.

Investigadores tras un ensayo publicado en el periódico Antropoceno en julio, tienen un termino para esta intromisión subterránea: antroturbación, una versión de la bioturbación o cuando la flora y la fauna dejaron sus huellas en el sedimento y sobre la tierra.

"Ninguna otra especie ha penetrado tanto en la corteza o ha producido cambios tan profundos y subterráneos" escriben los autores, "Fuera de la vista y fuera de la mente. Es un reino cuyo rango de acceso o experimentación directa va desde difícil a imposible".

Difícil quizás, pero no imposible.