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Cultură

Belinda Téllez vuelve Instagram un espacio surreal

Belinda Téllez se une a la escuela creciente de fotógrafos que están utilizando Instagram como plataforma de trabajo artístico, creativo y narrativo.

Imágenes vía.

Todo lo que necesitas para entrar en el mundo brillante y onírico del Instagram de Belinda Téllez, alias @Belilabelle, es oprimir el ícono de “seguir”. A través de su colección de extravagantes autorretratos y curiosidades visuales, esta fotógrafa venezolana ha transformado su Instagram, el cual pasó de ser una simple cuenta más dentro de dicha red social, a convertirse en su propio libro de historietas surrealistas. “De niña siempre fui un poco rara” confiesa la fotógrafa venezolana, “me gustaban más los libros que las muñecas, solía memorizar pasajes enteros de Alicia en el país de las maravillas”. Ciertamente, sus imágenes de cabezas enmarcadas y flotantes de niñas que pueden volar, de agua con piernas y arbustos con gafas expresan claramente las fantasías infantiles de la literatura de Carroll.

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Al igual que el escritor británico, Téllez tiene un ojo para retratar lo extraordinario y aquellos momentos que amenazan con desaparecer de lo mundano. De estos fenómenos fugaces nace su fotografía: los corredores se convierten en pasamanos, bloques de construcción de juguete sirven inesperadamente como un marco de fotos espectacular. Aunque la manipulación fotográfica entra en su repertorio, la propuesta explícita de su arte no es distanciarla a ella, ni a sus seguidores de la realidad. Más bien sería al contrario: “Cuando la foto se vuelve muy surreal e imaginativa”, explica Téllez “irónicamente también se vuelve increíblemente realista”.

Esta ‘realidad irónica’ se vuelve mucho más presente en los autorretratos de Téllez. En su perfil, ella es la protagonista, y utiliza sus retratos para tejer sus publicaciones con unas narrativas autoreflexivas de su vida diaria. Aquí, la artista actúa como la autora única, capturando cada uno de sus retratos sin necesitar la ayuda de un segundo par de manos. “Tomo las fotos yo misma” comenta Téllez, “entonces cuando el resultado es parecido a lo que me imaginé en mi cabeza, bailo”.

Pasearse por el perfil de Téllez, convierte el Instagram en mucho más que una excusa para pasarte los domingos dándole envidia a tus seguidores por ese increíble brunch que tuviste. En serio, ¿cuántos omelettes han salido exitosos con el filtro de ‘Kelvin’? Con su arte, esta venezolana va mucho más allá de estas trampas del plebeyo común (aunque se ha revelado el secreto de que ella misma disfruta del #FoodPorn y publica bajo el pseudónimo de “Pancakeologist”). Con sus historias y publicaciones surreales la fotógrafa que firma como @Belilabelle se une a una creciente escuela de fotógrafos que están utilizando Instagram como plataforma de trabajo artístico, creativo y narrativo.

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Mira más cosas que han pasado por el visor de Téllez en su Instagram y su Flickr.