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FIFA cuestiona a Rusia como anfitrión del Mundial 2018

En los últimos años, el fútbol ruso ha estado rodeado de múltiples polémicas relacionadas con racismo y ahora la FIFA duda que este país pueda ser el anfitrión del Mundial 2018.

Según el vicepresidente de la FIFA, Jeffrey Webb, el racismo en Rusia, quien sería la casa para el mundial de fútbol 2018, presenta un "desafío enorme".

En una entrevista con ESPN del jueves 12 de marzo, Webb (que también está a cargo del grupo anti-racismo y anti-discriminación de la FIFA) afirmó que: "No se podrá hacer el mundial allí si se tienen en cuentas las condiciones actuales".

"Rusia desafía enormemente a la FIFA y al Mundial del fútbol desde su posición frente al racismo"-añade Webb.

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En 2013, los fans del Torpedo de Moscú lanzaron bananos al jugador Christopher Samba, del Congo, durante el partido contra el Dinamo. Además, el año pasado los fans del equipo de Moscú CSKA cantaron insultos racistas durante un partido contra el Manchester City y agredieron verbalmente al jugador de Costa de Marfil, Yaya Touré. La FIFA ha intentado atacar el racismo creciente en los estadios con un comité, liderado por Webb, que impulsa medidas educativas:

"Queremos fomentar nuestro punto de vista. Ahora tenemos un personal dedicado a trabajar con nosotros los problemas relacionados al racismo y estamos trabajando de la mano con el gobierno de Rusia para implementar y ejecutar programas educativos", dice Webb.

Los incidentes racistas en los partidos de fútbol rusos son tan frecuentes que una organización anti-discriminación rusa independiente reveló el pasado mes un informe sobre las cifras de este problema. El reporte, titulado Time for Action [Tiempo de actuar] encontró más de doscientos casos de discriminación y comportamientos racistas por parte de los fans rusos desde 2012. Según el reporte, los ataques de este tipo se repiten con frecuencia debido a: "los altos niveles de xenofobia étnica en la sociedad Rusa que se han fundado y desarrollado desde el 2000".

Los ataques extremistas vienen normalmente de fans neo-Nazis y de otras minorías de ultra-derecha que apuntan a personas negras o provenientes de regiones del Cáucaso. El presidente de la FIFA, Sepp Blatter afirma su "preocupación" con los hallazgos de este informe independiente:

"Estamos lidiando con estos problemas actuales"- le dijo Blatter el año pasado a The Guardian. "No estamos tratando una cuestión atemporal, sino con el racismo aquí y ahora. Iremos al comité ejecutivo de la FIFA y denunciaremos los pasados incidentes en Rusia que comprometen el Mundial de 2018".

Por otra parte, la FIFA ha aceptado monitorear y sancionar a los equipos cuyos hinchas actúen de manera racista durante los partidos. Pero es improbable que Rusia sea revocado como anfitrión de la Copa en 2018:

"Nunca he dicho que es necesario eliminar el Mundial porque sería imposible hacerlo"-confiesa Blatter. "Tengo que insistir en que el racismo y la discriminación siguen presentes en todas las sociedades. Lo que tenemos que hacer es combatir estos actos a través de la cultura del fútbol. Solo podemos luchar con fútbol, porque no podemos llegar a una sociedad y pedirles simplemente que paren. Este no es el deber o la responsabilidad, ni siquiera el derecho, de la FIFA".

Sigue a Olivia Becker en Twitter: @obecker928