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Junio fue el mes más caliente desde 1880

Julio se encamina a romper récord y 2016 tiene todo para ser el año más caliente de la historia.

Otro récord roto: el mes pasado fue el más caliente de los 1.638 que han pasado desde 1880, cuando empezaron los registros. Van 14 meses seguidos en que el mundo supera sus registros y pone la vara más alta. El mes de julio se encamina a seguir con la tendencia y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) acaba de decir que 2016 puede convertirse en el año con el promedio de temperatura más alta desde que empezaron a hacer mediciones. Las cifras dan la impresión de que en algún momento las cosas se van a empezar a derretir.

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Algunas, como los polos, realmente se están derritiendo. El deshielo del Ártico este año ocurrió más rápido que de costumbre.

Pasa en todo el mundo: en Irak recién registraron 53 grados centígrados. Y pasa, por supuesto, en Colombia: durante el primer semestre del año, Bogotá casi rozó los 26 grados, nunca antes vistos en la capital, a la vez que Arauca, un pequeño corregimiento caldense, sintió la temperatura más alta jamás registrada en el país: 48 grados. Los ríos se secan, los cultivos se estancan, la productividad baja, los campesinos le piden clemencia a la naturaleza.

A principio de año, cuando aparecieron récords como los de Bogotá y Arauca, el director del Ideam, Ómar Franco, explicó que era debido, en parte, al fenómeno de El Niño, que se había sumado a las oleadas de calor habituales de principio de año. Rodney Martínez, director del Centro de Investigación del Fenómeno de El Niño, pasó por Colombia y dijo que, junto a Venezuela, eran los dos países de la región donde El Niño golpeó con más fuerza.

Pero parece ser que sin El Niño estaríamos en las mismas.

"Este episodio de El Niño, uno de los más fuertes jamás registrados y que hizo subir el termostato de la Tierra, se ha disipado. Sin embargo, el cambio climático, causado por los gases de efecto invernadero que atrapan el calor, no va a desaparecer. Ello significa que nos veremos abocados a más olas de calor y más precipitaciones extremas, y existe la posibilidad de que se den ciclones tropicales cuyo impacto sea mayor", dijo hace poco Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

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Gran parte de la culpa de todo el cambio climático la tenemos los humanos. Las variables climáticas solo nos dan un empujón. Los científicos creen que los gases liberados por las actividades industriales y agrícolas se están sumando al efecto invernadero natural (o sea, la forma como la Tierra se queda con algo de la energía que produce el sol).

Desde la industrialización, la humanidad se dedicó a quemar combustibles fósiles, como carbón, petróleo y gas, y producto de ello está aumentando la cantidad de dióxido de carbono o CO2: el renombrado gas de efecto invernadero, que tiene buena parte de la culpa del calentamiento global. El lío es que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ahora, producto de nuestra falta de cuidado o de interés, es más alta que en los últimos 800.000 años y alcanzó un récord histórico en mayo de este año.

Las consecuencias ya las estamos viviendo: temperaturas más altas, fenómenos de climas extremos y mares veinte centímetros más altos que hace 100 años son fenómenos relacionados con calentamiento global y están teniendo efectos dramáticos en buena parte del mundo.

Colombia no está entre los países que más afectan (que son, en ese orden, China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Brasil, Rusia y Japón), pero, por la geografía y el modelo económico, sufre y sufrirá con fuerza las consecuencias. El Ideam explica que, producto del calentamiento global y El Niño, este año el país ha visto los estragos, más allá del calor y la falta de lluvias, en la disminución de los ríos, los incendios en la vegetación y el derretimiento de los nevados.

A finales del año pasado, pensando en lo que se viene, 195 países negociaron en París un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El compromiso fue que harían todo lo posible para no superar por más de 1,5 grados centígrados la temperatura del planeta en el siglo XIX. Luego dijeron que el límite máximo sería 2 grados: un aumento mayor podría tener repercusiones sustanciales y peligrosas que afectarán principalmente a las poblaciones pobres del mundo. La OMM acaba de advertir que este año el alza fue de 1,3 grados, apenas 0,2 menos que el primer límite fijado. La ONU, por su parte, cree que para 2100 habrá un aumento de la temperatura de 2,7 grados por encima del siglo XIX.

Malas noticias.