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La historia detrás de la noticia que tumbó la licencia petrolera en La Macarena

Cómo una llamada a un reportero llevó a frenar la explotación petrolera cerca de Caño Cristales.

Esta es la historia de una noticia que no parece de Colombia. Una historia donde gana el medio ambiente y pierde una petrolera gringa, donde el Estado se echa para atrás y le da prioridad a los ecosistemas antes que a los dólares.

La noticia, titulada "¿Desastre ambiental? ANLA otorga licencia de explotación en la Serranía de La Macarena", fue publicada por Felipe Morales Mogollón, redactor de política del periódico El Espectador, el miércoles 13 de abril a las 8:32 a.m.

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Fue la primera noticia que se publicó sobre el tema. El problema que planteaba era que las licencias otorgadas por la Autoridad de Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) a través de la resolución 0286 del 18 de marzo de 2016, donde se daba vía libre a la empresa Hupecol para la explotación de hidrocarburos en cerca de 150 puntos diferentes en los municipios La Macarena y La Uribe en el departamento del Meta, podrían ser dañinas para el medio ambiente.

"Fue de una. Pensé muy bien cómo la iba a presentar, advertí que necesitaba que la mantuvieran de apertura en la página por lo menos una hora, y la monté. Salí a pasear el perro y cuando llegué ya estaban todos los medios desbordados con eso. Así fue, tal cual", dice Felipe, casi dos semanas después de haber publicado.

Desde que salió, la noticia ha sido compartida 41.583 veces por los lectores de El Espectador y replicada por otros medios. Por las redes sociales se regó la imagen de Caño Cristales —el río de los cinco colores— acompañada por ese titular que planteaba la duda de un posible desastre ambiental en el río más hermoso del mundo, hiriendo sensibilidades, indignando a muchos y prendiendo las alarmas.

El escándalo fue tal, que el presidente Juan Manuel Santos, quien no cuenta con muy buena imagen por estos tiempos, salió el día siguiente —el jueves 14 de abril— en su cuenta de Twitter diciendo que suspendía la licencia.

Aunque el escándalo se armó en abril, el proceso para la obtención de la licencia empezó en 2008, cuando el Gobierno le adjudicó a Hupecol el Bloque Serranía (como se denominó la zona de explotación petrolera). En 2009 empezaron a preparase los estudios sobre el impacto ambiental, y el 4 de julio de 2011 inició el proceso de licenciamiento. Hasta el pasado 18 de marzo, cuando fue concedida la licencia.

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La noticia, por su parte, empezó a tomar forma una semana antes de la publicación, cuando llamaron a Felipe a contarle que habían aprobado unas licencias de explotación petrolera en La Macarena. Aunque el reportero de El Espectador no nos reveló quién lo había llamado a contarle sobre las licencias, sí nos contó que a su parecer, "la persona estaba buscando la forma de darle a más medios la información pero no les pareció tan relevante. A mí me pareció muy importante".

Felipe se puso a la tarea de encontrar la resolución que otorgaba las licencias, lo extraño era que no aparecía en la web de la ANLA, donde debía estar. Siguió buscando, llamó a la ANLA para comunicarse con su director, Fernando Iregui, y este le dijo que sólo lo atendía si iba hasta su oficina o si lo recibía en el El Espectador; es decir, en persona. "Entonces le planteé sobre qué era la información que necesitaba y no me quiso hablar. Le dije: 'Bueno, tendrán que responder'", cuenta Felipe.

Luego, gracias a un concejal de la región, supo el número de la licencia. La buscó y la encontró en Internet; en seguida, se contactó con el alcalde de La Macarena, Ismael Medellín Dueñas. "El hombre me dijo que venía a Bogotá el mismo día del debate de moción de censura al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas. Todos los periodistas que cubrimos política estábamos muy pendientes de eso, pero a mí me parecía mucho más importante el tema de La Macarena. Me puse cita con el hombre, me ratificó la denuncia y me contó que allá iban 14.000 personas en temporada de vacaciones, que llevaban 15 años preparándose para ser una potencia turística y que ahora les iban a meter explotación".

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Después de hablar con Medellín Dueñas, Felipe terminó de reunir documentos de las audiencias públicas que se habían hecho en la región, y a las 10:00 p.m. del 12 de abril la noticia estaba completa.

"Lo que me explicaban a mí el alcalde y los ambientalistas de allá es que efectivamente las licencias se entregaron en zonas que no eran protegidas, pero estaban al lado de las zonas que sí lo estaban. Es como si tu propiedad va de la puerta de tu casa para adentro, pero abren un hueco al frente de la puerta. Así de cerca eran las licencias", dice Felipe. "A mí me pareció gravísimo, por eso la titulé así".

La noticia tenía una intención: tumbar las licencias. Por eso Felipe decidió armarla así: el titular que dejaba en entre dicho un desastre ambiental, acompañado por la foto del río de los cinco colores.

"Duré todo un día pensándolo. Yo tenía la información, me acosté y dije: '¿Cómo hago?' Pensé la forma de hacer que se volviera una locura. Básicamente eso, no más. Yo no sabía si iba a funcionar o no, pero yo sí quería tumbar esa licencia", dice Felipe.

También por esa misma razón esperó hasta la mañana del miércoles. "Fue premeditado montarla en la mañana, cuando el tráfico es más alto. También había una ventaja que yo supe aprovechar: yo sé que El Espectador es muy leído y muy visto, y que su versión web la están monitoreando constantemente en las redacciones, entonces yo intuía que eso iba a pasar", relata. Y, efectivamente, los otros medios después de ver la noticia empezaron a publicarla. Estuvo en boca de todos. Sólo 20 minutos después de la publicación de El Espectador publicó El Tiempo, y la noticia se regó como pólvora. Que si iba a afectar a Caño Cristales, que los acuíferos, que si la licencia se entregó mal, que si el ministro de Ambiente, que si Santos, es que es el río más hermoso del mundo. Hasta medios internacionales se manifestaron.

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Pero ¿por qué nadie había dicho nada antes si la licencia se había entregado el 18 marzo? ¿Había que mencionar a Caño Cristales para generar conmoción? El día en que Felipe se entrevistó con Medellín Dueñas fue el debate de moción de censura al ministro Mauricio Cárdenas en el Congreso por su participación en la venta de Isagen, al que fue la mayoría de periodistas. En paralelo, fue el debate de control político sobre el tema de las licencias de explotación petrolera, al que asistieron especialmente Felipe e Ismael, el alcalde. Felipe se decantó por las licencias y de alguna manera ganó.

Con el impacto que generó la noticia, la ANLA publicó un comunicado ese mismo día para aclarar el asunto. Aceptaba haber otorgado la licencia ambiental para el proyecto denominado "Área de Interés de Perforación Exploratoria Serranía", que se realizaría en La Macarena. Aclararó que "el proyecto contempla la exclusión de zonas ambientalmente sensibles (…) por lo que no existe la posibilidad de que se afecten dichos cuerpos de agua, y mucho menos los Parques Nacionales Naturales de Tinigua, Sierra de La Macarena y Cordillera los Picachos".

Hasta ahí todo parecía intrascendente. La ANLA se esforzaba por demostrar que tenía la razón. Pero sólo seis días después, el 19 de abril, daba una rueda de prensa y aparecía otro comunicado donde informaba que "se tomó la determinación de revocar la licencia otorgada para el proyecto "Área de Perforación Exploratoria Serranía", a través de la Resolución No. 424 del 19 de abril de 2016".

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La victoria de Felipe, los ambientalistas y los habitantes de La Macarena era mayor. No sólo se revocó la licencia de Hupecol, sino que, como expuso la ANLA en su segundo comunicado: "En esta Área de Manejo Especial de la Macarena no se podrá llevar a cabo ninguna actividad relacionada con exploración y explotación de hidrocarburos. Adicionalmente se informa a los interesados que actualmente no existen más solicitudes de evaluación para licenciamiento ambiental en esta zona, y que contra esta decisión no proceden recursos".

Por su parte Hupecol, la empresa petrolera que lleva 19 años en el país, también se defendió. En un comunicado publicado en su página web manifestó que "siempre ha respetado y cumplido con todos los requerimientos ambientales y jurídicos establecidos por el Estado colombiano". Y de paso, aprovechó para declararse preocupada "frente al ambiente de incertidumbre jurídica que deja este precedente".

Incluso, el representante legal de la empresa, Leonardo Niño, y la gerente integral de sostenibilidad, Ángela Rodríguez, dijeron en entrevista con Portafolio: "Lamentamos como empresa que este tipo de decisiones se tomen por desinformación. Definitivamente hay participación de actores que no están directamente involucrados y que están totalmente desinformados de los procesos que surten la empresa y las autoridades… lo que podemos decir es que esto no es un tema ambiental".

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Aunque Felipe prendió la mecha, el argumento que encontró la ANLA para tumbar la licencia fue la resolución 585 del 30 de diciembre de 2015, elaborada por Cormacarena —la autoridad ambiental de ese territorio—, que prohibía las actividades petroleras en la zona y que fue publicada hasta el pasado 13 de abril. Coincidencialmente, en la misma fecha que Morales destapó el escándalo.

Pero la preocupación por la explotación petrolera viene de antes. Heisson Morris, cronista del programa GPS de CM&, especializado en educación ambiental, ha estado visitando La Macarena desde el año 2010. Fue él quien primero denunció la preocupación de la población del municipio por la posible explotación petrolera en una serie documental titulada La Macarena: territorio sin tregua,que salió al aire a mediados del año pasado.

En seis capítulos que no superan los cinco minutos cada uno, Heisson recorre La Macarena a la vez que cuenta no sólo la historia del municipio, sino también las problemáticas que lo aquejan, lo que piden sus habitantes y la especulación por el petróleo en la zona.

Más allá de sus riquezas, La Macarena es un territorio especial. Primero, es la única zona del país descrita como Área de Manejo Especial, constituida legalmente por el Decreto Ley 1989 del 1 de septiembre de 1989 para regular las actividades humanas permitidas y no afectar la estabilidad ecológica del territorio. Segundo, ha sido un escenario tradicional del conflicto colombiano. "La mayoría de los habitantes son colonos, gente que llegó huyendo de las violencias. Es una zona olvidada, estigmatizada, que ha padecido diferentes rigores de lo que ha sido el conflicto armado en Colombia, yo lo defino así", dice Heisson.

El medio ambiente se ha visto castigado por la historia de la región. "Volando se puede ver toda la deforestación que se ha cometido en el área", cuenta Heisson. La Macarena, que hizo parte de la zona de distensión que fue escenario de los diálogos con la guerrilla de las FARC entre 1999 y 2002, ha sobrevivido a varias bonanzas de caza, de madera, de la coca. Ahora, según Heisson, se enfrenta a grandes extensiones de monocultivos y a la potrerización para el ganado. "Tú en todos los parques ves parches de deforestación", asegura él, que ha sobrevolado la zona.

"Cuando vino el tema de la Seguridad Democrática, lo que buscaron los alcaldes fue hacer un poco de publicidad, porque ellos le apuntaron a que eso podía ser un destino turístico abierto al público", dice Heisson. Por eso, además del tema medio ambiental, la gente rechaza la explotación petrolera porque prefiere el turismo como economía.

"Si no se hubiera titulado como Caño Cristales muy seguramente se hubieran entregado las licencias y no hubiera pasado nada", agrega. Y aunque la gente de La Macarena no peleaba únicamente por Caño Cristales, Felipe terminó pegando en el blanco con su noticia.