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Los cinco dueños de los medios colombianos

El 26 de noviembre del año pasado, el periódico El Tiempo publicó un duro editorial sobre la reforma tributaria que en ese momento se discutía en el Congreso: sin irnos muy lejos en detalles, la postura del periódico era contraria a los intereses del gobierno de Juan Manuel Santos, cosa bien rara ya que pocas veces (tal vez nunca) ve uno un editorial de ese periódico que se oponga con fiereza a las propuestas del presidente.

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El artículo, además, generó eco en otros medios tradicionales, que reseñaron el evento (una noticia es eso: algo raro), e incluso se ganó las burlas del caricaturista Héctor Osuna, quien se inventó la viñeta "Toparon con Sarmiento Angulo", en la que podemos ver al magnate con un ejemplar del periódico en el bolsillo de su abrigo, preguntándole al presidente Santos quién era el tal ministro que se había inventado eso del "impuesto a la riqueza" (uno de los ítems más importantes de la reforma, que probablemente tocaba sus intereses).

No hay que ser un genio para darse cuenta de lo evidente: Sarmiento Angulo, dueño de un número desconcertante de bancos y otras empresas boyantes, es también el accionista mayoritario de la Casa Editorial El Tiempo. Algunos críticos podrían decir que ése (el periódico nacional que, de lejos, es el más leído en Colombia) es su pasquín personal: la forma en la que sus tentáculos repletos de intereses se cuelan en la opinión pública a través de información "imparcial".

El ejercicio puede ir más allá de lo que este tipo de teorías dicen. Los medios tienen el poder de formar la opinión pública, de hacerle cuestionamientos al poder, de seleccionar temas para sacarlos a la luz u ocultarlos. Alguien, al menos la ciudadanía, debería tomarse un tiempo para hacerles curaduría, para preguntarles al menos por sus intereses y sesgos ideológicos. Empezar por lo económico (por quiénes son sus dueños y dónde están sus negocios) puede ser el primer paso hacia la transparencia de su ejercicio.

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Poderopedia, una plataforma con la que nos aliamos hace un mes para presentar un informe sobre los intereses de los ministros en Panamá, se dio a la tarea de investigar quiénes eran los dueños de los medios nacionales y regionales, qué otros negocios tienen rodando en Colombia, cuáles son sus intereses políticos y qué nivel de influencia ejercen sobre los lectores.

Para ello, emprendieron una búsqueda académica (estudios de María Teresa Herrán o el proyecto "Medios en Colombia" de la Universidad de los Andes fueron clave), y también en entidades oficiales, como la Agencia Nacional de Televisión o el Ministerio de Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones, así como una labor de archivo en la Cámara de Comercio de cada ciudad, donde las empresas que adueñan los medios fueron registradas. El resultado fue fructífero: un estudio a fondo de 220 medios escritos, digitales, de radio y televisión, seleccionados de acuerdo a su impacto en la población. Veamos pues quiénes son los que ponen la plata para leer lo que leemos.

Los cinco ricos

1. El banquero:

De acuerdo con Forbes, Luis Carlos Sarmiento Angulo es el hombre más rico de Colombia (y el número 85 en el mundo), con una fortuna avaluada en

13.400 millones de dólares. Su riqueza se expande y fortalece a través del Grupo Aval (los cuatro bancos enteritos, con fiduciarias y empresas de financiación incluidas) e inversiones en sectores como la construcción (Construcciones Planificadas), infraestructura (Concesionaria Panamericana), energía e hidrocarburos (Promigas, Empresa de Energía de Bogotá, Gas Natural, Terpel), hotelería (Cadena estelar), minería (Mineros S.A.,) manufactura (Tesicol, Lehner) y agroindustria (arroz, sorgo, maíz, caucho, madera palma)… Todo, básicamente. Su plata se invierte en 16 publicaciones impresas: El Tiempo, Portafolio (de economía), Llano 7 días, Boyará 7 días, ADN (que es gratis en cuatro ciudades), Don Juan, Aló, Motor… Canal El Tiempo, City Tv, Carroya, Fútbol Red… Grandes tentáculos informativos. 2. Los niños ricos: En el segundo lugar del podio, se encuentran Alejandro y Andrés Santodomingo, hijos del potentado Julio Mario, quien hizo carrera con los cimientos que dejó su padre hechos en Barranquilla. La fortuna de ambos niños es de $4.400 millones de dólares. ¿Empresas? Bavaria, fusionada con Sab Miller, es la emblemática. Pero hay varias más: el portafolio bogotano (hay otro en Nueva York), llamado Valorem S.A. tiene el control de cosas como Decamerón, Supla, Ditransa, Gases del Caribe, Cine Colombia, Data IFX, Canal Clima, Virgin Mobile… La plata va para la financiación de los siguientes medios: El Espectador (el segundo diario nacional en influencia), Cromos, Caracol Televisión (que les dio a los hermanos una jugosa ganancia de 760 mil millones de pesos el año pasado), Blu Radio y la revista Cromos. 3. El proveedor de gaseosa: Sigue don Carlos Ardila Lülle (como le dicen algunos periodistas de RCN), el cuarto millonario colombiano. Su fortuna nos llega a través de cosas simples, como bebidas: Postobón, Projugos, Central Cervecera de Colombia; como carros: Los Coches, Los Autos; los alimentos: Incauca, Ingenio Providencia, Ingenio Risaralda, Sotará, fútbol: Atlético Nacional.