Esta semana los ganadores indiscutibles del Festival Estéreo Picnic fueron los dealers, que se hicieron su agosto en marzo. Desde citas clandestinas a casas de familia hasta esperas interminables en alguna esquina de mala muerte o alguna estación de Transmilenio, sabemos que un buen porcentaje del público del festival hizo sus mañas para poder aperarse de alguito con qué blanquear ojo en los sets y ver un mundo distinto, pero en su cabeza. A escondidas de la policía y de los encargados de seguridad, que esta vez parecieron hacerse los de las gafas, hicimos varios recorridos por todo el festival haciéndole una simple pregunta a los asistentes:
"¿Qué te vas a meter hoy?""Sí, hoy trajimos papeles empapelados"."Tenemos este cachito… ¿no le parece que tiene una forma muy peculiar?"."Pues solo les puedo mostrar este churro porque la pepa me la acabé de comer hace como dos minutos porque ya va a comenzar Skrillex. Era una calavera blanca, me dijeron que eran bien densas. Eso, eso, que me aparezca con el escapulario"."¿Que cómo me encaleté esta bolsa? Me la tuve que meter toda entre las huevas. Pero funcionó perfecto"."Así, eso: que aparezca con la manito haciendo cachos, así, bien rebelde"."No pero cúbranme las manillas porque no quiero que me reconozcan. A mis manillas las reconocen de una"."Que no me aparezca el saco ni por el putas porque mi mamá me pilla de una. No sé si lea Vice, pero no me quiero meter en problemas"."No, pues, a ver… saquen todos sus bolsas, quién da más, quién da más. Yo le gano"."Yo también me comí una calavera para Skrillex. De hecho tengo una camisa puesta para cuando se presente, dice Club Life".Nada de lo que ven en esta foto llegó al Estéreo. Cinco minutos después de que me mandaran la foto de este mercadito, una mamá preocupada esculcó en los bolsillos de la chaqueta de su hijo y truncó los sueños de una decena de amigos listos por enloquecerse todo el día en el festival, a punta de comprimidos, polvos y plantas. A la cisterna, literalmente. El que tomó la foto vio un mundo distinto pero en su casa, con su mamá como una fiera. Pobre.
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