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Cultură

Dios está con todos

Cómo les encanta decir a los gringos: "¿Qué haría Jesús en esa situación?"

Dado que 90 por ciento de los canadienses viven esclavizados a 160 kilómetros de la frontera estadunidense, seguir las elecciones presidenciales de ese país no es sólo inevitable, sino que se ha convertido en una especie de deporte nacional, como si se tratara de la WWE, o las lucha libre en jaulas. Como el ciclo electoral en Estados Unidos se ha vuelto algo perpetuo, y el día después de la toma de posesión del presidente, sino es que antes, arranca un periodo de constante diversión para los locales de este lado de la frontera. En un clásico acto de típico canadiense perdedor, el primer ministro conservador con aires de republicano, Stephen Harper, se la ha pasado imitando, desde que ganó la mayoría hace varios años, ni más ni menos que la ex presidente estadunidense George Bush: un presidente cuyo gobierno de derecha estuvo caracterizado por guerras innecesarias en Medio Oriente, la explotación del medio ambiente, la dependencia de combustibles fósiles, el proteccionismo de las empresas y el recorte de impuestos a los ricos. Por fortuna, a pesar de las peores intenciones de nuestro líder, hay algo que todavía distingue a la política canadiense de la norteamericana, y es la verdadera separación de la iglesia y el estado. A pesar de que los impíos demócratas expulsaron a Dios de su plataforma política (al parecer lo acaban de restituir; ya nunca sé que pasa), se sigue usando mucho el nombre de Dios para bendecir a América en la Convención Nacional Demócrata, y la Convención Republicana nadaba en un mar de cristianismo, o más bien se ahogaba en él, mientras Dios los mandaba callar con un huracán de proporciones bíblicas llamados Isaac. Pero nunca escucharás a alguien decir Dios bendiga a Canadá en un contexto político (gracias a Dios), porque se trata de un estado prácticamente secular y, en comparación, indiferente a la religión. (Un político podrá recibir un balazo por los derechos del lenguaje en Canadá, pero nunca por religión). Esa es quizá una de las razones por las cuales Canadá todavía enseña la teoría de la evolución en la escuela, y no tiene museos de historia natural con hombres cazando dinosaurios.

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Muchos republicanos cristianos, desde Chuck Norris y siguiendo con todos los demás, quieren que pienses que Obama es el anticristo. Otros gringos, probablemente demócratas, creen que Obama es Cristo. Cuando escuchas los discursos de la convención demócrata, es fácil pensar que algunos de ellos realmente creen que es una especie de salvador. Un salvador que adoptó la política ultra autoritaria de matar a sus propios ciudadanos sin la aprobación de la corte y sin revisión alguna de los hechos, y que constantemente ordena que se bombardee a los ciudadanos de una nación soberana y aliada, mientras que el alarmante número de civiles muertos se descarta como “daño colateral”. Cómo les encanta preguntarse a los gringos: "¿Qué haría Jesús en esa situación?" Probablemente no haría eso.

Aunque pensándolo bien, quizá sí. Jesus de Nazaret, un libro que acabo de leer del cineasta holandés Paul Verhoeven (una lectura ideal para la playa), sugiere que Cristo no fue tan buen cristiano como quieren hacernos creer. Antes de tachar a Verhoeven, director de éxitos hollywoodenses como Robocop y Bajos instintos, como un charlatán, piensa que tiene un posgrado en matemáticas y otro en física. Tuve el placer de entrevistarlo para la revista Index, y es obvio que se trata de un intelectual y académico serio, en especial cuando se trata de la historia de Jesús, una historia que siempre ha querido convertir en película. Pero parece que nadie quiere financiar una versión atea del supuesto hijo de Dios, así que escribió un libro con múltiples anotaciones y una profunda investigación detrás. Dios no mediante, algún día recibirá la bendición para hacer la película.

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Republicanos que insisten en usar la carta de Jesús, tomen nota. Según Verhoeven, Jesús fue un personaje complejo y acomplejado, un renegado político más parecido al Che Guevera que a Gasparín, el fantasma amistoso. Es probable que disfrutara de la compañía de prostitutas, que haya sido gay, y muy probable que haya sido el resultado de una “violación legítima” (algunos historiadores sugieren que su madre fue violada por un soldado romano llamado Pantera). Y si no fue una violación, quizá haya sido el producto del adulterio (se ha dicho que su madre era una “estilista adúltera”) o del sexo premarital, y que la teoría de la virgen se desarrollo luego de su muerte para encubrir los hechos.

El libro sugiere que Jesús también fue un exorcista que exorcizaba a la gente mientras estaba en un estado de “histérico éxtasis”, y al hacerlo imitaba y eclipsaba a Juan Bautista, quien lo consideraba su rival y un renegado. También fue un político rebelde que huía constantemente de sus enemigos. ¿Mencioné que era judío?

La especulación narrativa de Verhoeven también sugiere que Jesús pasó de ser un profeta pacífico a uno militante que promovió la violencia luego de que los romanos torturaran y ejecutaran a su amante Lázaro, en un intento por extraerle información sobre su escondite. Para ser justos, debo decir que ese ángulo homosexual probablemente se desprenda de un documento apócrifo llamado El evangelio secreto de Marcos, pero también debo decir que me gusta la idea de que Jesús fuera un mago que se involucraba de manera sexual con los hombres a los que bautizaba. El documento en cuestión, el cual desapareció misteriosamente, sugiere que Lázaro era un joven que participaba en bautizos nocturnos que terminaban en una “unión mística”, tan espiritual como física, con Jesús. Una joya de la ficción para fans.

Por ultimo, los republicanos del Nuevo Testamento deberían considerar que Jesús no defendía realmente los valores familiares. Incitaba a la gente a renunciar a sus familias y romper todos sus lazos cercanos en servicio de la revolución. Fue un guerrero libertario que simpatizaba con la liberación de Palestina del control romano e, igual que el Ché, fue traicionado por un disidente y ejecutado como traidor, junto a otros revolucionarios.

Obama podrá no ser Jesús, es más como el menor de los males. Pero, según parece, Jesús tampoco fue un gran cristiano. La próxima vez que alguien te pregunte qué haría Jesús, recuerda que quizá haya sido un revolucionario homosexual que se inmiscuía con prostitutas.

@BruceLaBruce