Hablamos con los actores de 'Smoking Club' sobre su relación con la marihuana

"Smoking Club" es la primera película española (y quien sabe si del mundo) totalmente ambientada en un club de cannabis en la que un grupo de variopintos personajes interpretados por Jimmy Castro, Úrsula Gutierrez y Edu Díaz, entre otros, viven las situaciones más descabelladas tras darse cuenta de que hay DEMASIADA marihuana en su club. De hecho, hay tanta que sobrepasa los límites legales y la mera existencia de "el club que no tiene normas" está en riesgo.

VICE es el medio colaborador oficial de la película y te presentamos, en exclusiva, un fragmento de la misma. Aprovechando la situación, hemos entrevistado a algunos de sus actores para que nos cuenten su experiencia con la marihuana y, por encima de todo, las situaciones que más recuerdan de su relación con ella.

'Smoking Club' se estrena en cines el 7 de abril. Puedes consultar las salas y pases en www.smokingclub.org

VICE: ¿Qué relación tienes con la marihuana? ¿Eres consumidor habitual?
Jimmy Castro: No fumo marihuana ni tabaco. Pero hubo una temporada, cuando estudiaba en la escuela de teatro y en la facultad de Filosofía y Letras en la que más de uno cayó. Nunca olvidaré un examen de Metafísica en la Autónoma al que no me dejaron pasar por llegar cinco minutos tarde. Resulta que el examen coincidió con la celebración del día de San Canuto. El aparcamiento de la facultad estaba imposible. No estaba fumando fuera, pero el profesor me había visto en una ocasión fumando maría con unos colegas durante un descanso y claro… pensó que llegaba tarde por estar dándole al tema, "por un perro que maté…".

¿Entonces no tienes ninguna relación con los clubs de cannabis más allá de la pantalla?
La verdad es que yo no he entrado en uno en mi vida. Pero tengo muchos amigos, excelentes personas, que forman parte de clubs de fumadores. Sé que a ellos va gente absolutamente de todo tipo y que, a diferencia de lo que muchas personas pueden creer, no son sitios turbios. Me parece bien que existan y que gestionen el consumo de la marihuana.

Y, aparte de la que nos has contado, ¿tienes alguna historia más relacionada con el cannabis?
Con 21 años tuve una lesión de rodilla jugando al fútbol, unos dolores espantosos durante la primera fase de rehabilitación, la marihuana me ayudó muchísimo a calmarlos.

En otro momento, hubo un día en el que fui a cenar y a jugar al FIFA a casa de un amigo con varios colegas. Había verde de por medio. Durante un momento del partido, me rayé muchísimo pensando que mis amigos eran realmente un grupo de nazis que tenían un plan para lincharme en cuanto saliese del piso. Mientras volvía a mi casa, no paraba de pensar en que me estaban siguiendo y demás, vamos, ¡me entró una paranoia considerable!

VICE: ¡Hola Marta! ¿Has consumido o sueles consumir marihuana?
Marta Balón: No consumo marihuana. Respeto el consumo de la planta y entiendo que puede ser buena para usos terapeúticos. Por otro lado, sí que la he probado, aunque de forma muy superficial. De hecho, no me gusta sentirme bajo los efectos de ningún tipo de "droga". He visto a amigos bajo los efectos de ellas y yo, poniéndome en su lugar, me imagino con un ataque de ansiedad (risas). He estado en reuniones donde la marihuana vuela y me he divertido, sin consumirla, con mis amigos, siempre que el clima ha sido de diversión para todos. También aprovecho para decir que el consumo de marihuana y "otras drogas", mejor entre amigos, con responsabilidad y respeto.

¿Qué sabes de los clubs de marihuana? ¿Qué piensas de la legalización?
No conozco ningún club de marihuana, aunque sí he oído hablar de ellos. De hecho, cuando estuvimos rodando la peli, me informé a través de amigos que frecuentan estos clubes. Les "freí" a preguntas. Era algo que hice para trabajar mi relación con el espacio y con el personaje, ya que en mi caso Nessa, la camarera del club, se trata de un personaje que consume habitualmente y atiende a clientes que la consumen.

Quizás no pueda contestar a si estoy o no de acuerdo con la legalización de la marihuana. Lo que sí puedo decirte es que mi personaje Nessa no está totalmente de acuerdo, ya que si se legaliza el consumo de marihuana, se acaban sus trapicheos por el barrio. Vive en un apartamento en Lavapiés de 30 metros cuadrados, con su prima. Trapichear es salir de allí. Claro, que esto es al comienzo de la peli. Para Nessa la peli es un antes y un después, un darse cuenta de dónde está y lo que eso le lleva a hacer. Probablemente, a su salida del club, esté totalmente de acuerdo con la legalización de la marihuana y un mundo más justo para todos.

¿Nos cuentas alguna historia más relacionada con el cannabis?
Pues la más divertida fue cuando una amiga se comió una galleta de marihuana. Estábamos en una reunión de amigos y mi novio llevó galletas para todos.

Ella comió un trozo, luego otro y otro más. Cuando le subió, decía que estaba en el paraíso: ataques de risa constante y lloros, que por otro lado se iban rápido. Mientras había risas, todos nos divertíamos; sin embargo al final del pedo me preocupé porque ella misma se empezó a agobiar, porque decía que no acababa nunca y creía que se volvía loca. Lo más curioso es que por aquel momento, nadie de los presentes sabía que mi novio y yo estábamos juntos, ni lo imaginaban (de hecho estábamos empezando) pues ella nos miró a los ojos, a los dos, y nos dijo: "yo sé todo lo que hay entre vosotros". También dijo que mi novio era "un alma pura", no sé qué diría ahora…(risas). Hablaba, dentro de una locura muy cuerda y divertida, hasta el momento en el que se agobió, claro.

VICE: ¿Cuál ha sido tu relación con la marihuana?
Úrsula Gutiérrez: Pues consumía marihuana y hachís en el instituto. La verdad que no sabía qué hacer con mi vida, nada me gustaba, todo me parecía una mierda, tenía problemas familiares y básicamente lo que hacía era pellas y fumar y beber cervezas con los colegas. Estuve siete años en el instituto. Un desastre vamos (risas). Hasta que descubrí el teatro con 19 años y ahí decidí lo que quería hacer y ya sólo fumaba los findes cuando fiesteaba.

¿Qué opinas de los clubes de cannabis? ¿Los frecuentas?
No he estado en ninguno, pero tengo amigas y amigos que sí y les cosí a preguntas para la peli.
Yo apoyo la legalización. En algún momento casi todo el mundo ha fumado, ¿por qué hacerlo ilegalmente? Además lo prohibido en la adolescencia siempre es más llamativo. Creo que es mejor la información, la educación y el amor. Y cada cual que sea libre de probar y hacer lo que desee.

¿Qué es lo más divertido que te ha pasado con la marihuana?
Pues una vez me comí una galleta de marihuana y como no subía me comí otra. Cuando aquello me pegó el pelotazo estuve de subidón muchas horas, no sé, cinco, seis… me reí muchísimo. Tuve un "viaje interestelar orgásmico", pero eso duró demasiado y todo era muy excéntrico… al final creía que me iba a quedar loca para siempre y me asusté.

Por la mañana me desperté acojonada diciéndome a mi misma: "por favor que no me haya quedado pillada". Nunca más haré algo así. Me pasé con la cantidad. Pero fue una experiencia muy reveladora. Por si quedaba alguna duda, soy la misma chica de la historia de Marta.

VICE: ¡Hola Álvaro! ¿Cuál ha sido tu relación con la marihuana?
Álvaro Lafora: He consumido marihuana, aunque ahora no consumo prácticamente nada. Pero cuando fumo me gusta hacerlo solo: mi cabeza se pone muy creativa y encuentro muchas respuestas clarividentes sobre el mundo.

¿Has sido socio de algún club cannábico? ¿Legalización sí o no?
Cuando estuve viviendo en casa de mi abuela, había un club de fumadores en los bajos de su bloque de pisos. Me hice socio y alguna vez me despacharon unos gramillos. Supongo que sigo siendo socio porque no me di de baja. Opino que la marihuana debe ser legalizada. Creo que todo lo que se prohíbe atrae más y provoca peores consecuencias. Una regularización creo que es la mejor decisión para normalizar el tema.

¿Cuál es el recuerdo más intenso que tienes de tu relación con el cannabis?
Mi padre, desgraciadamente, murió hace poco de cáncer. Durante un tiempo en mi casa cultivamos una planta. La vimos crecer durante siete u ocho meses. Durante ese tiempo estuvimos más unidos. Repartimos responsabilidades e incluso mi padre fue nombrado el Walter White de la familia ya que se rapaba el pelo y le gustaban mucho los sombreros (risas). Nunca pensamos en "pasarla" todo quedó para uso personal y terapéutico. En navidad hicimos unas galletas de marihuana y comimos prácticamente todos. Mi abuela de 86 años se comió una porque quería probarlas… se lo pasó muy bien y dice que fue toda una experiencia pero que prefiere dejárselo a los jóvenes. Estuvimos riéndonos toda la noche.

VICE: Hola Christian, ¿te consideras consumidor de marihuana?
Christian O. Reyes: Mmm, nunca la he consumido ni lo pienso volver a hacer…(risas). La consumo regularmente aunque hay temporadas que ni la pruebo y llevo 20 años haciéndolo de esta manera. En la peli todo es atrezzo así que no penséis que nos pusimos "verdes" de maría. De hecho, como norma personal nunca la consumo cuando trabajo, me tomo muy en serio lo de droga recreativa…¡un momento esta podría ser la norma 130!

¿Y eres parte de algún club?
No tengo relación directa con ningún club aunque a raíz de la película me llaman la atención. En las pelis se aprende mucho, dentro de las normas hay varias que son de clubes verdaderos y fue interesante aprender como funcionan mirando uno desde dentro. Y sobre legalizarla, ¡totalmente en contra! con lo que molan las historias que alguna gente se monta en la cabeza sobre los que la fumamos, parecemos unos rebeldes… ¡Si la legalizan perderíamos ese encanto de malotes! (risas)

¿Y alguna historia o anécdota que te haya marcado?
Una que me marcó para bien fue cuando un amigo cercano quiso probarla conmigo. Cuando empecé a fumarla no sabía demasiado sobre sus efectos, ni tampoco sobre que cada persona tiene su grado de tolerancia porque a él no le causaba efecto y yo seguía fumándola. Al final él se quedó dormido y yo me había pasado…me dio una pálida ¡lo pasé fatal! Conocí mis límites y pasé un buen susto. Es bueno conocer las dos caras de este tipo de cosas, te da el criterio para elegir. ¡Joder parezco un padre!

VICE: ¡Hola Edu! ¿Fumas marihuana?
Edu Díaz: Desde los 18 de forma esporádica, con algunos picos de fumeteo incontrolados que me acompañaban en rituales tan placenteros que no se pueden contar ni en VICE. Eso sí, nunca había fumado tanto como en la preparación del personaje de 'Yeray'. Los guionistas y el director de la peli me pasaron un background de personaje muy currado que incluía frikismo absoluto por "Star Wars" y otras joyas del cine que desconocía. Ese verano me lo pasé encerrado en casa, en calzoncillos como Homer, hinchándome a comida basura, poniéndome al día en cine de culto y fumando marihuana como quien come pipas. Un día llegué a un ensayo y Alberto Utrera (director de de la peli) me miró y me dijo: ''Cabrón, ¿estás bien? ¡no te rayes!''. Ahí me di cuenta de que me estaba pasando y desde ese verano mi relación con el verde es prudente y ahora casi no fumo. Aunque si me ofrecen, yo no soy de rechazar.

¡Joder! ¿Y entraste a formar parte de algún club?
Cuando me regalaron a Yeray corrí a hacerme socio de un club pero después de dos intentonas intuí que allí no era bien recibido y que aquel club era más hermético que el Pentágono.

¿Qué opinas de la legalización?
Sobre la legalización, creo que es un tema con muchas aristas y tengo una opinión de mierda basada en vídeos que la gente comparte en Facebook. También tengo un caso cercano de cáncer de mama en el que la marihuana ha aliviado los efectos secundarios de la quimio. Así que al menos creo que la regulación —no hipócrita— con fines terapéuticos es necesaria y merece ser revisada.

¿Qué momento de tu relación con la marihuana recuerdas más intensamente?
Cuando mi padre murió yo no estaba muy allá y fumaba todas las noches para dormir del tirón. Cada vez necesitaba dosis más elevadas y a veces flipaba. Literalmente. Hay amigos que todavía me recuerdan mis visiones de Jesucristo. Como Santa Teresa pero desde el ateísmo radical.

Un fin de año, unos colegas y yo buscábamos un peta y no había manera de pillar. Cuando por fin conseguimos la dosis de medio porro y justo antes de liarlo dije '¡Tachánnnn!' con la mano abierta, mostrando la pinta suculenta de lo que nos íbamos a jalar. Un golpe de viento se llevó el porro sin piedad y todavía recuerdo las caras de mis colegas. No me lo han perdonado y eso que han pasado varios años.