Imagen por Laura Woldenberg (VICE News)
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'Memo' — para quien también usamos un nombre falso — es un agricultor joven y fuerte. Menciona que prefiere cultivar chile que mariguana, pero lo que más deja es la amapola, de la cual se extrae la goma de opio. Es un cultivo amable, no necesita de mucho cuidado y se puede cosechar tres veces al año. Su flor es roja o blanca y su fruto es lo que se raya para sacar un líquido lechoso que se recolecta en latas de jugo Jumex. Este líquido se deja secar y es lo que se convierte en la goma.Él tiene una pequeña cosecha, comenta que las erradicaciones del ejército se han intensificado en los últimos años y muchos campesinos del pueblo han perdido sus cultivos. La producción le dará unos 15.000 pesos, precio al que se vende el kilo de goma. Se necesitan 15 kilos de goma para sacar un kilo de heroína aproximadamente, que en el mercado de Estados Unidos puede tener un costo entre 25.000 y 70.000 dólares. Esto quiere decir que la cadena lucrativa, puede aumentar hasta cinco veces el valor del producto, desde la cosecha hasta la venta final en el país vecino.La parcela de 'Memo' le deja un promedio de 45.000 pesos al año. Si es su única fuente de ingreso estaría obteniendo unos 3.750 pesos al mes, que en México equivalen a 1,7 salarios mínimos.'Los plantíos son cultivados por personas de escasos recursos… es el primer eslabón de la cadena'.
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La heroína 'chocolatosa'
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La heroína recorre un camino largo, que deja víctimas regadas en los rincones más inhóspitos de México y la violencia e impunidad ha obligado a comunidades enteras a huir de sus localidades. Hoy, por ejemplo, La Ciénega (Guerrero) es un pueblo fantasma en cuyo territorio sólo quedan cascarones de lo que antes fueron escuelas, iglesias, casas y hospitales. Sus habitantes, quienes vivían del ganado han tenido que migrar a ciudades cercanas donde no logran acoplarse a la vida urbana y difícilmente consiguen un empleo.Desde la fragmentación del Cártel de Los Beltrán Leyva, del cual surgieron Los Rojos, Guerreros Unidos y más de una decena de bandas delincuenciales que se disputan el territorio, se generó un caldo de cultivo apto para la violencia, corrupción e impunidad en las zonas serranas de Guerrero y la región de Tierra Caliente.Entre 2011 y 2015 han sido desplazadas 281.418 personas de manera forzada por causa de la violencia en México, según La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), 21 por ciento de esta población corresponde a Guerrero.Estamos perdiendo la guerra contra los cárteles, opinan 8 de cada 10 mexicanos. Leer más aquí.
Un campo de refugiados
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El pueblo intentó organizarse para defenderse, pero después de dos días de amenazas y balazos decidieron que escaparían. "Salimos por el cerro, cruzamos el río para que no nos escucharan, no nos llevamos nada, solo lo que llevábamos puesto, solo poco dinero… caminamos toda la noche, dormimos un poco, pero duramos tres días caminando".Ese fue el desenlace de un pueblo entero, que ahora está destinado a ver pasar coches y más coches que transitan sobre el asfalto que une dos centros icónicos del turismo nacional, Acapulco con Zihuatanejo, y cuyos pasajeros difícilmente se percatarán de la desolación que se vive a las orillas. Ellos, los desplazados, son otra evidencia de que en la cadena productiva de la heroína casi todos pierden.Pero Guerrero es sólo un ejemplo de otros estados del país que cultivan amapola y que por lo general ocupan los primero lugares en las estadísticas de pobreza. De los 859 municipios gomeros que hay en México, 774 viven en pobreza, según Humberto Padgett en su libro Guerrero: los hombres de verde y la dama de rojo.'Salimos por el cerro, cruzamos el río… dormimos un poco, pero duramos tres días caminando'.
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Del origen a la política esquizofrénica
México lleva produciendo amapola más de 100 años y la región histórica de adormidera es el Triángulo Dorado, cuna de los grandes capos mexicanos como Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán, los hermanos Beltrán Leyva y Rafael Caro Quintero. Debido a que es un producto altamente rentable y a la creciente demanda del mercado, las organizaciones criminales se disputan el territorio para la producción y trasiego. "En México no ha habido una estructura política y de seguridad que las limite, que las haga más desarticuladas, más fragmentadas.'Todas estas décadas de permisividad del Estado mexicano hicieron que las organizaciones criminales se hicieran muy poderosas'.
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La estrategia contra el narcotráfico comienza en la sierra: el ejército tiene como misión la erradicación de los plantíos de amapola para destruir la materia prima de la heroína. Los militares pasan largas temporadas en las montañas, en condiciones adversas y precarias, destruyendo plantíos a través del "vareo" [golpean la flor con una vara para cortarla] y la queman. También utilizan helicópteros de fumigación. Sin embargo, mientras se destruye un cultivo aparece otro.La más evidente consecuencia de esto es que el campesino se queda sin cosecha y por lo tanto sin ingresos. "Los plantíos son cultivados por personas de escasos recursos, son personas que habitan en áreas rurales, que buscan alguna manera de obtener algún beneficio económico, oriundos de la región… es el primer eslabón de la cadena", comenta el Comandante Pantoja del 34 batallón de Infantería de la 35 zona militar durante una misión de erradicación en la sierra de Guerrero donde afirma, "se produce el 60 por ciento de la producción nacional"."Los cárteles mexicanos han incrementado su producción, tenemos una nueva ola de usuarios de heroína, ya que es más barato'.
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Vivir para comprar una dosis
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Nate vive en las calles de Los Ángeles, duerme sobre los restos de un colchón en medio de dos basureros afuera de una vecindad. Es un joven blanco, de ojos azules; sus jeans lo protegen de las enormes llagas y cicatrices que la heroína le ha dejado. Se enganchó con los opioides desde niño, al consumir las pastillas de prescripción médica de su padre, y poco a poco fue cambiando a la heroína más barata. Ahora lo que necesita para sobrevivir son dos inyecciones al día y su única preocupación es conseguir el dinero para poder comprar su dosis.Nate, como muchos de los adictos en EEUU empezó a consumir heroína como alternativa a los llamados "painkillers", medicamentos que requieren de prescripción médica y pertenecen a la familia de los opioides. "Los cárteles mexicanos han incrementado su producción, tenemos una nueva ola de usuarios de heroína, ya que es más barato que los opioides legales", comenta el Agente Anthony Williams.El mercado actual de la heroína se estima en 27 mil millones de dólares, según la Oficina de Política Nacional de Control del Drogas (Office Of National Drug Control Policy).Con la rentabilidad de ese negocio es difícil pensar que una política prohibicionista pueda acabar con la industria. La guerra contra las drogas ha probado su fracaso e incluso, aquellos que confiaron y apostaron a esa estrategia lo están repensando: "para erradicar el problema del narcotráfico se requiere regulación, no prohibición" afirma Valdés.Este lucrativo negocio para algunos, representa un alto costo para la vida de otros, por ejemplo para 'Memo', 'Pepe', Azucena, y Nate. Ellos están del lado de los perdedores en esta cadena, en la que casi nadie gana._Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsES_Sigue a Laura Woldenberg en Twitter: @woldenberg