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Motherboard

Me embarré mi pipí en la cara para curarme del acné

Cuando las cremas y los tratamientos fallan, es tiempo de probar algo diferente.

Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard, nuestra plataforma de ciencia y tecnología.

En un hermoso sábado de abril me desperté muy tarde. Fui al baño, enjuagué mi cara con orina fresca, dejé que se secara, y vovlí adormir.

"Esto es lo mejor de los dos mundos", me dije a mi misma frente al espejo, "un problema persistente en la piel y orina caliente corriendo por mi cara".

La primera vez que leí sobre esta técnica fue en un foro de acne.org. Era escéptica, pero parecía ser una de esas cosas que funciona de maravilla y cambia vidas pero de la que nadie habla debido al injusto estigma público que existe por aplicarte una dosis diaria de los subproductos de tu propio cuerpo en la cara.

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Investigué un poco más y encontré que no era tan poco común, que las personas utilizan "urinoterapia" para todo tipo de dolencias. La urea y el ácido úrico que se encuentra en la orina son poderosos antioxidantes y la orina también posee exceso de vitaminas, minerales y proteínas del cuerpo. Aprendí que tomar y masajear orina en la piel permite que tu cuerpo reabsorba estos nutrientes, lo que estimula la curación. Específicamente para el acné, la orina tiene supuestas propiedades exfoliantes e hidratantes.

Mi novio sorpresivamente no estaba asqueado con la idea cuando le dije que quería intentar la terapia con orina.

—"Bebí mi orina una vez"— me dijo—. "No me gustó, pero es estéril".

—"¿Por qué hiciste eso?"— le dije.

—"No hay razón. Sólo tenía curiosidad".

Como dicen muchas personas con acné persistente, intenté todo. Incluso el método de esa mañana no estaba destinado a ser el salvador. Hay varias cosas ridículas que he hecho en el nombre de una piel limpia. Pero puede que esto sea lo más extremo, llevado a cabo sólo por aquellos que realmente quieren solucionar sus problemas en la piel.

"Intentaste todo, ¿cierto?", planeaba decirle a todos quienes quisieran curar su acné tanto como yo, "bueno, ¿has orinado en tu propia cara?"

Estas son algunas cosas que he intentando, sin orden particular:

  • Tratamientos tropicales de farmacia
  • Tratamientos tropicales prescritos
  • Antibióticos
  • Probióticos
  • Llorar en posición fetal
  • Productos de infomercial
  • Jabón y agua
  • Máscaras de farmacia
  • Máscaras de tienda de salud
  • No hacer nada (en caso que ese sea el secreto)
  • Control de natalidad basado en hormonas
  • Reventar los granos frente a un espejo con aumento
  • Una dieta sin gluten
  • Gritarle a mi propia piel como si tuviera una cognición individual
  • Una dieta sin gluten, sin lácteos, sin soya, sin azúcar, sin alcohol y sin cafeína
  • Una dieta vegetariana
  • "Dieta roja" (frambuesas, manzanas, raíces y repollo rojo)
  • Suplementos de zinc, tres veces al día
  • Agua en ayunas
  • Un trago diario de vinagre de cidra de manzana
  • Poner vinagre de cidra de manzana varias veces al día en mi cara
  • Comer alimentos fermentados con cada comida
  • Ejercicio regular
  • Aprender a querer los defectos de mi piel (sicología reversa)
  • Que un especialista muy caro reventara mis granos
  • Utilizar productos naturales para la piel, incluyendo un detergente especial, champú, maquillaje y loción para las manos
  • Acupuntura
  • Métodos de relajación para desestresarme
  • Poner cubos de hielo en mi cara durante 30 minutos, dos veces al día

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Y ahora, orina.

La orina de la mañana es la mejor, decían en los foros, ya que es la más pura y menos diluida. Esto significaba que solo debía hacerlo una vez al día. Orinaba en un pedazo de algodón y lo pasaba rápidamente por mi piel, lo dejaba por 10 a 15 minutos y luego lavaba mi cara como lo hacia usualmente, por lo general en la ducha.

La orina estaba tibia y olía a nueces. De hecho, y si soy completamente honesta, empecé a disfrutarlo. Me gustaba saber que era el tipo de persona que podía hacer lo que fuera por su piel.

Creí que podía funcionar, porque era ese tipo de idea que es realmente extraña, de las que se llevan a cabo en momentos de desesperación y porque creía que cada nueva cosa que intentara era lo que finalmente podía funcionar, solucionando por fin mi problema de acné. Creía que era parte del juego. Cada nueva técnica tiene que funcionar porque simplemente tiene que funcionar.

Lo difícil de un nuevo tratamiento de acné es el ciclo de vida de un grano, desde su concepción invisible y profunda bajo la piel a su completo desarrollo pasan meses. Cualquier tratamiento debes hacerlo religiosamente por al menos 3 meses, de otra forma no hay manera de saber si funciona o no.

Durante las primeras semanas en que puse orina en mi cara, presté mucha atención al estado de mi piel. Esta parecía más suave y luego se veía normal otra vez. Mis granos se veían menos rojos y luego se veían igual de rojos que siempre. Vi una notoria disminución en los puntos negros y luego un notorio incremento. Los nuevos granos parecían más pequeños, pero no los estaba midiendo. No pude saber si algo estaba cambiando o si estaba tan pendiente de mi piel que parecía estar cambiado día tras día.

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No le dije a muchas personas sobre mi nuevo ritual, a no ser que saliera naturalmente de mi boca y contra mi voluntad, como sucede con las cosas embarazosas.

—"Hoy puse orina en mi cara", le dije a mi amiga Alese.

—"¿Qué? ¿Cómo?", dijo.

—"Es algo que las personas hacen estos días".

—"¿Qué?"

—"Lo hago todos los días, de hecho".

—"¿Qué? Deja de hacerlo".

—"Es el camino que elegí en la vida, Alese".

Para tener acné es necesario tener mucha confianza. Debes recordar constantemente que tienes otras cualidades que le hacen sombra a tu piel. Debes enfocarte en estas buenas cualidades para distraerte de las fallas que están sobre tu cara, cambiando la primera impresión que todos tienen de ti. Cuando alguna de tus otras cualidades entra en tela de juicio, se siente doblemente mal porque no solo es un golpe al ego; también es un golpe a la mascara que pensaste que estabas utilizando.

Pongo orina en mi cara porque lo merezco, pensé, intentando recordar mi sentido del humor superior, que compensa bastante la apariencia de mi piel, según me gusta pensar.

Cada vez que ponía orina sobre mi cara me sentía un poco más rara, como si el dejar que me acostumbre a este acto barbárico era dejar la vara muy baja (o alta, dependiendo de cómo lo ves) para otros rituales socialmente inaceptables.

Comería excremento si ayudara a mi piel, recuerdo que pensé un día, sin tener ningún tipo de información o conversación sobre excremento o acné, y menos algún marco de referencia que me hiciera pensar en eso, "Lo pondría en una cápsula y me lo tragaría".

La rapidez en la aceptación de una idea tan loca me hizo cuestionar inmediatamente la sanidad de lo que estaba haciendo. ¿Poner orina en mi cara era una buena idea? ¿Había algún remedio que realmente funcionara? Y lo más importante, ¿quería que me ayudara? ¿Realmente quería poner orina fresca sobre mi cara durante el resto de mi vida? O quizás sólo quería probarme a mí y al mundo que lo intenté todo con la idea secreta de reunir evidencia y probar que el acné estaba, de hecho, más allá de mi control.

Luego de ese día dejé de poner orina en mi cara. No porque no estuviera funcionando; estaba lejos del periodo de tres meses (duré sólo un mes). Me detuve porque no estaba comprometida con la idea de poner orina en mi cara por el resto de mi vida; solo estaba comprometida con la idea de intentar lo que fuera o saber que intenté hacer todo, sin importar cuan difícil o asqueroso fuera.

Entonces, ¿la orina en tu cara cura el acné? Creo aun no lo se.