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Cultură

Lo que Nina Hartley me enseñó sobre cómo satisfacer a una mujer

El arte del cunnilingus para satisfacer tus vulvas favoritas.

​No tengo idea de cómo complacer a una mujer. Carajo, ni siquiera puedo complacerme a mí misma. Pero juro por Dios que quiero aprender. En serio. Por lo tanto, hice lo cualquier persona sana habría hecho para expandir sus horizontes sexuales sin quedar como un novato: tomé una clase nocturna en la escuela para adultos Learning Annex (del Centro Gay y Lésbico de Los Ángeles) para aprender cunnilingus impartido por la maestra que es Nina Hartley, experta en cunnilingus.

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Cuando pagué mi curso de una hora y media de "El arte del cunnilingus", me prometieron que Hartley, "educadora sexual, escritora, ícono del porno y enfermera certificada", me enseñaría "cómo satisfacer a mis vulvas favoritas con la sabiduría e ingenio que la caracterizan". Aún me falta encontrar una vulva favorita que no sea la mía, pero estoy segura de pronto llegará. Debo estar preparada para cuando llegue ese día, por eso tomé la clase. Mi uniforme para esa noche —zapatos Clarks de gamuza café, jeans decolorados y un suéter azul con pelo de gato— me hizo parecer una lesbiana vestida para adentrarse en las profundidades del cunnilingus. Escuché a Pulp durante todo el camino para sentirme motivada: "si alguien sabe cómo dar buen sexo oral a una chica, seguro es Jarvis Cocker", pensé. Él será mi chamán en esta viaje fantástico.

Como la matada que soy, llegué a clase mucho antes de que empezara. Sólo dos personas llegaron a tiempo: un chico blanco común y corriente con una gorra de béisbol puesta al revés y una chica de espíritu libre con tatuajes ornamentados, llenos de color y carentes de todo significado. Nadie hizo contacto visual, ya que era algo inapropiado dadas las circunstancias que nos guiaron hasta ese lugar.

El salón en el que íbamos a tomar la clase no tenía nada de sexy, excepto por las bolsitas llenas de condones y protectores dentales en cada silla. El hombre sentado a mi derecha, que se parecía un poco al actor Gary Cole, abrió su bolsa y examinó el contenido exhaustivamente.

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La chica de espíritu libre rápido se hizo amiga de otra chica y se sentaron juntas hasta el frente con un nivel de entusiasmo estilo "primer día de clases". Su nueva amiga, que traía una dona para el cabello en la muñeca, comenzó a hablar del doctorado que estaba cursando. Pensé: Parece que tenemos una pinche intelectual… (haciendo énfasis en pinche). No tengo remedio. ¿Qué chica podría negarse a que yo le hiciera sexo oral?

Después entraron dos chavas que se veían muy provocativas. La chica de cabello negro traía una cola de mapache colgando de sus jeans apretados. La rubia hablaba con entusiasmo sobre lo "impresionada" que estaba ante la presencia de Hartley. Gary Cole las examinó lascivamente. Después hizo contacto visual conmigo y me guiñó un ojo. Sentí escalofríos. Eran tan jóvenes que hasta tomaban notas con plumas de gel de varios colores. Yo, por el contrario, traía una pluma negra y un cuaderno de espiral que usé cuando estaba en la universidad.

Para empezar, Hartley preguntó a quiénes del grupo les gustaba tener sexo con mujeres. Para mi sorpresa, no todos levantaron la mano. Ella dijo que se había metido a la industria del porno porque "ahí estaban las chicas desnudas" y nos explicó que fuera del porno, le costaba mucho trabajo encontrar mujeres que estuvieran dispuestas a cogérsela. "Si a ella le cuesta trabajo, entonces estoy perdida", pensé.

DATO CURIOSO: Por lo general, las mujeres no pueden tener un orgasmo cuando están ebrias. ¡Entonces creo que nunca he tenido uno!

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Después de una breve lección de anatomía, Hartley sacó una réplica de labios vaginales para mostrarnos las técnicas para lamer y dedear de forma adecuada. Para el deleite de los dos pervertidos que estaban a mi lado, Hartley acariciaba la réplica mientras hablaba. Ella dijo que se sentía decepcionada por no poder experimentar las técnicas que enseñaba en carne propia. Era evidente que los miembros más lascivos de la clase se sentían igual de decepcionados.

Trataba de anotar todo lo que decía pero hablaba demasiado rápido. Terminé escribiendo notas absurdas como "aprieta entre la vulva y la pierna, coloca el clítoris entre tus labios", "trata de sacar el clítoris con los dedos, como si fueran palillos chinos, aparta los labios", y "parte inferior de la lengua en la parte de abajo del clítoris; succionar. Usa toda la lengua, la parte carnuda, no la punta". Estaba tan concentrada en tomar notas que me perdí de la mayoría de las demostraciones. Sin embargo, a diferencia de mí, la mayoría de mis compañeros sólo veían fijamente y con la boca abierta a la imponente señorita Hartley mientras acariciaba la réplica y hablaba sobre lo mucho que ama las vulvas. ("La gente me pregunta: '¿Por qué eres tan buena dando sexo oral?' y yo respondo: '¡Porque amo las vulvas!')

DATO CURIOSO: El clítoris comienza a formarse a las cuatro semanas de gestación. ¡No al aborto!

DATO CURIOSO: Al parecer, la punta del clítoris es como la cuerda de un bajo. Siempre he sido muy mala tocando el bajo pero al menos le echo muchas ganas.

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Ver mis notas me hacer recordar la clase. Son igual de indescifrables como las que tomé hace dos años cuando estaba en un curso de sociología (ejemplo: "Cubo: se fundó a través del sistema [es decir, víctima, etc]"). Al parecer estaba más concentrada en documentar toda la información que en absorberla. Mal hecho. Pero siempre he tenido ese problema en otros ámbitos aparte del cunnilingus, así que, ¿por qué habría de ser diferente esta vez? Lo bueno es que los diagramas feos que dibujé resultaron ser bastante útiles.

DATO CURIOSO:​Los kegelsson la "manera que tiene la vulva de hablar contigo". Mientras más hagas, mejor se siente cuando te dedean. Tener músculos fuertes significa que los orgasmos también serán fuertes. Mientras más apretado, mejor.

Ante cada revelación que hacía Hartley, incluyendo lo mucho que le costaba tener un orgasmo (¡tenemos tanto en común!), la única reacción de Gary Cole era lanzar un suspiro y retorcerse incómodamente en su silla. El tipo calvo sentado a mi izquierda, quien llegó tarde y poco a poco se acercó hasta estar junto a mí, se quejó. En voz alta. Descaradamente. A veces me resultaba muy difícil concentrarme en la clase. En vez de hacerlo, mi mente se llenada de desprecio hacia los idiotas que me rodeaban. ¿Por qué no todos eran una chica con una dona para el cabello en la muñeca que venían para complementar su doctorado en terapia sexual?

DATO CURIOSO: Si tienes una cita, es recomendable que te masturbes antes de salir para "estar relajado y socializar mejor".

Tras una descripción detallada de cómo dedear bien a una chica, (usar dos dedos, colocarlos en forma de gancho y hacer presión en el músculo pubocoxígeo —si el gemido de la chica es grave, significa que los estás haciendo bien—), Hartley le dijo al grupo que no le gusta dar sexo oral cuando penetra a una chica, que prefiere verla cara a cara y "tener una conversación". Típico de las mujeres, ¡siempre gritan!

DATO CURIOSO: Si por alguna razón terminas metiendo tu puño, asegúrate de que tu pulgar esté afuera. En serio.

A pesar de que mis notas dejaron mucho que desear, al salir de la clase me sentía mucho más segura con mi habilidad de hacer que una mujer tolere que me la coja, algún día. De todos modos no es una carrera. Todos los que asistieron a esa clase, a excepción del par de chicas que mencioné antes, eran mucho mayores que yo. Por si no se han dado cuenta, al menos el tiempo está a mi favor.

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