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Cultură

Tres noches en las luchas

El fotógrafo Scot Sothern nos relata su experiencia en tres noches de luchas ocurridas en tres décadas diferentes.

1959.

Misuri. Tengo diez años, soy neurótico y fácil de impresionar, estoy enojado con la vida y no soy consciente de lo afortunado que soy. Traigo un par de cigarros que encontré en casa. Subo por las escaleras del estadio hasta llegar a los asientos de hasta arriba, donde puedo fumar, decir palabrotas y ver la pelea de Great Bolo contra Oni Wiki Wiki.

Great Bolo es alto y usa máscara. Se rumora que es un tramposo. Oni Wiki Wiki es de Hawái, la isla que se acaba de convertir en el estado número 50 de EU. Él es el bueno y Bolo es el malo. Una pequeña mafia de aficionados a las luchas salta de sus sillas gritando como locos. Me muerdo las uñas hasta dejar la carne viva y la sangre sabe igual que las envolturas plateadas de los chicles.

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La campana hace ring, ring, ring, ring. Oni Wiki Wiki pelea mejor pero Great Bolo saca algo reluciente e ilegal de su máscara y lo golpea en la cabeza. Oni Wiki Wiki se cae de rodillas. Los aficionados están desesperados pero Oni Wiki Wiki se recupera pronto, levanta a su oponente y lo tira contra el suelo. Cuando Bolo se recupera Wiki Wiki lo vuelve a hacer. Gran Bolo finge cobardía y fanfarronería al mismo tiempo. Wiki Wiki le da a Bolo un golpe en la sien y Bolo camina torpemente por la lona como si fuera un personaje de caricatura borracho. Wiki Wiki levanta al mareado Bolo sobre su cabeza y lo hace girar como la hélice de un helicóptero. El referee se acerca demasiado, se pega con el pie de Bolo y se cae. Oni Wiki Wiki retrocede en vez de dar un paso hacia delante, se tropieza con el referee caído y cae de espaldas. Great Bolo cae encima de Wiki Wiki e impide que se levante. Suena la campana y Gran Bolo resulta ganador. Los aficionados están furiosos. Bolo ruge y golpea su pecho.

Me estoy divirtiendo mucho.

Entre peleas, me fumo un cigarro. De pronto, un par de jóvenes, de 18 o 19 años, suben por la escalera y se sientan una filas adelante de mí. Uno trae un peinado tipo militar y el otro un pompadour con patillas largas y estilizadas. Toman cerveza en botellas de un litro y ríen. Escucho a su conversación a escondidas. El chico de las patillas le pregunta al otro si sabe cómo hacer cunnilingus. El otro le responde "No, me rindo. Dime cómo".

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Sabe que estoy escuchando y me sonríe. "Primero consigue un par de lápices, ponlos a ambos lados de sus labios vaginales y presiona, cuando la vagina se abra, metes tu cara en la parte rosa. Si sueltas los lápices, su vagina se cierra y te atrapa", dice mientras se golpea en la mejilla con la palma de sus manos. "¡Te devora de una sola mordida!"

El tipo con el corte militar dice: "¿De qué estás hablando?". El tipo con el copete me señala y dice: "Pregúntale a ese delincuente juvenil, él sabe de lo que hablo. ¿Verdad?"

"Sí", respondo como si de verdad supiera. "Sé todo sobre las chicas y sus vaginas". El chico ríe y truena los dedos como los beatniks de la televisión. Me ofrece un Camel, lo prende y usa el mismo cerillo para prender el suyo. "¿Fumas desde hace mucho?", pregunta. "Sí", le respondo y fumo del cigarro sin filtro. "Toda mi vida".

1974.

Florida. Traigo una cámara Leicaflex con un flash Vivitar y un rollo Kodachrome. Es sábado por la noche y voy a las luchas. Le tomo una fotografía a un policía con un gran trasero y al sujeto en la lona con los brazos levantados. También tomo una foto a un discapacitado en silla de ruedas y me pregunto si quizá es un genio por dentro y no puede decirnos. Enfoco mi lente en el luchador que perdió la pelea y que ahora se dirige a los vestidores; me voltea a ver pero no presiono el obturador. Me grita que tome la maldita foto y es entonces cuando lo hago.

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En las gradas, fotografío a un ex guardia de seguridad con su esposa y ella me dice que ama el uniforme. También a un tipo cualquiera con su esposa y me dice que es el hombre más afortunado del mundo por tener una chica tan sexy como ella. Tomo algunas fotos de un luchador que tiene un montón de cicatrices que él mismo se provocó en la frente para impresionar a las chicas alrededor del ring. Tras la pelea, lo sigo fuera del recinto, donde se pone a jugar con su perro y fuma un cigarro. Me dice que si lo ordena, su perro podría arrancarme la garganta antes de contar hasta tres. Cuento hasta tres y le tomo una foto.

1992.

Los Ángeles. Voy conduciendo por la autopista. Estoy atrapado en una fila que avanza lentamente hacia el recinto deportivo Los Angeles Forum, donde va a ser el evento de la WWF al que voy a asistir con mi hijo Austin, de 10 años de edad. El boleto incluye seis peleas de la ligas menores y una pelea importante, Papa Shango contra Ultimate Warrior. Austin es el fan número uno de Ultimate Warrior.

"¿Cómo es que Ultimate Warrior tiene pezones tan raros?", le pregunto.

"No son raros, y es por sus músculos", responde Austin.

"Entonces, ¿si tuvieras músculos así, tendrías pezones extraños?"

"No quiero tener los músculos de Ultimate Warrior".

"Creí que era tu favorito".

"Es mi favorito pero eso no significa que quiera ser como él".

"¿Qué?"

"No, papá".

Ya dentro, me doy cuenta de que nuestros asientos están muy lejos, entonces nos acercamos y exigí mejores asientos. Vemos a los Nasty Boys contra Owen Hart y Koko B. Ware. El equipo Legion of Doom derrota al de los Beverly Brothers. Mountie y Sgt. Slaughter pelean mano a mano y me cuesta mucho trabajo saber quién es quién. Bret Hart destroza a Shawn Michaels.

Es hora de que pelee Ultimate Warrior. Austin baja corriendo a la entrada del túnel, se trepa al barandal y estira el brazo con las manos extendidas. No le quito los ojos de encima. Ultimate Warrior sale corriendo y choca palmas con Austin. La cara de Austin fue lo mejor de mis tres noches en las luchas.