Publicidad
Publicidad
Soto rompe el hielo cantando Ketama: "Dime si soy para ti ese problema, dime si hoy por hoy vale la pena, dime si vas a empezar otra vez, mejor dejarlo como ayer; mejor dejarlo como ayer". Es más de stand-up comedy ("no canto tan bien como tu hermano, ni mucho menos"), ironía ("me acusas de presentar un proyecto eh, vaya tela, qué tremendo"), chantaje emocional con Paco de Lucia y Andalucía ("la tierra del flamenco") y propaganda de sus logros ("he conseguido un acuerdo con la Cámara de Comercio").José Manuel se deja enredar por la poesía ("SGAE es una herramienta para conseguir cosas hermosas), el discurso antisistema (gestiona los derechos del maestro Rodrigo, Manuel de Falla, Joan Manuel Serrat, a pesar de lo malo que se cuece ahí") y tono Braveheart ("el pueblo nos debe mucho, aportamos a la sociedad sentimiento, sueños, recuerdos y emociones"). Cierra admitiendo el circo que ha montado ("estas broncas y tensiones tan tremendas nos hacen perder fuerza, categoría y credibilidad") con saludo final: "Juanillo, no estamos locos, sabemos lo que queremos. Un abrazo".RAFA ALMARCHA (SIEMPRE ASÍ)
Es el mediador. El negociador. Rafa Almarcha de Siempre Así está aquí para conciliar y sembrar la paz, más o menos. "Llevo treinta años siendo socio de SGAE, tengo tres hijos y buena parte de mis ingresos los generan los derechos de autor". Se refiere a la entidad como "nuestra querida sociedad", pidiendo una regeneración profunda. "No quiero dar más argumentos a la mayoría de los 40 millones de españoles que piensan que somos unos impresentables", dice, asumiendo que hay españoles que no lo piensan.Almarcha también sabe que esta pelea de gatas no va a ningún lado: "¿Cómo podemos sentarnos ante el Gobierno para exigir nuestros derechos si no somos capaces de ponernos de acuerdo en nada?". Se siente "con fuerza para crear puentes y conseguir consensos dentro de este caos". Se pone apocalíptico ("si no llegamos a acuerdos con rotundidad y celeridad mucho me temo que estamos abocados al peor final") y solemne ("hay que recaudar bien y repartir con justicia"). Divaga sobre la solidaridad, emoción y su propia experiencia como candidato "llena de contradicciones y desengaños", pero se agarra a "la justicia y el sentido común". Pide el voto porque "no valen excusas" y acaba con la sonrisa congelada agradeciendo nuestra atención.