Cien días cubriendo la presidencia de Trump

Este 29 de abril se cumplen los primeros cien días de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Desde el 20 de enero, han sido dos mil cuatrocientas horas en las que ha firmado múltiples órdenes ejecutivas que contemplan la migración, el comercio y el cambio climático. Desde su cuenta oficial en Twitter ha interactuado en cuatrocientas noventa y dos ocasiones. Ha recibido en la Casa Blanca a líderes mundiales como Justin Trudeau de Canadá, Theresa May del Reino Unido, y a la canciller alemana Angela Merkel. Ha bombardeado una vez a Siria, y tiene a su yerno y a su hija Ivanka trabajando en el gobierno. Ha descalificado al congreso estadunidense, también a las agencias de inteligencia que investigan sus nexos con Rusia, a los mexicanos, a las mujeres, a los musulmanes y a los periodistas. Ha dicho más de cien veces que cumplirá su promesa de construir un muro que separe fronteras y también la de hacer de Estados Unidos algo grande.

En estos cien días también hemos podido conocer de cerca historias de personas afectadas por la administración de Trump, narradas por reporteros de todo el mundo. Personas que buscan llegar al lado humano y encontrarse de frente con aquellos que viven en carne propia las consecuencias de esta nueva presidencia. En la actualidad ser un periodista mexicano que trabaja en Estados Unidos representa una doble tarea, un doble esfuerzo: representa dar voz y ser puente entre la conciencia y la tragedia. Ser aliado y profesional a la vez, una tarea nada sencilla.

Así lo entienden Enrique Acevedo, periodista de Univisión, y la periodista Dolia Estévez, quien lleva años de base en Washington. La frescura y la experiencia de dos periodistas mexicanos que cubren, caminan y viven la capital estadunidense se encuentran en un punto común: ambos consideran que estos primeros cien días no han sido el éxito que prometió el presidente de Estados Unidos.

El recuento de los días

El 22 de octubre del año pasado, en Gettysburg, Pensilvania, el todavía candidato Trump presentó un contrato como la ruta a seguir para sus primeros cien días de gobierno. El documento contenía seis medidas para limpiar la corrupción, siete acciones para proteger a los trabajadores americanos y cinco acciones para restaurar la seguridad. Además, en él se proponía la cancelación de pagos a los programas de cambio climático de Naciones Unidas, el retiro de Estados Unidos del TTP, la renegociación del TLCAN y la prohibición de la inmigración de originarios de zonas propensas al terrorismo, entre otras acciones, organizadas en veinte órdenes ejecutivas y diez prioridades legislativas.

De las órdenes ejecutivas solo logró cumplir ocho y con dificultades judiciales; y de las prioridades legislativas solo logró impulsar una, para remplazar Obamacare, y ni siquiera llegó a votación. Para Enrique Acevedo, los primeros cien días de Trump pueden ser definidos perfectamente como el fracaso de la versión americana del "te lo firmo y te lo cumplo". El contrato que Trump firmó con sus votantes para estos primeros días, se han reducido a un papel y una firma más.

"El poder judicial frenó la orden de Trump para prohibir el ingreso de musulmanes", dice Dolia Estévez. "Fue un golpe demoledor importantísimo en los albores de su gobierno. La prensa, particularmente diarios icónicos como The New York Times y The Washington Post, entre otros, están desenmascarando el autoritarismo y las malas políticas de Trump, con profesionalismo y valentía. Indignado, Trump llamó a la prensa 'enemigos del pueblo americano' y propagadores de fake news".

El periodismo después de Trump

Si bien es cierto que muchas cosas siguen funcionando igual en el mundo y en la capital estadunidense, el terremoto de una retórica y política como la que maneja Trump ha cimbrado profundo en alguno espacios. Uno de ellos es el periodismo. ¿Cómo ha sido cubrir desde el periodismo estos primeros cien días a un personaje como Trump?

Para Enrique, ha pasado algo como lo que pasa en México y en otros países de Latinoamética. Por un lado, el periodismo que se acostumbra hacer en Estados Unidos, comenta, tiene un acceso distinto al gobierno; con más transparencia y rendición de cuentas. Por el otro, con Trump, cree que no hay acceso, ni rendición de cuentas, ni transparencia institucional. Esta situación ha implicado que el periodismo se haga alrededor de los obstáculos impuestos por el gobierno y también que salga de los escritorios y de los estudios, y se acerque más a las calles, a tocar puertas y a la gente.

"Soy inmigrante, latino y periodista, muchas de las características que ha criticado el presidente Trump desde su campaña. Me parece que, sin hondear esta bandera de inmigrante, hispano, mexicano o periodista, sí hay una perspectiva o contexto muy único que podemos aportar a la discusión", explica Enrique. "Debemos estar conscientes y alejarnos de esta idea de falsa objetividad. Hay una serie de prejuicios y un bagaje con el que llego a estos temas, con el que cubro lo que está sucediendo aquí. Pero también debemos ser intelectualmente honestos para saber que esos prejuicios y este bagaje no tienen por qué dictaminar el contenido que trato de generar, sino principios como el rigor o tratar de encontrar la complejidad y sutilezas de cada tema para no quedarnos en la superficie".

En ese sentido, Dolia considera que mantener el equilibrio informativo ha sido el gran reto. El desprecio de Trump por la prensa y su constante campaña por desacreditarla, desvirtuando la verdad y los hechos, han dificultado el trabajo periodístico y se ha tenido que invertir mucho capital en contrarrestar esta situación: "Para los periodistas mexicanos, quizá más que para otros, cubrir a Trump ha puesto a prueba la capacidad de separar lo profesional de lo personal. No podemos caer en la tentación de demonizarlo, podemos despreciar sus políticas, pero no dejar que eso domine nuestra cobertura. No se puede caer en la tentación de demonizarlo. Los periodistas mexicanos podemos despreciar sus políticas, pero no podemos dejar que eso domine nuestra cobertura".

México

Nuestro país ha estado en la mira de Trump durante los últimos meses. Sin embargo, Dolia no considera que Trump vea a México como un enemigo. Los ataques al país, los inmigrantes y el TLCAN, afirma,fueron piezas de una maquinaria de campaña electoral que antes ya había sido utilizada, pero que ahora le rindió frutos a Trump, pues ganó el voto del electorado más atrasado y xenófobo de su país. La periodista cree que la obsesión de Trump con el TLCAN y México data de mucho antes:

"No creo que considere a México un enemigo. Los ataques a México, los inmigrantes y el TLC fueron una estrategia de campaña. Le rindió frutos. Ganó el voto del electorado más atrasado y xenófobo. La obsesión del Trump contra el TLC data de mucho antes. En 1999, en un discurso ante el Partido Reforma— al que se unió cuando contempló la idea de buscar la presidencia en las elecciones de 2000—Trump fue ovacionado cuando criticó el TLCAN". Además, considera que el gobierno mexicano se deja usar por Trump. Desde la insólita invitación que hicieron a Trump para visitar los Pinos, hasta la insistencia para que Trump reciba a Peña en la Oficina Oval: "Peña y su equipo no se han comportado con dignidad. Han sido acomodadizos y complacientes. Y Trump no respeta ese tipo de gobernantes", comenta la periodista.

Por su parte, Enrique piensa que se han cometido una serie de errores fundamentales basados en el principio tradicional de la política exterior mexicana de la no intervención. En pocas palabras el gobierno se cayó cuando tenía que haber hablado fuerte y claro. México fue utilizado como un punching bag y nadie hizo nada: "Pensábamos que si no hablábamos y si no reaccionábamos oficialmente eso se iba a calmar, de alguna forma la gente lo iba a olvidar. Creo que debimos haber reaccionado mucho más rápido a esto", considera el periodista de Univisión.

Dolia piensa que como mexicanos debemos mirar hacia el futuro y poner mucha atención a lo que ocurra en los próximos días: "El gobierno de México no debería poner todos los huevos en un solo canasto. Es decir, es un error que las grandes decisiones las tomen en lo oscurito Luis Videgaray y Jared Kushner, yerno de Trump. Debemos regresar a las vías institucionales y al respeto de códigos y costumbres".

Para concluir, Enrique habla sobre la responsabilidad de los medios y periodistas al enfrentarse a los obstáculos de una administración como esta: "Es una oportunidad para que los periodistas prediquemos con el ejemplo y seamos más transparentes en el proceso de confección, edición, producción y presentación de información. Debemos rendirle cuentas a la audiencia y ser cuestionados para restablecer la confianza que los medios de comunicación han perdido; que la gente conozca a sus periodistas".

@DiegoBonetG