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una historia de chatarreros

Boxeo, redención y hierrajos: la historia del 'Chatarras Palace'

En Sant Adrià de Besòs, Javier García Roche ha convertido un almacén de chatarra en el escenario de combates de boxeo. El resultado es fascinante.

Por increíble que parezca, la chatarrería es una de las poquísimas industrias que van al alza en tiempo de crisis: la fuerte demanda de India y China ha disparado el precio del aluminio, el hierro y sobre todo el cobre. En Sant Adrià de Besòs (Barcelona), VICE se encontró con Javier García Roche, un expresidiario aficionado al boxeo que organiza combates cada semana en la chatarrería que heredó de su familia.

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Para Javi, el boxeo ha sido mucho más que un deporte. Tras abandonar una vida de líder pandillero, el deporte le ha dado un sentido a su vida. Las peleas que organiza son violentas y emocionantes, pero tienen reglas: los boxeadores usan guantes, cada asalto acaba cuando uno de ellos se rinde y Javi, dando vueltas en medio de la pelea, actúa de árbitro. Un árbitro en chándal en vez de pajarita.

Aunque algunos vean estos combates como una forma de explotación, la filosofía del lugar está más cerca de los 'boy clubs' londineses de los años cincuenta que de las peleas ilegales. Los boxeadores -mezcla de tíos del barrio, recogedores de chatarra, y chavales de la cale de Hospitalet y Nou Barris- llegan juntos y se van juntos, y el ambiente es más próximo al de una pelea de patio de colegio que a una lucha callejera a muerte.

Este vídeo se publicó originalmente en VICE.com.