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Las prostitutas están jodidas en el Madrid de Ana Botella

Según la ONG Hetaria, la nueva ordenanza civil sólo ayuda a la especulación.

En lo que fue una semana estrella para el PP al ejercer su mayoría absoluta para joderlo absolutamente todo, el jueves se presentó al congreso la nueva ordenanza civil.  Ideada por Ana botella, contiene una propuesta para convertir en delito la solicitación de sexo a las prostitutas callejeras. Es decir, los clientes que contraten a una mujer en la calle para tener sexo a cambio de dinero podrán llevarse una buena multa – hasta 750 euros, sin polvo.

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No es la primera vez que una ordenanza así se aplica en España. En mayo del 2012, Barcelona aprobó una legislación parecida, y, justamente parece que esta medida es parte del plan, llevado adelante con maestría por la Barcelona post-olímpica, de convertir los centros de las ciudades en parques temáticos para los turistas.

Si se aprueba en enero, como está previsto, las ventajas para el ayuntamiento son claras: Además de ser una forma segura de ganarse  los votantes más conservadores y una manera más de recaudar fondos rápidos para la policía municipal, menos prostitución callejera supondría una subida del valor de los inmuebles del centro. Inmuebles, que, como demuestran los papeles de Bárcenas, están vinculados estrechamente con los intereses de los políticos.

Claro, para las prostitutas y trabajadoras del sexo, la cosa no pinta tan bien.

Llamé a Cristina Garaziabal, portavoz del colectivo del sexo HETARIA, para que me contase lo que esta ordenanza significaría para ellas (y ellos).

Hola Cristina. ¿Esta medida va a reducir la prostitución?

No. Desde Hetaria siempre hemos estado en contra de cualquier intento de multar a los clientes. Sólo hace el trabajo de la prostituta más peligroso, porque buscan otras zonas menos vistosas para trabajar. También aumenta la inseguridad, porque pierden tiempo de negociación. Es un acoso brutal para ellas.

¿Donde irán?

La mayoría irán a trabajar en los clubs, los locales de alterne. Esto está bien para los dueños y los clientes porque con más trabajadoras los precios se bajan.

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¿Pero malo para las prostitutas supongo?

Claro. Lo malo de los clubs es que no hay regularización más allá de lo que se requiere a cualquier bar. Puede haber explotación laboral, o también hay casos donde imponen prácticas sexuales a las chicas. Nosotros trabajamos para asegurar algunas cosas, como que están practicando sexo seguro por ejemplo. Pero no hay nada que las obligue.

También la calle tiene sus riesgos.

Sí, pero nosotros defendemos que cada una ejerza donde y como quiera. Lo que el ayuntamiento debería hacer es trabajar como un medio intermedio entre los intereses.

¿Cuál crees que es la motivación que hay detrás de esta ordenanza?

Lo veo como un conjunto de varias cosas. No creo que esté sólo el hecho de que estén actuando de parte del catolicismo, pero siempre hay esta doble moral. Lo de “mejor que no lo veamos aunque lo estemos utilizando”. También tiene mucho que ver con la especulación del suelo, que está cada vez más caro en el centro de Madrid. Me preocupa también el tipo de ciudad que tiene en mente el PP. Parece que quieran una ciudad escaparate para turistas y nos dijeron lo mismo cuando nos convocaron para anunciar la medida. Nos preocupa que la manera de hacerlo discrimine a los más marginados. Y para rematarlo les criminalizan.

Gracias Cristina, y suerte.

De nada guapo, gracias a ti.