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La complicada ciencia detrás de ser amiga de tus ex

Aunque nuevos estudios afirman que las personas que mantienen relación con sus ex son psicópatas y narcisistas, en el caso de las lesbianas la cosa es diferente.

Dos chicas divirtiéndose.

Esta semana la ciencia confirmó dos de mis mas grandes teorías. La primera dice que las personas que mantienen una amistad con sus ex tienden a ser psicópatas o narcisistas. La segunda es: que todas las lesbianas tienen tendencias psicópatas y narcisistas, por el hecho de que somos buenas para mantener una amistad con nuestras ex. Y de forma increíble, en el mundo de las lesbianas es totalmente aceptable que después de terminar y luego de sermonear a una persona hetero sobre cómo nunca va a entender tu agonía —porque, ¿cómo alguien puede entender el lazo íntimo que se crea entre dos mujeres?— te vean tomándote una cerveza, casual, con esa misma ex. Posiblemente con la ex y la nueva novia, o con tu ex, su nueva novia y tu nueva novia. Como una gran familia feliz que viste de negro en julio. Psicólogos en la Universidad de Oakland pidieron a los participantes enlistar las razones por las cuales habían decidido continuar con la amistad entre ellas y sus parejas anteriores, para luego contrastar esta información con ciertos rasgos de personalidad. "Los individuos con puntuación más alta en medidas de personalidad oscura, tienden a elegir amigos con fines estratégicos", concluyó el estudio. "Por lo tanto, es probable que estos rasgos se asocien con la valoración de la amistad por motivos utilitarios o instrumentales, quizá para mantener el acceso al sexo". Ahora, identificada como lesbiana, es bueno ser amiga de todas mi ex, y como me han dicho muchas veces que soy psicópata y/o narcisista, —predominantemente me lo han dicho todas esas ex— me siento con la experiencia necesaria para dar algunos consejos cuando se trata de convertir una relación larga en una sana amistad. La mayoría de las personas no son amigos de sus ex parejas, por varias obvias razones. Estás enojado con ellas. Al ver sus rostros tienes la sensación de pisar un enchufe sin zapatos. No sabes cómo llenar el vacío en el que solían estar todas esas emociones incómodas. Encuentras aburridos a los otros. No puedes creer que te gustaba alguien que solamente se bañaba dos veces a la semana. No quieres ir a la cantina con la persona que sabe que, cuando te vienes muy fuerte, a veces te orinas un poquito. Todas estas son razones válidas para no querer ser amiga de tu ex. Pero también hay algunos motivos que podrían reconsiderarse. Si al igual que yo, a menudo intentas conciliar el hecho de que eres la peor persona del mundo con el hecho de que no todos te quieren en su vida, entonces es posible que encuentres que ser amigo de tu ex te valoriza un poco. En especial si le fuiste infiel. Hacer cosas para la persona a la que le arruinaste la vida no sólo te dejará dormir tranquila, sino que te ayudará a que entiendan que los tres años que pasaron escuchando podcasts mientras se bañaban juntas no fueron un total desperdicio. ¿Otras razones? Bueno, el sexo con tu ex es una razón obvia, coger con la persona con la que lo hacías a los 17 te hará sentir de manera simultánea que eres más joven y que has mejorado en la cama. Y, en una situación menos calculada, tienes una conexión profunda con ella; sabes cómo pueden divertirse, conoces las bromas de su familia, saben qué regalarse en sus cumpleaños y Navidad. ¿Por qué desperdiciar todo esto? Además, nadie te da consejos tan honestos como la persona que conoce tus inseguridades más profundas. Si quieres que tu ex y tú sean amigas y quieres sorprenderla, primero debes ver esta situación desde afuera y deshacerte de todas las ideas que tenías acerca de las rupturas. Las lesbianas somos expertas en el tema porque estamos locas. Cada una de nosotras. Buscamos alrededor a nuestra doble. Después nos la cogemos, nos mudamos con ella y nos hacemos de un gato en tan sólo tres semanas. Incluso podemos cambiar nuestra apariencia para lucir como ellas (ver lo de narcisistas… ) hasta el punto en que somos indistinguibles. Y, de pronto, dos años después una de nosotras se coge a la mejor amiga de la otra, y el gato de repente no tiene casa. La cantidad justa de tiempo entre romper con alguien y ser su amigo es muy fácil de identificar. Si te llega un mensaje de texto de un número desconocido, de la óptica o de tu dealer, y automáticamente entras en pánico al pensar que se trata de tu ex, entonces es demasiado pronto. Pero si stalkeas a tu ex en Instagram y de manera objetiva y calmada puedes acudir a un amigo y decir que su nuevo corte de pelo se ve de la mierda, entonces ese es el momento. Debes acercarte a ellas con un mensaje sin ningún tipo de interés y no muy personal: "Vi este artículo sobre las anémonas de mar, pensé que podría gustarte, ¿cómo van las cosas?" Cuando hayas establecido una amistad con tu ex, puede resultar la cosa más maravillosa del mundo, pero no permitas que esta calma te genere una falsa sensación de seguridad. La ley más básica de la física después de la gravedad es que a todo el mundo le gustan las personas que no les hacen caso. Incluso si tu ex fue la que terminó contigo, se va a estar muriendo para que vayan a comer ramen y contarte todos sus aburridos problemas si se da cuenta de que ya no te interesa. No te engañes. En el minuto en muestres interés de nuevo, ella se va a poner a fajar con alguien más en el baño de un bar. Lo que me lleva a mi último consejo: el principal peligro que se presenta al tener nuevamente contacto con tu ex, es que alguna de las dos va a volver a tener sentimientos. Esto es en especial peligroso para las lesbianas porque anhelamos tanta atención como los cachorros en un refugio, por lo que estamos bien instruidas en la manera de tratar. En primer lugar, hay que poner algunos límites. A menos que tengas el corazón de piedra, cuatro copas de vino y un "me duermo en tu sofá" solamente puede terminar de una manera: tú llorando con rímel corrido, tus amigos haciéndote caras y tú subiendo 3 kilos. La vida es para cometer errores, pero también para aprender de ellos: a veces es mejor mantener a tu ex a la cómoda distancia de un brazo.