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La vuelta al cole

¿Qué pasa con los padres que no pueden pagar los libros de sus hijos?

La otra cara de la vuelta al cole en España: muchas familias no pueden pagar los 300 euros que cuestan los libros de sus hijos.

Foto cortesía de Alba Lajarín, de Save the Children

Ana tiene nueve años, está a punto de empezar el cole y aún no tiene ningún libro de texto. Su madre vive de la limpieza del hogar y gana lo suficiente como para pagar un alquiler y mantener a sus dos hijas y a su marido, que está en el paro. Son una familia convencional, subsisten sin muchos lujos y controlan todos sus gastos para no sobrepasar su límite. Como muchos otros hogares en España, no tienen la capacidad para afrontar el dispendio que comporta comprar unos libros de texto nuevos, por lo que quizás Ana tenga que empezar el curso en una situación de vulnerabilidad y desventaja social.

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Según el último informe de Save the children, durante los pasados ocho años, el gasto medio en enseñanza por hogarse ha incrementado en más de un 28,8 por ciento, superando los 380 euros por hogar y niño, una cifra realmente preocupante porque no todos los padres pueden pagar todo ese dinero y, consecuentemente, queda en entredicho que la educación sea gratuita y universal. El gasto por unidad familiar no solo aumenta en términos de educación: en 2015 creció un 2,2 por ciento y se situó en 27.420 euros.

Cada comunidad autónoma tiene su propia legislación en lo que a libros y becas se refiere. En Navarra, por ejemplo, según nos han confirmado a VICE desde el Departamento de Educación, existe la gratuidad de libros desde primero de primaria hasta cuarto de la ESO, y la ayuda para la compra del material se da directamente al centro. Los libros desde tercero de primaria hasta cuarto de la ESO tienen que durar mínimo 5 años.

Marina Pérez, responsable de comunicación de la Fundación Melior, organizadores de la mayor recolecta de material escolar de Madrid, explica que en la capital, en cambio, no existen becas ni ayudas para las familias que lo necesitan. Desde hace cinco años recogen y reparten libros, sacapuntas y gomas para que niños como Ana puedan seguir las clases sin problemas. Aun así, hay muchos escolares que se quedan sin material. No puedo evitar emocionarme ante las duras críticas de Marina hacia nuestra clase política. Ella convive año tras año con el mismo problema, y pase quien pase por la poltrona, no hay ánimo de poner solución al grave panorama en el que nos encontramos:

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"Me gustaría mirar al ministro Wert a la cara y decirle lo irresponsable que es por perder el tiempo en cosas como cambiar el nombre de las asignaturas y no pensar en esas futuras generaciones que van a la escuela sin libros porque no pueden pagarlos. No solo son familias en riesgo de exclusión, es gente que cobra un sueldo de 700 euros y no puede pagar 300 euros por niño para gastarlos en libros. Para ellos, lo que cuesta un solo libro es el presupuesto en alimentos básicos para toda la semana".

No solo son familias en riesgo de exclusión, es gente que cobra un sueldo de 700 euros y no puede pagar 300 euros por niño para gastarlos en libros

Declara que cada vez que un gobierno cambia, sea de la ideología que sea, se modifica la ley de educación, lo que supone un cambio de libros por completo. "Por una vez los políticos deberían pensar en los niños porque hoy en día en el ámbito de educación no hay igualdad de condiciones. Los que tienen dinero pueden ir al cole con mochila nueva e incluso calzado nuevo, pero hay muchos niños que suspenden porque no tienen ni libros para estudiar".

Marina cuenta que incluso a los mayores les da vergüenza ir a la escuela sin material, por lo que algunos se ausentan de clase por miedo a lo que les digan sus compañeros. "Me han venido muchas madres llorando y diciéndome que sus hijos han tenido que repetir porque les es imposible seguir la clase ni estudiar si no tienen libro. Las escuelas lo saben y los políticos deberían saberlo, pero aun así no se hace nada. La LOMCE nos ha perjudicado mucho: al cambiar de ley se cambia todo el temario. Incluso hay repetidores que no pueden aprovechar los mismos libros del año anterior".

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Desde la Fundación Melior denuncian que muchas editoriales hacen libros para pintar y colorear o pegar pegatinas, sobre todo dedicados a los más pequeños, para que no puedan ser reutilizables y se tengan que comprar nuevos. "Deberíamos educar a las futuras generaciones en el reciclaje y la reutilización, en vez de en el consumismo. No trato de señalar a nadie, simplemente creo que es un problema al que hay que poner solución ya que la educación, tal y como dice la Constitución, es gratuita y para estas familias se ha convertido en un lujo. La educación es una herramienta para incluir a estos niños y niñas en la sociedad y que tengan un futuro mejor, y no para excluirlos y crear situaciones de desigualdad".

Llamo a la editorial Anaya, editora de libros de texto desde primaria hasta bachiller, para preguntarles si tienen alguna iniciativa para facilitar los libros a las familias que demuestren que no puedan pagarlos.También les pido información sobre qué medidas llevan a cabo para que los libros se puedan reutilizar para contrastar la información facilitada por la Fundación Melior. La persona responsable de comunicación, a la que no citaremos para no ponerla en un compromiso, nos dice que no nos puede contestar a las preguntas porque no tiene información. Cuando le pregunto a quién me puedo dirigir, me dice que las personas que tienen conocimiento del tema no me pueden atender, ni hoy ni en una semana y cuando le pido un nombre, elude mi pregunta diciendo que no me va a poder hablar.

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Comprar libros de segunda mano está siendo la mejor opción para muchas familias ya que les permite ahorrar hasta un 50 por ciento de lo que cuestan nuevos

Contacto con Edebé para formular las mismas preguntas. Cuando logro hablar con la persona responsable de prensa comenta que evidentemente que hay familias que lo están pasando mal a nivel social pero dice que en general todo el sector editorial está sufriendo muchísimo, e incluso hay empresas y libreros que han tenido que cerrar debido a este cambio que se está produciendo. Después de entablar una discusión que ya veo que no llevará a buen puerto, decido agradecerle su tiempo y dar por finalizada la conversación.

Desde el gremio de editores de España, reflejan que adquirir un libro nuevo puede suponer entre 20,80 euros de media en primaria y ESO, y 25,84 euros en el caso de Bachillerato, mientras que en el mercado de segunda mano cuestan entre 10 y 12 euros la unidad. Comprar libros de segunda mano está siendo la mejor opción para muchas familias, ya que les permite ahorrar hasta un 50 por ciento de lo que cuestan nuevos. Un estudio de Vibbo demuestra cómo esta práctica representaría un ahorro de 100 euros por hijo.

Foto vía Unsplash

Andrés Nieto es cofundador de la empresa de libros de segunda mano Relibrea. Hace cuatro años que se inició en el negocio impulsado por la idea que los libros de texto deberían tener una segunda vida. Tienen disponibles 80.000 libros para todas las edades preparados para la vuelta al cole, y son el primer portal dedicado exclusivamente a la compra-venta de libros académicos usados. "Hemos experimentado un aumento en el número de visitas e intercambios con el paso de los años, pero también hemos visto que cada vez hay más personas que ponen a la venta sus libros de texto ya usados". También nos da su opinión sobre el negocio que hay en torno a los libros:

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"La situación ideal, sin querer entrar a cuestionar la necesidad de que existan libros de texto como tales, sería que los libros fuesen totalmente gratuitos para los alumnos, que formasen parte del centro de estudios y pasasen de mano en mano a través de las distintas generaciones, al igual que lo hace una mesa o una silla. Esto ayudaría a inculcar a los más jóvenes la necesidad de valorar su entorno y aprender a conservar lo que los rodea, reduciría enormemente el gasto asociado con su creación (tala de árboles, impresión, distribución, etcétera) y por supuesto supondría un ahorro considerable a las familias. Un cambio en el sistema establecido alrededor de los libros de texto acabaría con el negocio millonario de innumerables grupos editoriales, pero por desgracia es una conversación que se queda silenciada incluso antes de que llegue a surgir".

Aunque sí es verdad que en general estamos más concienciados de la reutilización del material,parece ser que en algunas comunidades el tema va de mal a peor: un estudio impulsado por la asociación de consumidores Valencianos en 2015 refleja que solo el 28 por ciento de los encuestados afirmaron que en sus centros hubo alguna iniciativa para reciclar los libros aquel año, mientras que el año anterior, fuentes del mismo estudio descubrían que el porcentaje era mucho mayor, del 43 por ciento. Los cambios introducidos por la LOMCE y el retroceso en las políticas sociales, como el bonolibro en función de la renta, serían nuevamente los responsables del descenso del consumo de los libros reciclados.

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El trabajo de las AMPAS también es fundamental a la hora de reciclar no solo libros, también batas del colegio, material educativo e incluso ropa

El trabajo de las AMPAS también es fundamental a la hora de reciclar no solo libros, también batas del colegio, material educativo e incluso ropa. En el Colegio Huerta de Santa Marina de Sevilla lo tienen muy claro y abrieron hace varios años un fondo solidario destinado a cubrir las necesidades de los niños. El dinero recaudado en fiestas y actividades se destina a comprar material, pagar las excursiones de la gente que no puede o incluso se compra champú antipiojos para los que lo necesitan.

Mercedes Rivero, jefa de estudios del centro, nos explica que aunque los libros en Andalucía son gratuitos, la solidaridad de la comunidad educativa ha hecho posible un fondo de recaudo gestionado por la asociación de madres y padres de la escuela. "Cualquier persona, ya sea otro vecino o padre de la escuela, puede depositar dinero en la caja que tenemos en recepción. Una comisión se encarga de custodiar el fondo y darlo a quién realmente lo necesita de forma totalmente anónima. Esta persona se compromete a hacer algo para la comunidad: ordenar la biblioteca, limpiar la clase o hacer un bizcocho para los niños de la clase. Estamos muy contentos de cómo está funcionando y de que haya ya otras escuelas que hayan copiado el mismo sistema", explica Mercedes.

En la Rioja, según nos cuentan los servicios sociales municipales de Logroño, solo se atienden las necesidades básicas, por lo que los libros no entrarían dentro del sistema. Cuando se encuentran ante una familia que no puede pagar el material, estudian su situación y a malas les dan una ayuda en concepto de manutención. Allí son los organismos como Cáritas los que se encargan de dar apoyo a los que lo necesitan, porque según nos dicen, los ayuntamientos tienen poco presupuesto para estos temas.

Luis Lleida es el director de Cáritas Diocesana de La Rioja. Explica que se encargan de acoger a todas aquellas personas de las que ni el sistema ni las instituciones pueden hacerse cargo. Suelen necesitar dinero para el alquiler, ropa, libros o material escolar. Cáritas entra en contacto con los servicios sociales para tener datos de la situación económica de cada demandante. Desde el fondo de solidaridad se les otorgan las prestaciones en función de los recursos y las cargas familiares. También se les invita a participar en los cursos de costura, cocina y demás actividades organizadas en la parroquia.

Son varias las fundaciones que luchan de manera altruista y muchos los donantes que facilitan su material a entidades una vez finalizado el curso. Todos tenemos la capacidad para echar un cable. La solidaridad ha crecido y se ha reinventado en tiempos de crisis. El consumo responsable, la reutilización y el hecho de no crear nuevas necesidades cuando realmente no merecen la pena a nivel social son la clave para dirigirnos a un mundo mejor y más sostenible.

Ana es afortunada. Finalmente ha conseguido todos sus libros para este curso escolar gracias a una donación anónima. El altruismo en este tipo de casos es muy importante, la educación de muchos niños está en juego, el futuro está en sus manos.