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Conmemorando un año de la revocatoria del aumento en la tarifa de transporte en Brasil

En Brasil hay "black blocs", declaración de amor, fiesta, gente saltando sobre fuego, banderas de San Juan, y por su puesto, gas lacrimógeno.

El pasado 20 de junio, la ciudad de Sao Paulo estaba, como de costumbre, fría y quieta cuando se dieron las protestas de “Não vai ter tarifa – ato na Copa pela tarifa zero” (movimiento para reducir la tarifa impuesta en el transporte), organizado por el Movimiento Passe Livre (MPL).

Antes de iniciar la marcha me encontré con Mariana Toledo, de MPL, y me habló de lo siguiente: “tenemos algunos objetivos. Hoy, 19 de junio, conmemoramos un año de victoria sobre la revocatoria del aumento en la  tarifa de transporte. En segundo lugar, hacemos un acto a favor de la tarifa cero, porque solo revocar el aumento no es suficiente. El tercer objetivo, es demostrar apoyo a las protestas que están sucediendo en los últimos tiempos. Y el cuarto, es hacer de este acto una fiesta popular en Marginal Pinheiros, en contraste con la celebración de la FIFA. Nuestra fiesta se adapta a todo el mundo”. En el segundo gran acto de MPL, el año pasado, nuestra experiencia para ocupar Marginal fue horrible. La Tropa de Choque llegó de la nada y puso a todo el mundo a correr. “Hicimos un gran esfuerzo para que las manifestaciones de hoy ocurrieran en un ambiente diferente. La policía dice que podemos hacer la fiesta en Marginal, pero que,  de ocurrir algún imprevisto, las autoridades intervendrán”, dice. Ella se refiere a una petición hecha por  Passe Livre para que la policía no presencie el acto de manera evidente.

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Los “black blocs” se arman con escudos de madera. El reloj muestra las 4:20 de la tarde. Comenzamos a caminar.

La  “Fanfarra do M.A.L”  empieza a animar y todo el mundo parece emocionado. Entramos en el túnel hacia la Avenida Rebouças.

En el interior el sonido vibra y la multitud canta el clásico: “Três, três, três reais não dá. Eu quero passe livre, passe livre já (tres, tres, tres, reales no aguanta. Yo quiero pase libre, pase libre ya)”.  Hace un año que acompaño al MPL. Qué nostalgia.

Pancartas por todas partes y la gente cargando rosas rojas. Dentro del túnel, las personas cantan “ Black bloc é meu parceiro” (los "black blocs" son mis parceros).

En dado momento, uno de los del “black bloc” se me acerca, toma mi mano y me dice: “Chica, yo te amo. Vi el video que hiciste el año pasado. Yo te amo”. Hay Copa, hay romance en protesta, hay de todo.

El helicóptero de la PM sobrevuela la marcha, ésa es la única señal que se ve de la policía…hasta el momento.

Poco después de las 5 de la tarde, vemos la primera piedra volando. Le apuntan a una oficina del Banco do Brasil.

A partir de ahí, todas las oficinas bancarias en la avenida son apedreadas y golpeadas.  Lo extraño es que varios “black blocs” gritan: “Es P2 y P2”. Le pregunto a uno de ellos si las piedras provienen de los protestantes y dice: "No lo sé. Está extraño".

Los militantes de MPL no recriminan los actos y a cambio hacen un llamado a la multitud y a la prensa. “Tras el acto personal, tras el acto”.

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Estoy pensando en que todo es una mierda, cuando una niña de turbante azul de MPL dice por un megáfono: “Periodistas, ustedes están incentivando esto”,  ya que los fotógrafos y reporteros estaban como chulos encima de quien lanzaba las piedras a las oficinas. La prensa es maliciosa, pero calma gente.

“La Copa es una mierda. Ese estadio tiene la sangre de los trabajadores”, se lee en los muros de la ciudad.

Ya es noche y llegamos a Marginal.

En otro golpe maestro, los MPL desencadenan otro acto con un carro que viene  a toda velocidad por la avenida (no sé cómo). No es posible entender muy bien lo que tiene el vehículo por dentro, pero  esto sucede enseguida: las pancartas son puestas en filas y quemadas, las banderas de São João negras y rojas decoran la fiesta, y Rincón Sapiência se sube sobre una silla, agarra un micrófono y comienza a rapear.

Y, claro, la gente salta sobre el fuego.

Es tiempo de fiesta junina, amigos.

Todo parece calmado. Los periodistas y fotógrafos pasmados, nada de policía. La fiesta va muy bien. Veo hasta a un roquero peludo tomando una cerveza Breja.

De repente, los “black blocs” comienzan a salir de las oficinas con todo tipo de residuos: maderas, fierros, plásticos.

Era para hacer cualquier pedazo de basura, sin embargo, logran una verdadera obra de arte. El personal de Masp debe tener sus ojos puestos en esta gente. Vi talento.

Un fotógrafo amigo nuestro se acerca a advertirnos: “Parece que la caballería está de un lado y la Tropa de Choque del otro. Tengan cuidado”. Felipe Larozza, fotógrafo de Vice, y yo, atravesamos todo el casco, y en ese momento, decidimos ponernos las máscaras de protección porque, seguramente, echarían gas lacrimógeno. Cuando se esparce el gas es difícil respirar, abrir los ojos, ver cualquier cosa o persona que esté al frente, pensar y actuar, básicamente, existir.

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El líder de MPL llama a todo el mundo para ir hacia Largo da Batata, pero, los “black blocs” deciden quedarse y atacar a la oficina que tienen enfrente, tirándole escombros, piedras y dándole golpes cariñosos.

No eran piedritas, no.

Después de  que la oficina  no aguanta una piedra más,  me doy cuenta que había perdido a Felipe y decido retirarme del acto para alcanzar a los que se dirigen hacia Largo da Batata

Llegando, me reciben amablemente con bombas de gas lacrimógeno por el camino. La Tropa de Choques siempre les da a los jóvenes.

Este momento es literalmente “sálvese quien pueda”. Parece un estallido de un hormiguero.

Ves a la gente correr, mirar hacia adelante y hacia atrás, simplemente ver humo, ardor en los ojos, se convierte en una puta zona guerra, la policía, la gente.

Cada uno corre en una dirección para esquivar los actos de las autoridades. Hacia las 8 de la noche, Marginal vuelve al tráfico normal. Pero, por supuesto, antes de ir a las casas, los “black blocs” se esparcen por las calles de Pinheiros y dejan rastros de escombros por todas partes.

Siga a Débora Lopes en Twitter (@deboralopes) y vea más fotos Felipe Larozza aqui.