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Desplantes, saltos y salvadas: una entrevista con el mejor jugador mexicano de bádminton

A pesar de no ser un deporte popular en México, Lino Muñoz está ubicado entre los cien mejores jugadores del mundo.
Foto: Rodrigo Orozco

Antes que un deporte parece un pasatiempo. Como si dijéramos Scrabble o Backgammon: es decir, algo que uno hace cuando el verano lo permite, cuando no llueve en el día de campo. El bádminton carga con esa asociación mental. Pregunte a sus cercanos qué palabras asocian con el juego y verá que nadie dice "vértigo" o "cientos de kilómetros por hora". Yo era, como sus cercanos, de esos que veían en el gallito y la raqueta delgada una alternativa a los quemados.

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"Pues así como tú, yo tampoco tenía idea de que era el bádminton. Yo empecé jugando beisbol en la Liga Olmeca y a los ocho años me salí." Quien habla es Lino Muñoz, jugador mexicano de bádminton, representante nuestro en Rio 2016. "Siempre he sido socio del Deportivo Chapultepec y después de jugar beisbol vine a practicar algún deporte. Vine a practicar natación, estuve en tae kwon do. Un día subí, porque el bádminton aquí en el deportivo está en el sexto piso, subí a las canchas y pues vi cómo estaban jugando, me interesó un poco, tenía ocho años en ese momento, nueve casi. Las raquetas en ese entonces costaban como 150 pesos y mi gallito. Y así empecé. Todavía me acuerdo de mi primer día. Me gustó y empecé a entrenar poco a poco y a ganar torneos primero aquí, luego distritales, olimpiadas nacionales. Pero nunca fue porque alguien me haya dicho de que existía el bádminton. Siempre fue porque me cautivó el deporte."

Porque sí, eso que usted, sus cercanos, yo y Lino a los ocho años considerábamos un pasatiempo es un deporte cautivante. Pura velocidad. Pura agilidad. Sin exageración, es el más felino de los deportes de raqueta. Las lesiones más comunes, me cuenta Lino, son en "las rodillas. Sobre todo las rodillas. Las rodillas son las que reciben todo el impacto de estar brincando, moviéndote, haciendo desplantes, te avientas, al siguiente momento estás volando para el otro lado. Rodillas, hombro y el riesgo de romperse ligamentos, el Aquiles, el ligamento cruzado." ¿Cuándo fue la última vez que un pasatiempo lo obligó a hacer desplantes, volar de un lado a otro, salvar una dejada en la red y retroceder al instante para brincar hacia atrás, arquear la espalda y golpear el gallito con rencor y dirigirlo a la esquina inalcanzable del rival?

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"El bádminton es un deporte en el que no necesitas medir tres metros", explica Lino. "No necesitas ser extremadamente fuerte. Es un deporte en el que hay una combinación extrema de la coordinación, la fuerza, los reflejos, la velocidad." Es un deporte, en otras palabras, que como país nos vendría bien. Es el más felino de los deportes de raqueta. Tiene el mismo desplante que el raquet o el squash, pero con una verticalidad añadida. Tiene algo del esgrimista, y también La descomunal altura o los músculos de concreto no son un requisito indispensable; más bien lo contrario, la liviandad delgada, la soltura, y la intensidad. Dinamarca, China, China Taipei, Malasia, Corea del Sur, India, Japón, Tailandia, y España son los países representados en los diez primeros puestos del ranking mundial para hombres y mujeres. China, Dinamarca se repiten con tanta frecuencia que podría hablarse de dominio. "En México se juega me parece, no estoy seguro, en 22 estados. Cada estado tiene su asociación y están afiliados a la federación. Y jugadores, habrán unos 3,000 jugadores. Es una federación chica." Esto a pesar de ser un deporte cuyas barreras de entrada son bastante menos exigentes que otros más populares. Porque, antes de pasar a la cancha reglamentaria con sus líneas de servicio y arbitraje riguroso, este deporte parece pasatiempo.

La red mide, oficialmente 1.55 metros de altura. Las dimensiones de la cancha son 6.1 metros de ancho —reducidos a 5.18 en juego de singles—, y 13.4 metros de largo total. Cada jugador, entonces, tiene que defender sus 34.7 metros cuadrados de territorio, impedir con una raqueta cuya longitud no debe ser mayor a 68 centímetros y ni más ancha de 23. Se juega a 21 puntos, el saque no es por arriba de la cabeza sino desde abajo, a la altura de la cintura, con un gesto casi cordial, el único en un duelo de esgrimistas sin careta. Con eso es suficiente para entender el partido en sí. Y este punto, uno de los más largos en la historia hasta ahora, ejemplifica muy bien el vaivén de agresión y defensa dentro de esos casi setenta metros cuadrados.

Las competencias tampoco son tan complicadas. "Funcionan muy parecido al tenis. Hay puntos y un ranking mundial. Hay diferentes categorías de torneos, desde los Future Series hasta los equivalentes al Grand Slam, que en el bádminton se llaman Super Series Premier. Ahí juegan los primeros 32 del mundo."

Medallista tanto en Panamericanos como en Centroamericanos en dobles y por equipo, Lino Muñoz hizo historia este verano al clasificarse para participar en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. "No fue nada sencillo, fue un poco caótico al final". Pero una vez dentro, Lino es franco sobre lo que significó para él estar ahí. "Estar en los Juegos Olímpicos es un sueño. Es, a diferencia de deportes como el futbol o el tenis, es la competencia en la que todo atleta quiere participar. Ya no digamos ganar una medalla. Ganar una medalla no sé ni qué sería. Estar ahí, ser parte de este evento tan importante, es un privilegio, es un honor, algo que soñé desde chico. Desde que empecé a jugar yo dije, 'me encantaría estar ahí'. Desde que ves a los atletas en la tele y los ves desfilar y los ves competir, poniéndose el uniforme, es algo que se queda contigo. Y yo quiero llegar a los siguientes, a Tokio." Regresó con el aprendizaje que dejan dos derrotas, una contra el 10 del mundo, el indio Kidambi Srikanth y otra ante el sueco Hurskainen.

Lino es el mexicano con el mejor ranking mundial y no obstante lo deficiente de los apoyos una vez que termina una competencia tan grande y tan notoria como los Juegos Olímpicos, no pierde el enfoque. Este es su plan. "Como jugador profesional debería estar viajando y jugando ahorita, pero no hay recursos para hacerlo así, no hay el apoyo para que yo pueda seguir en ese camino. Mi objetivo este año sería mantener mi ranking, que nunca ha sido tan bueno. [Al día de hoy, ocupa el lugar 78]. La tirada sería no perder el ranking y seguir estudiando. Pero como no hay un plan maestro, sigo estudiando. Me gustaría seguir jugando alguno que otro torneo para no perder el ranking y concentrarme para el próximo año que tengo mi competencia fundamental, que es el Mundial en Escocia en Agosto. Y para llegar a ella bien yo tendría que jugar mínimo unos seis torneos. Uno por mes el próximo año, aquí en América, o en Europa. Y el próximo año termino la universidad y entonces ya podría dedicarme a full a Juegos Centroamericanos, Panamericanos y los Olímpicos."