Cuando muchas personas LGBTQ pertenecientes al pueblo Navajo reflexionan sobre su existencia diaria en la reserva de nativos americanos más grande de Estados Unidos, "aislamiento" es la palabra que surge con más frecuencia.“La reserva es mi hogar, pero no hay nada aquí para la comunidad LGBT”, afirma Lola De La Hoya, que declaró su condición de trans después de graduarse en el instituto.
La Nación Navajo cubre más de 70.000 kilómetros cuadrados de tierras áridas y montañosas, abarcando los vastos desiertos de tres estados del suroeste. En el último censo realizado en EE. UU., se determinó que unas 174.000 personas viven repartidas por sus remotos pueblos y comunidades.
La Nación Navajo cubre más de 70.000 kilómetros cuadrados de tierras áridas y montañosas, abarcando los vastos desiertos de tres estados del suroeste. En el último censo realizado en EE. UU., se determinó que unas 174.000 personas viven repartidas por sus remotos pueblos y comunidades.
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Para las personas trans del pueblo Navajo como De La Hoya, este factor geográfico solo sirve para acrecentar su alejamiento de familiares y amigos. “Mis padres quitaron todas mis fotos cuando les hablé de mi transexualidad e intentan que nadie les vea conmigo en público", explica.
La cultura Navajo tradicionalmente reconoce una amplia variedad de orientaciones sexuales e identidades de género, incluyendo un tercer género conocido como nádleeh, aunque esa creencia se ha ido borrando con el tiempo después de que la Cristiandad y la colonización impusieran una comprensión más binaria del género.Los miembros LGBTQ del pueblo Navajo, sin embargo, están volviendo cada vez más la vista hacia su herencia para defender sus derechos, construyendo alianzas dentro de sus comunidades y con otros grupos de nativos americanos de todo EE. UU. Algunos también están obteniendo apoyo de una fuente inesperada: sus abuelos.“Mucha gente mayor sigue todavía creyendo en el sistema tradicional, pero la mayoría de la gente actualmente ni siquiera sabe de él", afirma Michelle Sherman, una mujer lesbiana que vive con su abuela. “Cuando expliqué mi condición de lesbiana a mi familia, me echaron de casa, pero mi abuela les dijo que era una parte normal de la cultura Navajo”.Travis "Buffalo Barbie" Goldtooth, que se identifica con ambos géneros y se refiere a sí misma en femenino, afirma que su abuela estuvo completamente de su lado cuando salió del armario. “Tienes que ser lo que quieras ser”, le decía su abuela con vehemencia. “¡No permitas que nadie te diga cómo debes ser!”.
La cultura Navajo tradicionalmente reconoce una amplia variedad de orientaciones sexuales e identidades de género, incluyendo un tercer género conocido como nádleeh, aunque esa creencia se ha ido borrando con el tiempo después de que la Cristiandad y la colonización impusieran una comprensión más binaria del género.Los miembros LGBTQ del pueblo Navajo, sin embargo, están volviendo cada vez más la vista hacia su herencia para defender sus derechos, construyendo alianzas dentro de sus comunidades y con otros grupos de nativos americanos de todo EE. UU. Algunos también están obteniendo apoyo de una fuente inesperada: sus abuelos.“Mucha gente mayor sigue todavía creyendo en el sistema tradicional, pero la mayoría de la gente actualmente ni siquiera sabe de él", afirma Michelle Sherman, una mujer lesbiana que vive con su abuela. “Cuando expliqué mi condición de lesbiana a mi familia, me echaron de casa, pero mi abuela les dijo que era una parte normal de la cultura Navajo”.Travis "Buffalo Barbie" Goldtooth, que se identifica con ambos géneros y se refiere a sí misma en femenino, afirma que su abuela estuvo completamente de su lado cuando salió del armario. “Tienes que ser lo que quieras ser”, le decía su abuela con vehemencia. “¡No permitas que nadie te diga cómo debes ser!”.
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Aunque la Nación Navajo tiene todavía un largo camino por delante hasta que logre avanzar en los derechos de las personas LGBTQ, miembros del pueblo Navajo como Lady Shug —una drag queen transgénero y defensora de los derechos de la comunidad LGBTQ que ganó el concurso Miss Orgullo Nuevo México en 2016— cree que su comunidad tiene el poder de provocar el cambio.“Somos una comunidad relativamente pequeña", enfatiza. "Debemos hacer saber a nuestros representantes tribales que estamos aquí y que necesitamos que nos respeten”.