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**VICE News: ¿Existe realmente alguna relación entre la nueva generación de la Camorra y **Estado Islámico? Comencemos por la estética.Machetes y rosarios: así son las bandas latinas que se disputan Milán. Leer más aquí.
Marcello Ravveduto: En el universo de los jóvenes italianos, quién se dejaba crecer la barba siempre ha recibido comentarios — como juego del lenguaje de los niños — del tipo: "¿Qué tal, Mulá ['señor' en árabe]? ¿Eres muyahidín? [en un contexto islámico, la persona que hace la yihad]".De alguna manera, es probable que se esté elaborando una identidad comunicativa colectiva, reforzada por un fundamentalismo de fondo — que existe — en su modo de actuar. Estos dos elementos, el simbólico y la praxis, se funden, formando una nueva identidad que se representa públicamente, que sirve para reconocerse los unos a los otros, y que permite ser al mismo tiempo diferente a los otros clanes.Algo similar a cuando, durante la guerra de Scampia, los disidentes se autodenominaba "los españoles" aunque no lo eran: sí tenía vínculos con España, pero sobre todo era sólo una manera de construir una identidad diferente en el caos de las docenas de clanes napolitanos. En esencia, la dinámica del género tiene que ser comunicativamente eficaz: es una característica de la Camorra, que es muy sensible a la comunicación pública del propio ser.
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Un elemento típico de la Camorra es su capacidad para interpretar el modo de comunicación del momento. En este sentido, no se sabe si esta tendencia es algo que va a perdurar en el tiempo o si simplemente está ligada a este momento histórico.La Camorra tiene miles de identidades, que van desde tendencias fundamentalistas a otras más "organizadas". Permanecer dentro o fuera de estas dinámicas de clanes — o de reconocimiento de una identidad criminal — es algo que está transversalizado por el concepto de "traición" contra el grupo, y el valor que se le atribuye es la desgracia.Todo esto lleva a la creación de señas de reconocimiento claras y signos visibles, y envuelve la estructura de un poder pararreligioso: conceptos como el honor son reconocibles en otros escenarios criminales, tanto en la estructura principal de las construcciones religiosas como de las pararreligiosas.
Huevos de chocolate con "sorpresa", el nuevo método para traficar con droga en Nápoles. Leer más aquí.
La apariencia de los miembros de la mafia se ha aproximado a una forma de fundamentalismo criminal, en términos psicológicos y sociológicos. Esto es cada vez más evidente.El problema no sería tanto "ser como Estado Islámico" o tener su vocación, sino la búsqueda de una singularidad, un fortalecimiento del propio rol — individual y colectivo — .
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¿Cuáles eran las características de la antigua Camorra en comparación con la de los nuevos afiliados, en este sentido?En Imágenes: dentro del 'ghetto del amianto' en Nápoles. Ver aquí.
En la vieja dinámica había ambiciones de centralismo: la Nueva Camorra cutoliana [de Raffaele Cutolo] aspiraba a crear una especie de cúpula mafiosa, y esto sucedió en un contexto marcado por la diferencia entre el interior del país y la ciudad.Las viejas guerras de la Camorra afectaron al clan de la provincia cuando buscaban el control del otro frente. Esta dinámica, ha desaparecido casi por completo — junto con el clan Casalesi, cada día más desaparecido de la narrativa pública de la Camorra.Además, la atención que despertó el barrio napolitano de Scampia tras la emisión de "Gomorra — La serie" ha puesto la atención, incluso la de los medios de comunicación, en los objetivos e intereses criminales del centro de la ciudad de Nápoles. Desde el punto de vista histórico, nos enfrentamos a una fragmentación, antiguamente llamada "pulviscular", pero que ahora parece perseguir más intereses económicos en el sentido de que cada uno se ocupa de sus propios asuntos mientras mantiene un firme control del territorio y muestra su presencia a través de una fuerte intervención en el mercado de la droga.
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El imaginario actual de la Camorra se ha formado a finales de los años noventa, se ha radicalizado tras la guerra de Scampia en 2004, y explotó con "Gomorra — La serie".Esto ha dado lugar a una verdadera revolución, que barrió la antigua imagen de la Organización Nueva Camorra cutuliana, y en su lugar ha construido una nueva imagen bajo la idea de una fuerza que puede garantizar el control territorial a través de herramientas "fundamentalistas".Estas herramientas, finalmente, son la construcción de una identidad sectaria, que lleva a una especie de "limpieza étnica" cuando, por ejemplo, sucede una escisión en el grupo; en la creación de una identidad ligada a su entorno más pequeño en lugar de una visión más amplia, y luego la transformación de una "guerra por el comercio" en una "guerra de bandas", o en violencia callejera. El fundamentalismo criminal tiene raíces localistas inerradicables en su territorio ultralocal. Su lógica en la prácticaes: "estás conmigo o contra mí".
Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEsNuevo caso de la larga y oscura historia de amor entre el fútbol italiano y la mafia. Leer más aquí.