1. Debemos cambiar la culta del deporte. Esta fue la principal recomendación del "Reporte sobre Gimnasia en Estados Unidos" independiente realizado por Deborah Daniels y el testimonio de los atletas subrayan su importancia. Escuchamos a atletas declarar que se sentían inseguras o desconocían cómo reportar el abuso o a quién acudir, y a veces incluso tenían dudas acerca de lo que se considera abuso. Escuchamos a atletas decir que tenían miedo o dudaban de reportar el abuso. Escuchamos a atletas decir que lastimaron sus sentimientos, se sintieron traicionados, sometidas y solas. Desde octubre del año pasado, hemos estado en constante y directa conversación con los directivos de la USAG sobre este punto fundamental. Es crucial tener un nuevo liderazgo en la federación y hace poco observamos cómo tres miembros de la USAG renunciaron. Se necesitan más cambios para ayudar a crear una cultura que promueva las prácticas deportivas seguras, ofrezca a los atletas recursos fuertes en educación y reporte de abusos, y asegure la sanidad de las víctimas y los sobrevivientes. Esto incluye un cambio completo en la dirigencia, lo cual significa que todos los directores de la USAG deben renunciar.
2. Debemos cambiar la estructura de gobernación de las Federaciones Nacionales. Necesitamos ayudar a la Gimnasia de Estados Unidos a alcanzar su misión, que es proveer los mejores recursos y el ambiente más seguro para que los atletas entrenen y compitan. Hemos considerado seriamente retirar el certificado a la USAG como Federación Nacional. Pero la Federación de Gimnasia incluye los clubes y atletas que no tuvieron qué ver en este asunto y necesitan ser apoyados. Creemos que sería contraproducente para los atletas y su deporte. Pero retiraremos el certificado si la Federación de Gimnasia de Estados Unidos no adopta por completo los cambios necesarios en su estructura de gobernación junto con otros cambios que están siendo considerados en este momento.
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Las medidas obedecen a duras críticas contra la organización encargada de supervisar todos los cuerpos deportivos de los Juegos Olímpicos de Estados Unidos. Atletas como Aly Raisman, quien dijo que el USOC "desvergonzadamente" se atribuyó las "pocas renuncias de la Federación" en una declaración publicada luego de las mismas. Raisman desafió al comité a exigir un cambio total, y lanzar su propia investigación. Desafíos que el USOC acaba de aceptar.Cuando el Indianapolis Star publicó esta historia en agosto de 2016, el USOC se negó a investigar el asunto y Blackmun dijo, desde los Juegos Olímpicos de verano en Río: "No podríamos investigar las denuncias de mala conducta en 47 organismos nacionales de gobierno diferentes". En cambio, Blackmun defendió la "política actual sobre los abusos y el comportamiento inapropiado" del USOC y dejó la investigación a la USAG, que ya había pasado por alto —y había encubierto activamente— el abuso de Nassar, incluso forzando a McKayla Maroney a firmar un acuerdo de confidencialidad. Desde entonces, Blackmun dijo que desconocía el acuerdo entre Maroney y la USAG, así como la extensión del abuso de Nassar.Todo lo cual nos lleva a preguntarnos, si el USOC no sabe lo que está sucediendo bajo sus propias narices, ¿cuál es su propósito? Si "no puede investigar" los actos criminales cometidos por aquellos bajo su vigilancia, ¿quién sí puede? ¿Cómo el "estado actual de la situación" es un sistema de informes que permite que "un abuso de esta proporción" pase "desapercibido durante tanto tiempo"? Y finalmente, si esta investigación privada encuentra negligencia por parte del USOC, ¿quién es responsable de pedir la renuncia de Scott Blackmun?