Izando bandera: nacionalismo en los festivales de música electrónica

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Música

Izando bandera: nacionalismo en los festivales de música electrónica

Nos fuimos hasta Panamá e hicimos una galería de fotos que capturan ese intento de colonización en medio de una euforia masiva.

*Fotos por VICE Colombia.

Desde sus primeros usos en la conquista musulmana de la península ibérica y en Europa en las primeras cruzadas, las banderas no han dejado de usarse en ninguna parte del mundo. Son una de las representaciones más básicas y dicientes de cualquier conjunto social, el objeto de una ciencia medio reciente llamada vexilología y hasta la razón por la que muchos mueren, defendiendo a su país de la manera más patriótica posible. "Hay mucha semiótica escondida en el uso de las banderas que trabaja sobre el inconsciente", explicó previamente en un artículo de El País de España José Enrique Ruiz-Domènec, catedrático de historia en la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del libro Europa: las claves de su historia. Y la respuesta es un poco obvia, porque cuando dejamos la niñez, los seres humanos parecemos programados para pertenecer a un grupo, y tener la mayor cantidad de elementos que nos identifiquen dentro de él.

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Y la bandera es perfecta para eso. Un pedazo de tela que simboliza una idea compleja. Quizá sea por esto que la llevamos a guerras, a viajes, a un partido de fútbol, y ahora, también a festivales. Y los de electrónica no han sido la excepción. Desde el Tomorrowland en Bélgica hasta el Labyrinth en Japón, pasando por el Ultra en Miami… todos los festivales contemporáneos están llenos de banderitas. Los asistentes lo sienten necesario: sí, van a viajar miles de kilómetros pero no por eso deben dejar atrás su origen. Por eso se encargan de llevarlo consigo y exponerlo durante el tiempo que dure el festival, en parte como un logro de colonización por parte de su tierra. Cuando viajamos a Panamá hace unos días, al festival The Day After no fue la excepción, y tenemos las fotos para demostrarlo. Disfruten esta galería de nacionalismo y euforia pura.