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Archivo VICE: Zak ama a Mandy

Una hora después de haberse conocido, estaban cogiendo en un hotel y desde entonces han permanecido juntos.

Fotos por Kimberly Kane.

Conocí a Zak Smith y Mandy Morbid en 2007, mientras filmaba una película porno en el desierto de Mojave, no muy lejos de Las Vegas. Zak Sabbath —su nombre artístico— actuaba de squatter, y yo era una esposa que vivía en un tráiler y soñaba con tener éxito en Hollywood. Mandy acompañaba a Zak durante la filmación, y pronto nos volvimos amigos; recorríamos el rancho en un carrito de golf destartalado y tomábamos fotos de todo lo que veíamos.

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Desde entonces, Zak, Mandy y yo hemos trabajado juntos en muchos proyectos extraños. Siempre me han inspirado sexual y artísticamente, y en verdad admiro la dedicación que tienen el uno por el otro. El año pasado, Mandy fue diagnosticada con el síndrome de Ehlers–Danlos, un trastorno genético que afloja las articulaciones, daña los vasos sanguíneos y hace que la piel se estire y se dañe fácilmente. Su diagnóstico fue, en cierto sentido, un alivio. Durante años, los doctores no tenían idea de qué era lo que le causaba esos dolores tan extenuantes. Su salud se ha deteriorado y hay veces que no puede salir de la cama, mucho menos trabajar. Algunos días son mejores que otros, pero cuando Mandy sale de la casa, lo tiene que hacer en una silla de ruedas o con la ayuda de un bastón.

Durante todo este sufrimiento, Zak nunca se ha alejado. Y ella siempre está ahí, para inspirar su arte. Su amor es honesto, real y, de alguna forma, sobrevive en su mundo de enfermedad, arte y pornografía. Por lo general uno no bombardea a las personas que ve casi diario con preguntas muy personales, pero Zak y Mandy me dan mucha curiosidad. Así que cuando me permitieron documentar su relación, supe que esa era mi oportunidad para preguntarles todo lo que siempre quise saber, y un poco más.

VICE: Los dos crecieron en entornos muy diferentes. ¿Cómo se conocieron?
Zak Smith: Yo soy de Washington DC. Estudié arte en Cooper Union, tuve varios trabajos horribles, y trabajé en una clínica de abortos antes de recibir un préstamo para estudiar un posgrado en Yale. Recibí mi MFA (maestría en bellas artes) y empecé a mostrar mis pinturas. Entonces Benny Profane, un director de cine para adultos me contactó y me dijo que le encantaría usar las ilustraciones [no oficiales y no autorizadas] que hice del libro de Thomas Pynchon, El arcoíris de la gravedad, en su película porno autobiográfica. Le respondí diciendo: “Me encantaría poder cogerme a todas las chicas en tu película”. Así que me pidió que le mandara fotos de mí, y así fue como empecé a salir en películas porno. Después pinté a algunas de las chicas en la industria porno. En esos tiempos, Mandy era modelo de desnudos, me contactó y me dijo que debería pintarla.

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¿Así fue, Mandy?
Mandy Morbid: Eso fue mas o menos lo que pasó. Crecí en Montreal y después me mudé a Ottawa. Desde siempre estuve muy enferma, así que no tuve muchos trabajos horribles. Siempre estaba en busca de un sitio porno donde pudiera expresarme, porque Ottawa es increíblemente aburrida, y no me gustaban muchas de las páginas que encontré. Descubrí Suicide Girls y empecé a modelar para ellos. Zak vendía sus pinturas de las otras chicas en la misma página. Lo contacté y le dije que me gustaba su arte. Una hora después de que se bajó del avión estábamos cogiendo en su cuarto de hotel. Un mes después estaba viviendo con él en Nueva York.

Qué romántico.
Mandy: O más bien loco.

Pero tú no has estado con muchos hombres, ¿cierto?
Mandy: No, soy muy quisquillosa. Sólo he estado con cinco hombres en toda mi vida, y tengo 28 años. Tenía 21 cuando conocí a Zak, y no he estado con ningún hombre desde entonces.

Zak, ¿qué pensaste cuando viste a Mandy por primera vez?
Zak: Que estaba guapísima.

Sí, pero obviamente has cogido con muchas mujeres “guapas”. ¿Qué la hizo tan diferente?
Zak: Literalmente pensé que era la mujer más atractiva de la historia. Necesitaba tenerla siempre al alcance mi mano, de lo contrario alguien más se la quedaría.

Hablando de tus extremidades, ¿qué son todos esos tatuajes que tienes? ¿Es el logo de la banda eyehategod?
Zak: Sí, y tengo las enfermedades preexistentes de Mandy tatuadas en mi antebrazo. Creo que hay como 12. Son para cuando tenemos que hablar con los servicios de emergencia o si tenemos que llenar una forma médica. Son difíciles de recordar, y tengo demasiadas cosas en la cabeza.

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Me contaste una historia sobre el primer día que estuvo en Nueva York, el día que te diste cuenta que no era como las otras chicas.
Zak: Sí. La recogí en la estación, y en cuanto la vi, nuestro camión se estaba yendo. Le dije que teníamos que correr para alcanzarlo, y me dijo que no podía correr. Pensé, Vaya… No puedes correr. OK, ¿qué otras cosas no puedes hacer? 1) Saltar a un tren. 2) Huir de la policía. 3) Patinar… Esto podría causas muchas complicaciones.
Mandy: Ese primer fin de semana que vino a Canadá le dije que tenía problemas de salud, y lo platicamos. Pero fue hasta que llegué a Nueva York que se dio cuenta de la seriedad de mis problemas.

¿Hablaron de la actuación de Zak en la película porno de Benny Profane?
Mandy: Eso fue antes de conocernos. Yo sabía que había participado en esa porno.

¿Cómo te sentiste al respecto?
Mandy: Pensé: “Esto es perfecto. Esto es justo lo que necesito”. Fue parte de lo que me convenció.

¿Cuándo se mudaron a Los Ángeles?
Mandy: En el verano de 2007.

¿Fue cuando empezaron a hacer más películas para adultos? ¿Cuántas películas han hecho?
Mandy: Sólo cuatro o cinco películas completas, pero también hice algunas escenas con otras chicas para mi página en internet.

¿Cómo es lo primero que piensas cuando contratan a Zak para una escena porno con otra chica?
Mandy: Primero: ¿está guapa? Si está guapa, está bien. Si no me atrae, entonces yo no gano nada con eso.

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Si tienen una relación abierta, ¿tienen algún tipo de reglas?
Zak: Ni puta idea.
Mandy: Meter a otra chica en la ecuación en la vida real depende de qué tan saludable me sienta y qué tanto esfuerzo implique. Y la chica nos tiene que gustar a los dos, porque eso no siempre pasa.

Los dos vivían antes con otra chica, ¿cierto?
Mandy: Salimos con alguien durante un rato, y fue bueno mientras duró. Lo ideal sería que fuéramos yo, Zak y otra chica.

¿Por qué sería ideal?
Mandy: Me gustan las chicas. Cuando estaba mejor de salud, satisfacer nuestras necesidades sexuales no era un problema tan complicado. Ahora sería lindo tener a otra chica, para que esas noches en las que no pueda hacerle un blowjob porque me duele la mandíbula, ella podría hacerlo, y yo podría verlos y excitarme con eso, y después coger, o al revés. ¡Soy muy ambiciosa!

¿Quieres un chico guapo y una chica guapa?
Mandy: ¡Sí! Además, emocional y socialmente hablando, la intimidad que tienes con otra mujer es diferente, y me gustan las dos.

Zak, ¿qué opinas de tener a dos chicas en la casa?
Zak: ¿Quién se va a quejar de eso?

Habrían muchas quejas, estoy segura…
Zak: [Risas]. El número de problemas que puedes tener durante un threesome es casi infinito, pero las recompensas… Digamos que una de ellas me corta una pierna por accidente, y la otra me tira todos los dientes, al final, todavía tengo a dos chicas mamándomela al mismo tiempo, y eso es mejor que cualquier otra cosa. Así que el balance sería positivo.

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¿Podrías lidiar emocionalmente con dos chicas?
Zak: No sería un problema; puedo lidiar con cualquier cosa.

Dos mujeres a la vez pueden intimidar a algunos hombres.
Zak: Todos los sábados tengo que ponerle atención a seis mujeres al mismo tiempo mientras juego Calabozos y dragones (D&D). Podría hacer lo mismo todos los días si hubiera blowjobs involucrados.

¿Por qué les gusta tanto jugar D&D? ¿Es una forma de escapar del mundo en el que viven?
Mandy: Cuando era pequeña leía mucho, todavía lo hago. D&D es como una extensión de eso, igual que los videojuegos, pero yo no lo llamaría un escape. Hay cosas interesantes en las que pensar: hay acertijos y problemas que resolver. Mi cerebro quiere hacer cosas; está muy activo. Me gusta jugar, pero definitivamente es una forma de distraerme del dolor.

¿Se consideran personas hogareñas?
Mandy: Antes salíamos mucho más, pero Zak trabaja en la casa y yo siempre he sido una persona de casa por mis limitaciones físicas. Me gustaba leer, dibujar, jugar videojuegos y estar con mi familia. Socialmente, estaba más cómoda en casa, así que esa es mi forma normal de operar. No sé si soy antisocial. Quizá tengo un ligero rastro de autismo altamente funcional.

Parece que Zak trabaja literalmente todo el día, todos los días. ¿es adicto al trabajo?
Mandy: Creo que tiene muchas cosas en la cabeza que necesita expresar en un formato físico.

¿Consideras que tu trabajo y tus pinturas tienen un estilo obsesivo?
Zak: Soy como cualquiera a quien le guste mi arte; tiene que tener detalles y ser complicado, de lo contrario no me divierte verlo, así que tengo que invertirle horas.

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Muchos artistas a los que conozco les encanta pintar, pero odian estar sentados todo el día. Has tenido otros trabajos, ¿qué tal es este trabajo?
Zak: Es un buen trabajo si lo consigues. Es mi segunda cosa favorita en la vida.

¿Cuál es tu cosa favorita?
Mandy: [Risas] ¡Coger!

Mandy, recientemente te diagnosticaron con el síndrome de Ehlers–Danlos. ¿Podemos hablar de eso?
Mandy: Lo he tenido toda mi vida, pero cuando me mudé a LA hice un poco de porno, modelé, viajé… podía hacer todo eso. Como el trastorno va avanzando, ahora todo eso se me dificulta mucho mas. Ahora tengo que pensar todo el tiempo en cómo adaptarme constantemente a esta enfermedad. Necesito abrazaderas en las piernas y en los brazos, y una silla de ruedas. ¿Cómo mantienes tu vida cuando tu cuerpo ya no quiere que tengas ese estilo de vida?

¿Cómo lo haces?
Mandy: Hablo de ello todo el tiempo para que la gente sepa dónde estoy. Eso es muy importante, que la gente sepa que tengo un dolor constante. “Estoy cansada, esto es lo que me pasa, por eso estoy tosiendo, por eso estoy en una silla de ruedas”. Si hablo de ello, la gente entiende, y eso hace las cosas mucho más fáciles, pero todavía nos estamos adaptando.

¿Zak se esfuerza mucho por ayudarte?
Mandy: Lo ha hecho desde el principio. Uno de los problemas para la gente enferma es que se empiezan a preocupar de hartar a quienes los rodean. Aprendí a creer que Zak nunca se va hartar. Me ayuda con muchas cosas pequeñas: si estoy muy enferma para sacar a mi perro, entonces él lo hace. Él recoge mis medicinas, me prepara el té, empuja mi silla de ruedas, o sube la silla motorizada al taxi o al auto de un amigo. Se toma el tiempo para ayudarme con estas cosas. Es muy dedicado. Cuando fui a Canadá a que me diagnosticaran, pasó meses conmigo en una ciudad en la que no quería estar.

¿Qué quieren de la vida?
Zak: Soy hombre. No quiero ser nada, quiero tener cosas.
Mandy: Aprendí desde muy pequeña que quería toda la estimulación mental, emocional y física que pudiera tener antes de morir. Para cuando alcancé la adolescencia ya había tenido roces con la muerte por cuestiones de salud, y me di cuenta que lo único real es la muerte. No hay nada después de eso.

¿Qué le depara el futuro a Zak y Mandy?
Mandy: Una de dos…
Zak: Ella muere, o yo muero.