Imagen vía Deji Yake/EPA
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Ella recuerda que en el camino fue detenida con un grupo de personas forradas con armas que le ordenaron que se arrodillara. En ese momento ella pensó que la matarían allí mismo. Aisha, junto con sus hijos Godwin y Jonathan, se encuentran a salvo en un campamento en Uganda.Además de sus dos hijos, Aisha ahora también cuida sus dos sobrinos, unos gemelos de seis años después de que se separaran de su hermana cuando huían del país. Ella también adoptó a una niña de cuatro años con una discapacidad, que fue encontrada sola en el campamento.Ya en una zona libre de conflicto, Aisha sueña con poder recibir apoyo para alimentar a sus hijos y que ellos vayan a la escuela. De esta manera ella espera que puedan crecer fuertes y educados para que algún día, cuando ella sea mayor, puedan cuidar de ella.Al contrario de los hijos de Aisha, más de mil niños han sido asesinados o heridos en Sudán del Sur desde que comenzó el conflicto en 2013, mientras que 1.4 millones de menores han tenido que mudarse dentro del propio país.Miles de familias con niños huyen de Sudán del Sur por la guerra y el hambre
En la publicación, ACNUR asegura que el país africano cuenta con el porcentaje más alto de menores no escolarizados a nivel mundial, ya que tres cuartas partes de los niños no van a la escuela.El riesgo que corren estos menores dentro del país africano es muy grande, ya que pueden ser reclutados por los grupos armados en donde, además de verse expuestos a la violencia, también corren el riesgo de poder ser abusados sexualmente y explotados, según la agencia de la ONU.Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEsAlrededor de 1,4 millones de niños podrían morir de hambre en cuatro países africanos. Leer más aquí.