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¿Una maestría para cirujanos plásticos en cinco días?

La Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética ofrece cursos de corta duración que molestan a quienes hicieron especializaciones de cinco años.

Foto de portada: Ana Margarita Giraldo, una víctima más de un cirujano plástico con "título" exprés. Cortesía de El Espectador.

El escándalo de los cursos de cirugía exprés, como suele pasar, se ha ido extinguiendo a un ritmo casi desapercibido. El Ministerio de Educación, que durante varias semanas tuvo la soga al cuello por homologar títulos que no eran equivalentes, pasó más adelante a atender el asunto de las cartillas de orientación sexual. Lentamente, las noticias sobre cirujanos se han vuelto cada vez menos y cada vez más cortas y cada vez menos sorpresivas. Todo parece volver a la normalidad.

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Esa normalidad, sin embargo, era de alguna forma caótica. De ahí surgió todo el problema: la ley que regula el ejercicio de la cirugía plástica es laxa respecto a los niveles de formación que deben tener los profesionales y ese vacío legal es aprovechado para que médicos que hicieron cursos cortos puedan ejercer exactamente igual que los que hicieron especializaciones de cinco años. Eso todavía no se ha resuelto.

La incertidumbre que causa no tener ley ha dado pie a que los pacientes, por no tener claro qué médico les conviene más para sus necesidades, terminen escogiendo lo que no es y muchas veces acaben siendo víctimas de un procedimiento mal hecho. Esa confusión se ha visto alimentada por la enorme oferta de cirugías estéticas que hay por todas partes. En Colombia, según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, se realizan más de 350 mil intervenciones al año, sobre todo mamoplastias y liposucciones. Y esa gran oferta, en parte, obedece a la numerosa cantidad de cursos para aprender procedimientos quirúrgicos que se encuentran en el mercado.

Hace poco, en la página web de la Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética, nos encontramos con un anuncio que puede ilustrar bien una parte de esa discusión. En la sección de educación continua aparece una parrilla de cursos que se dictarán durante los próximos meses en Cali. Cada uno, dicen, incluye "certificación y contenidos programáticos notariados, material bibliográfico adecuado, ropa quirúrgica, almuerzo y refrigerio". Los cursos cuestan entre poco más de 3 millones hasta 8 millones de pesos. Sus duraciones van desde tres días el más corto hasta cinco días el más largo: una maestría en liposucción y lipoescultura.

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Sí, una maestría en cinco días. Con almuerzo. Con uniformes. Con refrigerio.

En la página que ofrece esos cursos no aclaran que prerrequisitos hacen falta para poder matricularse. Cuando llamé al teléfono que aparece en el anuncio a hacer esa y otras preguntas, me remitieron a la doctora Adriana Solarte Cruz, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética, quien, durante varios días, no respondió mis llamadas, mis correos y mis mensajes por WhatsApp. Tampoco lo hizo Eduardo Domínguez, presidente de la misma Asociación.

Lo que desató el escándalo y puso sobre la mesa la discusión sobre cirugías plásticas fue justamente que existían muchos cursos, en Colombia y en el exterior, que no requerían haber cursado especializaciones completas. De hecho, hace un par de meses, algunas de las universidades más importantes del país (la Nacional, la de Antioquia) enviaron cartas al Ministerio de Educación pidiendo que se tuviera en cuenta que en Colombia solo existen once instituciones acreditadas para certificar cirujanos plásticos y que esa especialización toma más de cuatro años.

Sin embargo, hay confusiones de las que parece que algunos médicos se aprovechan. Existen términos muy parecidos que los usuarios, los pacientes, no diferencian fácilmente. Cirujano plástico, cirujano cosmético, médico estético, cirujano estético. Le pedí a Lina Triana, presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, que me explicara esas diferencias,

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"En Colombia no existe la especialidad de cirugía estética. Tiene que ser un especialista en cirugía plástica que hace cirugía plástica estética. La cirugía plástica, en principio, es para tratar de mejorar la calidad de vida de las personas. Pero a veces hay personas que quieren separar la cirugía plástica y la cirugía estética. Dicen que la primera es solo reconstructiva. Primero, a nivel académico eso no pasa. La especialización es completa. Y segundo, no puedes saltarte los pasos, porque no estás bien formado", me dijo Triana. Además, me explicó que la cirugía cosmética no existe como especialización. Es decir, la que lleva en el nombre la Asociación que ofrece los cursos y la maestría exprés.

Lea también: Así se destapó el escándalo de los cirujanos que se especializaron con cursos exprés

En Colombia solo existen, acreditados, los cirujanos plásticos y los médicos estéticos. Los primeros están capacitados para hacer todo tipo de procedimientos reconstructivos y estéticos. Los segundos, que estudian una especialización distinta y que solo ofrece la Universidad del Rosario, están capacitados para realizar procedimientos estéticos no quirúrgicos, faciales y corporales, enfocados, por ejemplo, en el rejuvenecimiento facial, la disminución de grasa y la celulitis.

Es decir: un médico estético no está capacitado para hacerle a usted una liposucción. Debería, idealmente, hacerla un cirujano con un cartón que acredite que cursó los años necesarios para enfrentarse a ese procedimiento quirúrgico.

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Desde hace un par de años, el senador Jorge Iván Ospina, también médico y cirujano, ha intentado pasar un proyecto de ley para regular el ejercicio de la cirugía plástica en Colombia. En últimas, para limitar de alguna forma que médicos sin las aptitudes necesarias realicen procedimientos que puedan comprometer al paciente. La Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética, en una audiencia pública en el Senado, levantó su voz en contra para que el proyecto pasara.

Eduardo Domínguez, presidente de la Asociación, dijo en esa oportunidad que no se podía atropellar el derecho al trabajo de "médicos supuestamente no idóneos", porque había algunos que llevaban décadas haciendo las cosas bien y tenían ética y experiencia. "A mí me parece perverso criminalizar al médico que no está dentro de la supuesta idoneidad", sentenció ese día, y agregó que "es mejor aplicar las leyes que ya existen". Se refería a la competencia que tienen las secretarías de Salud para cerrar o multar las clínicas que no cuentan con los permisos necesarios.

El proyecto de ley del senador Ospina fue frenado varias veces. Mientras tanto, el vacío en el que operan los cirujanos sigue existiendo. En medio de ese vacío se siguen realizando más de 40 cirugías plásticas por hora en el país.

La doctora Triana recomienda, por ahora, seguir las siguientes recomendaciones para reducir el riesgo: fijarse que su médico tenga una especialización completa y profunda, que la clínica donde lo van a intervenir esté autorizada por la Secretaría de Salud y que le hagan y le socialicen un plan quirúrgico donde le expliquen qué le van a hacer y cuáles son los riesgos.

"Aunque el riesgo nunca va a ser cero", agrega Triana. Lo mismo, desde la otra orilla, dice Eduardo Domínguez: "las muertes y complicaciones se van a seguir presentando siempre, porque una cirugía estética es un acto médico y como acto médico, puede venir la reencarnación de Buda a operar un paciente e igual se va a morir".

A la espera de que los ministerios de Salud y Educación y el Congreso agilicen la discusión sobre si se debe regular o no y cómo, queda en sus manos informarse y decidir con qué tipo de médico prefiere asumir ese riesgo.